Rancaño de Cancio, Luis. ?, p. m. s. XVIII – ?, s. m. s. XVIII. Coronel del Ejército, ingeniero militar.
El 12 de enero de 1779 era nombrado subteniente del Regimiento provincial de Mondoñedo. Ingresaba en el Cuerpo de Ingenieros, según un R.D. de 28 de diciembre de 1783, como ayudante, después de superar los exámenes correspondientes ante la Real Junta de Ingenieros con destino en Barcelona.
El 5 de marzo de 1784 era nombrado director de la Escuela de Matemáticas de la Sociedad Económica de Amigos del País de Zaragoza, y un año después, socio de mérito de la citada Sociedad, siendo considerado el mayor impulsor del estudio de tal materia en Zaragoza a finales del siglo XVIII. Bajo su dirección, el plan de estudios de la Escuela se dividió en cuatro cursos, en los que se estudiaba aritmética y álgebra en el primero; geometría, trigonometría plana, aplicación del álgebra a la geometría y secciones cónicas, en el segundo; cálculo infinitesimal, dinámica y mecánica, en el tercero, y maquinaria, hidromecánica y astronomía, en el cuarto. Rancaño se encargaba como profesor de los dos últimos cursos. Al programa se añadían clases prácticas y manejo de instrumentos y máquinas y cuya finalidad era la de aplicar las matemáticas al fomento del desarrollo de la región. La terminación de los cuatro cursos aseguraba a los alumnos alcanzar un prestigioso nivel universitario.
Con respecto al desarrollo rural, el Canal Imperial de Aragón fue objeto de elevado interés de la Sociedad Económica zaragozana. En 1793, poco antes de que el agua llegara a Zaragoza, recibió Rancaño, además del encargo de construir máquinas de agramar (machacar) el cáñamo, la inspección de la puesta en regadío de amplias zonas, con las aguas del Canal Imperial de Aragón. Para ello, se organizaba una comisión, en la que figuraba Rancaño, que, entre el 21 de septiembre y el 19 de octubre de ese año, realizaba una visita que constataba que los enormes yermos de Garrapinillos, Pedrola y Gallur hasta Navarra estaban ya roturados.
El 9 de diciembre de 1793 ascendía a capitán, y el 25 de junio de 1796 a teniente coronel de Ingenieros e ingeniero ordinario. En 1797 se encontraba destinado en la Dirección de Ingenieros de Extremadura. Según una comunicación del ingeniero general, D. José de Urrutia y de las Casas, de septiembre de ese mismo año de 1797, por orden del rey debía volver a su anterior destino en Zaragoza, con el fin de que siguiese ejerciendo la enseñanza de las matemáticas en esa plaza.
Entre 1799 y 1800, llevaba entre manos un proyecto telegráfico, al que se le asignaba bastante importancia. Lo prueba primero en Zaragoza, pero el 30 de julio de 1799 avisaba de su traslado a Madrid por seis meses: a fin de no levantar sospechas, atribuía públicamente su viaje a un pleito sobre la testamentaría del brigadier Alonso González de Villamar. Su colaborador y profesor José Vasconi iba también a Madrid, antes o después que él, con el pretexto de atender los negocios de su casa. Se trataba de probar el “ensayo telegráfico” de día y de noche de Madrid a Aranjuez, tomando tres puntos intermedios, el cual era mejorado en 1800, según comunicación hecha el 3 de agosto de ese año. El secreto y disimulo del proyecto se debía a su posible importancia militar. Al respecto, el 10 de octubre de 1800 aparecía en la Gaceta de Madrid la siguiente noticia: “El Teniente Coronel e Ingeniero ordinario D. Luis Rancaño de Cancio, que en el año próximo pasado tuvo la honra de presentar a SS. MM. y Real Familia el modelo de un nuevo telégrafo militar, muy sencillo y portátil para comunicar noticias imprevistas á grandes distancias. así de día como de noche; ha conseguido después aumentar prodigiosamente el número de sus signos, sin añadirle pieza ni resorte alguno, valiéndose únicamente de cierto recurso ingenioso y expedito… : el número de señales claras y distintas que con ella se puede hacer pronta y expeditamente asciende á mas de 32.000.000, sin que para percibirlas con rapidez se necesite otro auxilio que un buen anteojo acromático adonde no alcancen los comunes ó la simple vista […]”.
Tras varias salidas circunstanciales debidas a su carrera militar, abandonó la ciudad definitivamente en 1802 al ser nombrado ayo de los caballeros pajes del rey en Madrid, si bien volvía a Zaragoza con motivo del primer asedio francés cuando era coronel graduado y teniente coronel de Ingenieros supernumerario, tomando el mando de una compañía formada por discípulos de la Económica. Prisionero del ejército francés y ganado a la causa de José Bonaparte, sufrió el destierro posterior, dedicándose en París a la enseñanza de las matemáticas.
Según el Estado del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de 1810, era promovido a coronel e ingeniero en jefe, en situación de supernumerario, el 25 de julio de 1809, cuando estaba en cautiverio. Esta situación se mantuvo mientras permanecía prisionero hasta 1815, en que desaparece del Estado de ese año, posiblemente por constatarse su entrega a la causa francesa.
Obras de ~: Ejercicios de Matemáticas pura y mixta que los alumnos de la Escuela de Matemáticas establecida en Zaragoza, con la Real Sociedad tendrán…, bajo la dirección de D… Ingeniero Extraordinario de los Reales Exércitos, Socio de Mérito Literario de dicha Sociedad y encargado por S. M. de esta enseñanza, Zaragoza, Viuda de Miedes, 1787; Ejercicios de Matemáticas pura y mixta, Zaragoza, 1788; Exámenes generales que los alumnos de la Escuela de Matemáticas establecida en Zaragoza tendrán en los meses de junio y julio del corriente año, baxo la dirección de D…, Zaragoza, Mariano Miedes, 1792.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Exps. Personales.
Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1797-1815; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Universidad, 1983; H. Capel et al., De Palas a Minerva, La formación científica y la estructura institucional de los Ingenieros Militares en el siglo XVIII, Madrid, Serbal - Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), 1988; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993, 2 ts.; M.ª S. Pita González, La labor docente en centros civiles de los ingenieros militares, en la España del siglo XVIII, en Anales de Historia del Arte, vol. extra 1 (2011), págs. 413-420; A. Astorgano Abajo (coord.), Vicente Requeno (1743-1811), Jesuita y restaurador del mundo Grecolatino, Zaragoza, Prensas de la Universidad de Zaragoza, 2012; “El telégrafo de Rancaño de Cancio”, en Foro Histórico de las Telecomunicaciones, [en línea], disponible en http://forohistorico.coit.es/index.php/wiki-telegrafia-optica/item/el-telegrafo-de-rancano-de-cancio; A. Gil Novales, “Rancaño de Cancio, Luis”, en MCN Biografías, [en línea], disponible en http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=rancanno-de-cancio-luis.
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño