Novella y Acebal, Francisco. Madrid, 4.III.1769 – 7.V.1833. Mariscal de campo, gobernador.
Hijo de Francisco Novella, coronel de Infantería y de María Antonia Acebal.
Ingresó como cadete en el Real Colegio de Artillería de Segovia, el 22 de febrero de 1782, graduándose de subteniente el 9 de enero de 1787 y ascendiendo a teniente el 5 de abril de 1791.
Participó en la defensa de Orán en 1791-1792, marchando al año siguiente al Ejército del Rosellón, con el que asistió a la rendición del castillo de Bellegarde (25 de junio de 1793), así como a la batalla de Truillas y a la defensa de Montesquieu (30 de abril de 1794), en donde resultó herido. Fue hecho prisionero en la acción de Roure, el 20 de noviembre de 1794, siendo internado en Francia hasta la paz.
Ascendió a capitán, el 8 de marzo de 1799, empleo con el cual asistió a la campaña de Portugal en 1801.
El 28 de abril de 1806 fue promovido a teniente coronel, siendo destinado al departamento de Segovia, y fue nombrado al año siguiente vocal de la Junta de Artillería.
Al estallar la Guerra de la Independencia se incorporó al Ejército de Extremadura, tomando parte en las batallas de Medellín, Talavera y Ocaña, siendo ascendido a coronel, el 20 de noviembre de 1810, y tomando al año siguiente el mando de la artillería de la plaza de Alicante.
El 24 de octubre de 1811 se le concedió licencia para contraer matrimonio con Ramona Albin.
Ascendió a brigadier el 28 de diciembre de 1812, siendo nombrado al mismo tiempo subinspector de la Artillería de las islas Filipinas, donde permaneció dos años y cinco meses. Fue promovido a mariscal de campo, el 23 de junio de 1815, siendo destinado al virreinato de Nueva España, como subinspector de la Artillería. Combatió contra los insurgentes, siendo nombrado por el virrey Apodaca gobernador de la Ciudad de México e inspector general de la Infantería y la Caballería.
El 5 de junio de 1821, las tropas realistas se sublevaron contra el virrey, deponiéndole y enviándole a España, proclamando a Novella, comandante general. A la llegada del nuevo virrey, O’Donoju, firmante del Tratado de Córdoba (24 de agosto de 1821), se negó a aceptarlo, pero sitiado por el Ejército Trigarante, mandado por Agustín de Iturbide, se vio forzado a rendirse en la ciudad de Méjico el 15 de septiembre.
A su regresó a España y justificada su conducta, recibió la Gran Cruz de San Hermenegildo (1822), ocupando el empleo de subinspector del departamento de La Coruña (1822-1825) y seguidamente del de Cartagena (1825-1832) y del de Valladolid (1832-1833).
En el momento de su fallecimiento era vicepresidente de la Junta Superior de Artillería y subinspector del 5.º departamento.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. N-446, Hoja de servicios diciembre de 1820, Exp. matrimonial.
J. Gómez de Arteche, Guerra de la Independencia, t. XI, Madrid, Imprenta y Litografía del Depósito de la Guerra, 1868-1903; Servicio Histórico Militar, Campañas en los Pirineos a finales del siglo XVIII, 1793-1795, ts. III-1 y III-2, Madrid, Estado Mayor Central del Ejército, 1949-1959; J. N. Chavarri, Historia de la guerra de la independencia de 1810 a 1821, México, Editorial Diana, 1973: VV. AA., Los artilleros del Real Colegio de Artillería en el Alcázar de Segovia, durante el reinado de Carlos III, Segovia, Academia de Artillería, 1988.
Alberto Martín-Lanuza