Chávez y Alvarado, Diego de. Extremadura, c. 1519 – Michoacán (México), ú. t. s. xvi. Evangelizador agustino (OSA) y arquitecto.
Se embarcó hacia México en 1528 siendo un niño, al lado de su tío el conquistador Pedro de Alvarado.
Ingresó en el convento agustino de Tiripitío (México), donde profesó votos. En 1548 partió hacia la región de Michoacán, uniéndose a sus hermanos de la comunidad de Yuririapúndaro, creada en 1527 y que mantenía en construcción un convento.
A su llegada fray Diego solicitó permiso del virrey Mendoza para reanudar las obras del convento. Los planos los firmó el arquitecto español Pedro del Toro, quien actuó como director de obras, aunque el verdadero artífice fue fray Diego. Las obras concluyeron en 1559.
El agustino lo primero que hizo fue una impresionante obra de ingeniería, canalizando más de veinte kilómetros una traída de agua del río Lerma para crear una laguna. La concepción del convento obedecía al objetivo de ser una avanzada espiritual enmedio de un terreno hostil, junto a las tierras de los belicosos indios chichimecas. De ahí su robustez y aspecto de fortaleza, con gruesos muros almenados y veinticuatro celdas. Causó tanta impresión en su época, que algunos cronistas la compararon con El Escorial.
La edificación del convento empleó a casi quinientas personas entre albañiles, artistas diversos e indios para el acarreo. Como obra agustiniana y reflejo de la personalidad de su creador, poseía grandiosidad y suntuosa decoración interior y exterior, hoy en parte perdida. Fray Diego mandó labrar en la capilla mayor numerosas estatuas renacentistas y encargó a España numerosas piezas de iglesia y el órgano más grande existente en el virreinato.
Bibl.: D. Angulo Íñiguez (dir.), Historia del Arte Hispanoamericano, Salvat, Madrid-Buenos Aires, 1945; A. Bonet Correa, Monasterios Iberoamericanos, Madrid, Ediciones El Viso, 2001; J. M.ª González Ochoa, Quién es quién en la América del Descubrimiento, Madrid, Acento Editorial, 2003.
José María González Ochoa