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Ramón Ferrer Garcés

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Biografía

Ferrer Garcés, Ramón. Aitona (Lérida), 18.X.1803 – Barcelona, 1.I.1872. Médico.

Ramón Ferrer Garcés nació en Aitona (Lérida). Sus padres eran el cirujano Antonio Ferrer Castro (1773-Lérida, 24.VII.1839), natural de Solivella (Tarragona), y Raimunda Garcés Alsina (Lérida, 1775-26.III.1856), casados en Lérida el 16 de agosto de 1800. Su padre se trasladó a Lérida, donde en 1808 formaba parte de la Junta Gubernativa contra la invasión francesa. Más adelante, durante la Revolución Liberal, fue concejal del Ayuntamiento de Lérida en 1833 y 1837 y miembro de la Milicia Nacional.

Ramón Ferrer tuvo cuatro hermanos: José, Miguel, Anastasio y Mercedes. Su hermano pequeño, Miguel Ferrer Garcés (Lérida, 1816-1896), fue un abogado e influyente político del Partido Republicano Democrático Federal de Francisco Pi y Margall. En 1846 ganó la plaza de catedrático de Historia del Instituto de Lérida, centro del cual fue varias veces director. Miguel participó en las revoluciones de 1854 y 1868, y en 1854 y 1869 fue escogido diputado a Cortes por Lérida. Cuando se proclamó la Primera República Española fue nombrado gobernador civil de Barcelona, en febrero de 1873, y poco después director general de Instrucción Pública y Registros de la Propiedad y del Notariado. Cuando triunfó la restauración borbónica en 1874 se retiró de la política.

Ramón Ferrer no se casó y murió soltero el 1 de enero de 1872 de asma reumático, aunque unos años más tarde se localiza un litigio entre una hija natural del citado Ramón, Teresa Ferrer de Dotti, con una vecina del distrito del Pi de Barcelona. Ferrer vivió en la calle del Carmen, número 18 de Barcelona.

Ramón estudió Latinidad y Humanidades en Lérida, donde fue premiado por el Ayuntamiento como uno de los alumnos más destacados. Ganó una plaza de pensionado en el Seminario Conciliar de Lérida en 1818, centro en el cual estudió cinco años obteniendo las notas de sobresaliente para tres años de Filosofía y dos de Teología Escolástica. En 1825 recibía el grado de Bachiller en Artes.

Un poco antes, el 1 de octubre de 1823, se matriculaba en el Real Colegio de Medicina y Cirugía de Barcelona, donde en 1829 se graduó de bachiller en Medicina y Cirugía, el 23 de septiembre de 1830 de licenciado en Medicina, con notas de bueno y sobresaliente, y el 26 de septiembre de 1831 de doctor médico cirujano. Completó su formación con un curso de Agricultura y Botánica (1828-29) en la Real Casa de la Lonja de Barcelona, un curso de Historia Natural en el Real Colegio de Farmacia de Barcelona (1829-30) y otro curso de Química en la Junta de Comercio de Barcelona (1838-40).

Ramón destacó muy pronto en el campo de las ciencias de la salud. Su primer empleo fue de ayudante de profesor en el Hospital Militar de Zaragoza (13.VII.1832) con un sueldo de 6.000 reales anuales. En esa capital aconsejó con acierto para erradicar una epidemia de calentura, por lo que la Real Academia de Medicina y Cirugía de Zaragoza le nombró socio corresponsal (15.VI.1833) y la Real de Barcelona académico numerario (12.XII.1833). Esta última institución le nombró secretario para el bienio 1835-36 y vicepresidente para el de 1853-54. Ferrer continuó su progresión y el 7 de julio de 1834 ganaba una plaza de catedrático supernumerario del Real Colegio de Medicina y Cirugía de Barcelona con un sueldo de 10.500 reales anuales.

Poco después, el 15 de marzo de 1839, fue nombrado socio corresponsal de la Societé Royale de Medicine, Chirurgie et Pharmacie de Toulouse; el 25 de marzo de 1842, miembro adjunto de la Sociedad de Vacuna de Francia, y el 29 de agosto de 1841 la Real Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona lo comisionaba, junto a José Castells, para una reunión científica en Florencia. En este congreso recibió una medalla de bronce del Gran Duque de la Toscana Leopoldo II y, más tarde, se publicó un volumen con las actas.

Tras fallecer su titular, Ramón Ferrer accedió a la cátedra de Anatomía el 15 de diciembre de 1841 con un sueldo de 13.000 reales. Dos años después (8.XI.1843) el ministerio de la Gobernación le nombraba catedrático de la Asignatura Novena de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona con un sueldo de 16.000 reales. En 1845 fue nombrado catedrático de Ascenso de Medicina Legal, Toxicología e Higiene Pública de la Universidad de Barcelona. En 1849 ocupaba el lugar 111º en el escalafón de antigüedad entre los 290 catedráticos universitarios españoles y el 30 de diciembre de 1863 había ascendido al puesto 30º con un sueldo de 18.000 reales anuales. El 15 de septiembre de 1864, ocupaba el puesto 28º y adquiría la categoría de catedrático de Término. Finalmente, el 13 de agosto de 1867 la Dirección General de Instrucción Pública le asignaba las asignaturas de Elementos de Higiene Privada y Pública, y Elementos de Medicina Legal y Toxicología con el mismo sueldo y antigüedad.

Como escritor, Ferrer adquirió notoriedad en la comunidad médica española con su Tratado de Medicina Legal (1847) y su Fragmento toxicológico o explicación de algunos venenos, del modo de analizarlos y de curar sus efectos (1846), que fueron manuales universitarios en las escuelas de Medicina desde su publicación. En 1848 colaboraba en el Telégrafo Médico, publicado en Barcelona, y en 1853 participó en la fundación del Repertorio de la higiene Pública y Medicina Legal, publicado en Madrid, revistas en las cuales publicó algunos artículos. Experto en lengua francesa, tradujo al español la obra de J. F Malgaigne, Manual de medicina operatoria, fundado en la anatomía normal y patológica (1841-44), mientras que el rector de la Universidad de Barcelona, que le encargó la lección inaugural del curso 1850-51, le nombraba censor para las oposiciones de lengua francesa en 1847.

Su dedicación a la docencia médica se resume en un intachable expediente, donde en 1857, tras 22 años de servicio, solo constaba una falta a su cátedra por un constipado. Sus eminentes trabajos le valieron el reconocimiento general, como el otorgado por la Sociedad Médica de Emulación de Barcelona (18.III.1842), que le nombró socio honorario; además de ser socio corresponsal de la Academia Nacional de Medicina y Cirugía de Sevilla (4.VI.1841), de Madrid (16.X.1844), de Galicia y Asturias (1845) y de Cádiz (1851).

Ramón también fue un médico generoso. Entre 1853 y 1855, prestó sus servicios a los enfermos mientras se desarrollaba una epidemia de cólera morbo en Barcelona. El 11 de agosto de 1854, el jefe político de Barcelona, Pascual Madoz, le nombró vocal de la Junta Permanente de Sanidad para combatir la epidemia, y luego fue nombrado vocal de la Comisión de Inspectores de Higiene pública y de Hospitales y Boticas. Tras la crisis sanitaria, en 1855, Isabel II le nombró caballero comendador de la Orden de Carlos III por su dedicación.

En los años de su madurez, Ramón Ferrer tuvo una activa y destacada participación política. Comprometido con el Partido Progresista, fue castigado por el general Espoz y Mina en enero de 1836 cuando el Ayuntamiento de Barcelona proclamó la Constitución de 1812. Tras pasar unos meses prisionero en La Habana (Cuba), Ramón Ferrer fue elegido diputado a Cortes por Lérida en las elecciones del 2 de febrero de 1836, en la candidatura progresista junto a Pascual Madoz y Antonio Viadera. Ferrer obtuvo los ocho votos emitidos por los electores de su partido. Se dio de alta el 20 de diciembre 1836 y de baja el 4 de noviembre 1837. Una vez en el Congreso, manifestó que “olvidaba todo resentimiento, y que en tal concepto la mayor prueba de amistad que podían darle los barceloneses era no volver a acordarse de nada” (Diario de Sesiones del Congreso, 23.VI.1837, pág. 4.238). De esta primera experiencia parlamentaria se podría destacar que tuvo un papel muy activo, pronunciando 30 discursos en los que criticó las medidas adoptadas por el Gobierno presidido por José María Calatrava y su ministro de Hacienda, Juan Álvarez Méndez (Mendizábal), aunque la mayoría de sus intervenciones se centraron en cuestiones relativas a su profesión.

Posteriormente, en las elecciones del 24 de julio de 1839 fue escogido diputado por Barcelona con 3.623 de los 3.759 votos emitidos sobre un total de 8.734 electores. Aunque consta como aprobada su elección el 9 de septiembre de 1839, no hay constancia de su admisión.

Entre sus cargos políticos, se puede destacar que fue vocal de la Comisión Provincial de Instrucción Primaria de Barcelona (3.XI.1840), alcalde de Barcelona desde el 1 de enero al 17 de noviembre de 1841, y del 7 de septiembre al 28 de noviembre de 1854, en dos períodos de predominio progresista. Su adhesión al partido propició que Espartero le nombrase caballero de la Real Orden Americana de Isabel la Católica el 15 de junio 1841 por sus méritos políticos y literarios. Más adelante fue nombrado vocal de la Junta de Beneficencia (1849) y de la Junta Provincial de Sanidad, cargos que desempeñó gratuitamente.

Ramón Ferrer, leridano de nacimiento, se integró plenamente en la vida social y cultural de Barcelona, aunque mantuvo un contacto fluido con su provincia de origen. El 19 de enero de 1838 fue nombrado socio residente de la Sociedad de Fomento de la Ilustración de Barcelona; el 9 de noviembre de 1842, de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País, y el 1 de febrero de 1842, socio corresponsal de la Sociedad Económica de Amigos del País de Lérida. En 1849 fue invitado por el Ateneo Científico-Artístico para el desempeño de una cátedra, en 1862 era vocal de la Junta directiva del Ateneo Catalán (creado en 1860 y futuro Ateneo Barcelonés), centro del cual fue nombrado presidente en 1863; fue vicedirector y director del Casino Barcelonés y vocal de la Comisión para crear y gestionar la Biblioteca de Comunes Depósitos (1869). También fue vocal de la Junta para la construcción del Canal de Urgel en 1851, de la Junta Directiva de la Caja de Ahorros en Barcelona y de la Junta para el ensanche de Barcelona.

Cuando Ferrer murió en 1872, la comunidad médica hizo sentidas manifestaciones de dolor. En el periódico Independencia Médica, número 7 (1872), se consignó “que el doctor Ferrer deja un vacío inconmensurable en la Facultad de Medicina. Todos sentimos y lloramos su pérdida; todos comprendemos cuán difícil es que hombres de su talla encuentren un sucesor que dignamente les reemplace”. Por otro lado, el doctor Emilio Pí y Molist hizo un discurso en 1875 en la Academia de Medicina y Cirugía de Barcelona en que constataba que Ferrer fue “el mentor de casi todos nosotros en las penosas excursiones médico-jurídicas. Su palabra fácil, culta y elegante, realzaba su ciencia en la cátedra, y honrosamente ganaba votos para su opinión propia, que muy a menudo salía triunfante al cabo”.

 

Obras de ~: Oración inaugural leída el día 2 de octubre en el anfiteatro del Colegio Nacional de Medicina y Cirujía de Barcelona para la apertura del curso escolar del año 1838 y compuesta por el doctor Don Ramón Ferrer y Garcés, Madrid, Imprenta del Colegio de Sordo-Mudos, 1837; Clínica quirúrgica, o consideraciones sobre el estudio práctico de la cirujia, Barcelona, Imprenta A. Bargues, 1839; Memoria de los trabajos de la Sociedad para la mejora del sistema carcelario correccional y penal de la provincia de Barcelona, leída en Junta general el dia 12 de junio de 1841 por ~, Barcelona, Imprenta de Joaquín Verdaguer, 1842; Fragmento toxicológico o explicación de algunos venenos, del modo de analizarlos y de curar sus efectos, Barcelona, Imprenta de Martín Carlé, 1846; Tratado de Medicina Legal, Barcelona, Imprenta y Libreria de Pablo Ribera, 1848; Discurso inaugural que en la solemne apertura del curso académico de 1850-1851 ante la Universidad de Barcelona, en la Iglesia de Nuestra Señora de Belén, dijo el Dr. D. Ramón Ferrer y Garcés, Barcelona, Imprenta de Tomás Gorchs, 1850; Proyecto de una casa mortuoria para la ciudad de Barcelona, Barcelona, Impr. de Antonio Brusi, 1850.

 

Bibl.: J. Corominas, Suplemento a las memorias para ayudar a formar un Diccionario Crítico de los Escritores Catalanes y dar alguna idea e la antigua y moderna literatura de Cataluña que en 1836 publicó D. Félix Torres Amat, Burgos, Imp. de Arnaiz, 1849, págs. 7-9; J. Pleyán de Porta, Apuntes de historia de Lérida, o sea, Compendiosa reseña de sus más principales hechos desde la fundación de la ciudad hasta nuestros tiempos, Lérida, Imp. Carruez, 1873, págs. 307-308; A. Elías de Molins, Diccionario Biográfico y Bibliográfico de Escritores y Artistas Catalanes del siglo XIX, t. I, Barcelona, Imprenta de Fidel Giró, 1889, págs. 10-15; J. Corbella y J. Seculí, Nomina Academicorum (1770-1995), Barcelona, Real Academia de Medicina de Barcelona, 1995, págs. 26-27; D. Nofre Mateo, “Saber separar lo bueno de los malo, lo cierto de lo incierto: la Frenología y los médicos catalanes c. 1840 - c. 1860”, en Scripta Nova. Revista electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, 11, 248 (15 de septiembre de 2007).

 

Quintí Casals Bergés

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