García López, Anastasio. Ledaña (Cuenca), 27.IV.1823 – Sevilla, 1.V.1897. Médico homeópata e hidrólogo.
Estudia Medicina y Filosofía y Letras en Madrid, obteniendo el grado de licenciado en Medicina y Cirugía en 1848 (el de doctor, más tarde, por Salamanca, en 1870). Ejerce de inmediato la medicina tradicional o alopática durante unos siete años, iniciando en torno a 1855 alguna aproximación a la medicina homeopática, doctrina cuya difusión en España va tomando por entonces un cierto auge. Hay que esperar, no obstante, a 1857, siendo médico en el hospital de Soria, para su conversión a las doctrinas de Hahnemann: al parecer, una vez comprobada la ineficacia de los medicamentos tradicionales al uso, cura a su hijo de cinco años, afectado de crup o garrotillo, con procedimientos homeopáticos, en los que inicialmente más bien no creía. Por entonces sigue en Madrid las enseñanzas de algunos homeópatas, entre ellos José Núñez, y en 1860 ingresa en la Sociedad Hahnemanniana Matritense (SHM).
Personaje polifacético, en todo caso, pues, además de a la homeopatía, va a dedicar sus energías a la hidrología médica y al espiritismo, campos todos ellos en los que también va a desarrollar una amplia labor escrita, tanto a través de sus libros como del periodismo.
Sólo de modo coyuntural, fue diputado a Cortes (1873) por el distrito de Almazán (Soria), en coherencia con su ideología demócrata y republicana.
En el campo de la homeopatía se le considera máximo representante de la corriente científica, frente a José Núñez Pernía (corriente ortodoxa) o Joaquín de Hysern (línea ecléctica). En 1869, siendo por entonces director de los baños de Ledesma, la coyuntura política posterior a “la Gloriosa” que favorece la creación de una facultad libre de Medicina en la Universidad de Salamanca, le permite acceder a la cátedra de Fisiología (a la que más tarde renuncia, ya que, en consonancia con su ideología republicana, se niega a prestar el juramento que a los funcionarios públicos se exige en la época de Amadeo I de Saboya), impartiendo en 1871 un curso libre de Medicina Homeopática. Sus enseñanzas, las primeras de esta doctrina en una universidad española, se condensan en el libro Lecciones de medicina homeopática (1872), la obra que mejor resume su pensamiento acerca de esta doctrina médica, donde desarrolla ampliamente el principio del dinamismo vital (precedida en 1868 por Del estado de la doctrina homeopática y de su porvenir en la ciencia). De vuelta a Madrid, contribuye en 1872 a elaborar el proyecto del Instituto Homeopático y Hospital de San José en Madrid, centro de docencia, investigación y práctica quirúrgica, que se inaugura en 1878 y en el que imparte la lección inaugural. Presidente de la SHM, y honorífico de la Academia Médico-Homeopática de Barcelona, que en 1890 se funda en torno a Juan Sanllehy. Colaborador, entre otras, y director de la revista homeopática más destacada por entonces, El Criterio Médico (1860-1890).
Destacado hidrólogo, como director de baños ejerce en los de Ledesma, Alhama de Aragón y Archena, siendo presidente también de la Sociedad Española de Hidrología Médica. En 1875 aparece su Hidrología Médica (2.ª ed., ampliada, de la que primero sale en 1869), con la que consigue el premio Pedro María Rubio de la Real Academia de Medicina en 1877, que obtiene notable difusión en España, y por la que será conocido en el extranjero; es un tratado sobre el tema con nociones de hidrografía, geografía, geología y climaterapia, que estudia los efectos fisiológicos y terapéuticos de las aguas minerales, así como las diferentes patologías y los modos de aplicación de los medicamentos hidrológicos. Aunque con inquietud más amplia, pues ya antes había dedicado su atención a otros apartados concretos de la medicina (La intoxicación paludiana o el paludismo, 1861) o luchado contra el charlatanismo médico y la incultura en general (Cartas críticas sobre la medicina y los médicos, 1871).
Fue introductor también del espiritismo en España, presidente de la Sociedad Espiritista Española y fundador de su órgano de expresión, El Criterio Espiritista (1868), del que será director en diferente ocasiones.
La publicación del folleto Exposición y defensa de los verdaderos fundamentos del espiritismo, le lleva a algún conflicto con la Iglesia católica, bien que menor (su excomunión por el obispo de Osma, en 1873), pues la jerarquía de entonces considera el espiritismo como “anticatólico y antisocial”. No obstante, para Anastasio García López el espiritismo no viene a romper la tradición cristiana sino que se trataría de un intento de armonizar la religión con la ciencia y la filosofía, para así conseguir una “religión científica”. No sólo es contrario al materialismo (Refutación del materialismo, 1874) o, si se quiere, más bien intenta conjugar espiritualismo con materialismo, sino que insiste en que el espiritismo viene a sostener e inculcar los preceptos de la caridad, el amor y la paz que se constituyen para él en la base religiosa de toda sociedad humana, no admitiendo las “fantasías” del infierno, purgatorio y los sacramentos, así como el culto externo y otros “absurdos” del cristianismo, y reafirmando que la moral espiritista es en el fondo cristiana.
En definitiva, la inclinación por los temas heterodoxos o fronterizos de la medicina, la ciencia y hasta la religión, su confianza en el progreso, su gusto por la filosofía y un cierto eclecticismo, su ideología que (en línea de Fourier) bascula entre la utopía y el revolucionarismo, su actitud abierta unida a un talante conciliador y moderado, su idealismo u optimismo vital, y una especie de visión cosmológica o panteísmo (aspectos algunos de estos que también lo emparentan con Schelling), son constantes tanto en su vida como en su obra, y lo convierten en un personaje atractivo que ejerce una notable fascinación entre sus contemporáneos (pacifista por demás, contrario al servicio militar de los jóvenes y partidario de la escuela laica), que más bien buscó en todo momento el encuentro antes que la confrontación (no sólo en el campo de la homeopatía, o entre médicos homeópatas y alópatas), aunque a la postre no dejase escuela.
Obras de ~: La intoxicación paludiana o el paludismo, Madrid, Imprenta de A. Vicente, 1861; Del estado de la doctrina homeopática y de su porvenir en la ciencia, Madrid, Imprenta de M. Rivadeneyra, 1868; Tratado de hidrología médica, con La guía del bañista y el Mapa balneario de España, Madrid, Carlos Bailly-Baillière, 1869; Cartas críticas sobre la medicina y los médicos, Salamanca, Imprenta de Sebastián Cerezo, 1871; Lecciones de medicina homeopática, Madrid, Imprenta de M. Rivadeneyra, 1872; Refutación del materialismo, Madrid, Imprenta de Alcántara, 1874; Hidrología Médica, Salamanca, Imprenta de Sebastián Cerezo, 1875.
Bibl.: M. T. Alfonso Galán, Contribución al estudio histórico de la homeopatía en España a través de los médicos y farmacéuticos homeópatas más significativos, tesis doctoral, Universidad de Alcalá de Henares, 1987; F. Antón Cortés, Dr. Anastasio García López, Madrid, Fundación Instituto Homeopático, 1997 (Recopilación Histórica, n.º 5); J. J. Fernández Sanz, La prensa homeopática española en el siglo XIX, Madrid, Fundación Instituto Homeopático & Federación Española de Médicos Homeópatas, 1999; I. González-Carbajal García, La homeopatía en España. Cien años de historia, Madrid, Federación Española de Médicos Homeópatas, 2004.
Juan José Fernández Sanz