Rodrigo Rodríguez, Manuel. Buenos Aires (Argentina), c. 1785 – ?, p. m. s. XIX. Diputado, capitán de los Reales Ejércitos.
Inició su carrera militar como cadete en el Regimiento de Infantería de Buenos Aires (1793), ascendiendo al grado de subteniente de bandera en dicho regimiento, grado que desempeñó entre 1803 y 1809.
Diputado suplente por el virreinato de Buenos Aires en las Cortes Generales y Extraordinarias (1810- 1813). Fue elegido en Cádiz por veintisiete electores el día 21 de septiembre de 1810, en lista conjunta con los de Chile por no tener una sola el número de vocales suficientes. Formó parte de la Comisión de Hacienda, perteneciendo también a los hospitales de campaña y a la de examen de listas de empleados.
Desempeñó un papel muy limitado como parlamentario, participando en un solo debate, el de la libertad de imprenta, sin apenas mantener contactos con su provincia, actuando, por tanto, sin poderes ni instrucciones. Con todo, propuso, y las Cortes así lo admitieron, que se mandara cumplir exactamente el Real Decreto de 30 de abril de 1810 que determinaba que no se concedieran grados, pensiones, ni jubilaciones, mientras los franceses no hubieran sido vencidos en la Península. Solamente se debería hacer excepción con aquellos que se considerasen de “necesidad absoluta”.
Fue uno de los firmantes de la Constitución a pesar de que, junto con López Lisperguer y Velasco, había presentado una exposición donde suplicaba que se le eximiera, junto con sus compañeros diputados por Buenos Aires, de asistir a las sesiones de Cortes como muestra de desacuerdo por la política llevada a cabo con sus respectivas provincias (27 de agosto de 1811). En consecuencia, las Cortes tacharon de “ilegal” dicha representación, resolviendo que asistieran al Congreso “en cumplimento de su deber”. Protestó, asimismo, contra el nombramiento del virrey Elío a cuenta de la guerra declarada que existía entre éste y la Junta de Buenos Aires, mostrando por esta cuestión sus discrepancias con el diputado por Montevideo, Zufriátegui. También se mostró receloso de las veleidades expansionistas de Brasil sobre la zona del Plata. En su casa de Cádiz, calle del Vestuario, n.º 86, se reunían diputados americanos constitucionalistas que siguieron luego haciéndolo en Chiclana, donde, en el verano de 1813, alquiló una casa al cura Nicolás de Mora y —como dice Rieu Martín— “formaban un grupo unido por relaciones políticas y también amistosas”, figurando entre ellos Mejía Lequerica, Olmedo, Ramos Arizpe, Fernández Munilla. Acusado de pertenecer a la masonería, con la reacción absolutista de 1814 fue denunciado por tres veces y, en su informe a Lardizábal, ministro de Indias, justificó los movimientos emancipadores a causa de lo que juzgaba equivocada política de la metrópoli. En su huída se refugió en la casa del diputado suplente mexicano Andrés Savariego, encontrando la policía en su domicilio una medalla con el escudo de Madrid y otra en honor de la Constitución, así como, entre sus papeles, una proposición para comercializar las harinas españolas en detrimento de las americanas y varias disposiciones para socorrer a los Ejércitos españoles.
Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 3 n.º 6.
Congreso de los Diputados, Diario de sesiones de las Cortes Generales y Extraordinarias, Madrid, Imprenta de J. A. García, 1870; R. Comenge, Antología de las Cortes de Cádiz, t. II, Madrid, Congreso de los Diputados, Imprenta de J. A. García, 1910, pág. 729; M. L. Rieu Millán, Los diputados americanos en las Cortes de Cádiz, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1990, pág. 400; J. M.ª García León, Los diputados doceañistas, t. II, Cádiz, Ayuntamiento, 2006, págs. 497-498; M. Urquijo Goitia (dir.), Diccionario biográfico de parlamentarios españoles. Cortes de Cádiz. 1810-1814, Madrid, Cortes Generales, 2010 (CD).
José María García León
