Caballero, Baltasar. ?, c. 1673 – p. m. s. XVIII. Músico teatral.
Hijo del actor y autor Cristóbal Caballero y de la actriz-música Mariana de Borja, aunque según el anónimo autor de la Genealogía origen y noticias de los comediantes de España, un manuscrito anónimo de principios del siglo XVIII, su madre fue María Garnica, última esposa de Cristóbal. Baltasar se refiere a ella como su madre (posiblemente porque fue quien le crio al morir Mariana en 1681) en la petición de una ayuda como “viuda que quedó de Cristóbal Cauallero” que dirige en 1729 al ayuntamiento madrileño, dado que “no la puede dar él todo lo que necesita”. Hijo y nieto de actores y músicos tan apreciados como lo fueron sus padres y abuelo materno, la carrera como músico teatral de Baltasar Caballero se desarrolló en varias etapas. En la primera aparece muy ligado a la compañía de su padre, en la que parece que debutó en 1687 y a la que perteneció como segundo músico desde 1690 hasta 1694. No se sabe cuándo abandonó el teatro, pero en 1699 se encuentra como “músico de voz”, en la catedral de Zamora. Ese año, la Junta del Corpus de Madrid escribió al corregidor de Ciudad Rodrigo preguntando por Caballero y su esposa, con la intención de que fueran embargados para enviarlos a Madrid “si son representantes o musicos”. Con fecha 14 de marzo, el presidente de Valladolid, a quien también se había escrito preguntando por María de la Rosa, informó que la tal María se llamaba en realidad Ana de la Rosa, y “se aparto” de la compañía en la que estaba representando en la ciudad, y estaba casada con un hijo de Cristóbal Caballero “que fue comediante” y al presente “es musico de la Capilla de la Sta. yglesia Cathedral de Zamora”, lo que confirmó el gobernador de Ciudad Rodrigo, quien aseguraba que Caballero está “acomodado” en la catedral “por músico thenor”. Ante la pretensión de la Junta madrileña para que el matrimonio fuera enviado a Madrid, el corregidor de Zamora informó en carta fechada el 26 de marzo que Caballero “se alla acomodado por músico en la cathedral de esta ziu[da]d con el ser mus[ic]o de Abito talar y el gozar por este empleo de la ynmunidad eclesiastica” y su mujer estaba retirada de las tablas, por lo que aconsejaba como la mejor solución tratar de convencerle por las buenas para que volviera al teatro, aunque lo veía difícil debido a que el matrimonio está “arraigado” en la vecindad y Caballero ya le ha respondido negativamente, alegando que “por los riesgos y menoscabos que tenia experimentados [...] lo mas principal hera el deseo de vivir con quietud en el seruicio de Dios asegurando renta como la tiene para sustentar con onrra a su mujer y familia con la certidumbre de que aunque estuviese enfermo o perdiese sus grazias y abilidades le abia de mantener la catedral”. Mayor éxito obtiene la Junta madrileña tras un nuevo intento en 1719, ya que ese año Caballero, al serle notificada la orden del protector para que acuda a Madrid, “se a resignado a obedecerla en medio de alguna repugnancia con q[ue] se hallaua ar[r]aygado ya en esta ciudad con su familia”. Es más que probable que la grave situación financiera por la que atravesaba la catedral (en 1718 se había visto obligada a rebajar los sueldos de los músicos y en noviembre de ese mismo año el Cabildo resolvió suprimir la capilla de música), influyera en su decisión. Incluido en la compañía de Juan Álvarez “en lugar de Manuel de Salas”, figura inicialmente como primer músico en la lista de la compañía que, finalmente, dirigiría Sabina Pascual debido a la renuncia de Álvarez. Sin embargo, al dimitir Juan de Serqueira como músico de la compañía de Prado, la Junta determinó que “en su lugar entre Baltasar Caballero, que estaba en la compañía de Sauina Pasqual”, pero cuando Serqueira decidió continuar en su oficio, Caballero pasó a ocupar la plaza de segundo músico, aceptando “asistir a la compañía de Joseph de Prado para los ensayos y representaz[io]n siempre que se le auise”. Al año siguiente (1720) continuó como segundo músico, pero en la compañía de Juan Álvarez. Dado que nada se sabe de él a partir de 1721, es muy posible que como se afirma en la Genealogía, cuyo desconocido autor suele estar bien informado, a finales de 1720 se retirase de las tablas para entrar al servicio del duque de Osuna, que le dio casa, médico y botica, y le asignó trescientos ducados al año por “su abilidad de la música donde esta este año de 1721”.
No se sabe cuándo y porqué abandonó el servicio del duque para instalarse en Granada, de donde vino a la Corte en 1628 tras ser reclamado una vez más por la Junta del Corpus de Madrid para que entrase a formar parte como músico principal de la compañía que dirigía Antonio Vela. Una vez instalado en la villa y corte, Caballero solicitó que en atención a que “le fue preciso deshacer su casa [...] y es grande trabajo a que se sujeta en el hazer y enseñar todo genero de musica a las cantoras de su compañía [...] se digne de conferirle vna de las plazas de los corrales de comedias según y como se ha estilado con los músicos sus antecesores, y que juntamente se le señale vna ayuda de costa”, petición que fue atendida por el Ayuntamiento que le concedió el producto de “la plaza de la tertulia” de uno de los dos corrales madrileños.
Tras la muerte de Antonio Vela, la compañía pasó a ser dirigida por la mujer de éste, Juana de Orozco, manteniéndose Caballero en ella durante los dos años siguientes, pero en 1731 el músico solicitó del protector de teatros que “respecto de hallarse enfermo del pecho, y padecer una continuada, y irritante destilación, todo causado de la continuada fatiga, y grande trabajo del cumplim[ien]to de su obligaz[i]on [...] se digne de eximirle y darle por escusado de su empleo”, y aunque inicialmente le fue denegado, fue sustituido finalmente por Bernardo Lozano, a quien los “achaques” que padecía no le sirvieron sin embargo de excusa. La trayectoria de Caballero, miembro de una dinastía de actores y músicos, revela su buena preparación musical (compositor, instrumentista y cantante), confirmada por el gobernador de Zamora, quien en la carta que dirige en 1719 al protector anunciando su envío a la Corte, asegura que “este musico a de parecer bien por su boz [...] ya antes de ahora parece a seguido la misma profesión, y aquí ha corrido con aceptación por sus buenos procederes”. En tanto que cantor asalariado de la catedral Caballero tuvo que pasar algún tipo de oposición, por lo que conforme a los juicios que emitían los examinadores podemos suponer que no sólo poseería una buena voz sino que dominaba habilidades tan necesarias en la época como “cantar un papel de repente”. Su trayectoria profesional posterior confirma su buena formación musical; así la actriz Mª Luisa de Chaves le menciona entre los músicos que pueden atestiguar que no puede cantar “primeros tiples” por lo que suplica se le permita seguir cantando papeles de segunda tiple. Es además uno de los pocos casos documentados que se conocen de movilidad desde el teatro hasta el ámbito eclesiástico y nobiliario.
Fuentes y bibl.: Archivo Municipal de la Villa (Madrid), Secretaría, 2-200-4 (1694), 2-200-9 (1699), 2-202-7 (1719), 2-202-6 (1720), 1-415-4 (1720 y 1728), 2-201-4 (1728), 3-471-5 (1729).
N. D. Shergold y J. E. Varey (eds.), Fuentes para la historia del teatro en España. II: Genealogía, origen y noticias de los comediantes de España, London, Tamesis Books, 1985, págs. 166 y 451; V. González Hernández, Zaragoza en la vida teatral hispana del siglo XVII, Zaragoza, Diputación Provincial-Institución Fernando el Católico, 1986, págs. 117, 154-155, 231, 242, 249-251; F. Marcos Alvarez (ed.), Fuentes para la historia del teatro en España XXVII. Teatro y vida teatral en Badajoz: 1601-1700. Estudio y documentos, Londres, Támesis Books, 1997, págs. 298-299; M.ª A. Flórez Asensio, Teatro musical cortesano en Madrid durante el siglo XVII: espacios, intérpretes y obras, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense-Facultad de Geografía e Historia, 2004, vol. III, págs. 319-320; vol. IV, doc. n.º 101, págs. 194-197; T. Ferrer Valls (dir.), Diccionario biográfico de actores del teatro clásico español (DICAT), Kassel, Reichenberger, 2008; Mª A. Flórez Asensio, Músicos de compañía y empresa teatral en Madrid en el siglo XVII, 2 vols., Kassel, Reichenberger, 2015, vol. II, págs. 471-476.
María Asunción Flórez Asensio