Negri Mendizábal, Ignacio. Conde de Negri de la Torre, en Milán. Madrid, 2.VIII.1792 – Turín (Italia), 24.III.1852. Teniente general carlista, caballero Laureado y Gran Cruz de la Orden de San Fernando.
Perteneciente a una noble y antigua familia de origen italiano, fue su padre el teniente general conde de Negri de la Torre, al servicio de España, y su madre Agustina Mendizábal Iribarri.
Ignacio estudió en el Real Seminario de Nobles y fue paje de Carlos IV. Tomó parte a los dieciséis años en la guerra contra los franceses, defendiendo en Madrid la puerta de Fuencarral y entrando a continuación en el Ejército como soldado voluntario.
En julio de 1814 se le concedió el empleo de segundo teniente del Regimiento de Guardias Walonas, en 1819 el grado de teniente coronel de Infantería y, en 1822, este empleo, pasando destinado al 1.er Regimiento de la Guardia Real de Infantería.
En ese último año, el 7 de julio, se vio involucrado en el levantamiento de los batallones de la Guardia Real en apoyo de Fernando VII, por lo que fue procesado, separado del ejercicio de su empleo y postergado por desafecto al régimen constitucional, acompañando a Fernando VII en su destierro y emigrando poco después a Bayona, donde se presentó al general Eguía.
Destinado al Regimiento Real de Navarra y a las órdenes del general Carlos O’Donnell, estuvo al mando del Batallón Provisional de Reales Guardias, combatiendo a los constitucionalistas en la acción de Puente la Reina, en la que al mando de 140 hombres disputó durante doce horas el paso del puente a más de cuatro mil hombres al mando de Torrijos, logrando salvar a la agotada División Realista; poco después ganó el ascenso a coronel por su intervención en las acciones de Muriain, Estella y Valcarlos. Combatiendo en Aragón, se halló en la toma de Ayerbe y en el ataque y bloqueo de Huesca.
A la entrada en España en 1823 de los Cien Mil Hijos de San Luis, se le confió el mando de una columna volante de Infantería y Caballería, con la que luchó contra partidas liberales en las provincias de Zamora y Salamanca, obligándolas a encerrarse en la plaza de Ciudad Rodrigo. El 27 de junio, siendo jefe de la columna volante perteneciente al Ejército Real de Castilla la Vieja, compuesta por cuatrocientos infantes y noventa caballos, fue atacado por las citadas partidas, muy superiores en número, consiguiendo salvar sus fuerzas por medio de una diestra y ordenada retirada de los perseguidores que iban a su alcance, a los que supo escarmentar y contener en Bocacara, obligándolos a volver a la plaza de Ciudad Rodrigo.
Seguidamente asistió al asedio puesto a esta plaza y persiguió y alcanzó en Alba de Tormes a la partida de El Empecinado, a la que dispersó. Tras contribuir a la rendición de Ciudad Rodrigo fue comisionado para desarmar a parte de las tropas del general Ballesteros.
En 1825 se le puso al frente del 1.er Regimiento de Línea, de nueva creación, pasando al año siguiente agregado al n.º 8 y posteriormente al de Bailén, desempeñando al mismo tiempo el cargo de gentilhombre de cámara de los infantes Carlos, Luis María y Juan Carlos.
En 1827 se le concedió la Cruz de San Fernando de 2.ª Clase por la acción de Bocacara. Ascendido a brigadier en 1829, sus ideas políticas hicieron que fuese perseguido a la muerte de Fernando VII. Trató de huir a Portugal para unirse a don Carlos, pero fue apresado en la frontera y encarcelado en Ciudad Rodrigo y posteriormente en Valladolid, permaneciendo encerrado durante dos años. Trasladado al castillo de San Sebastián, en Cádiz, sufrió otros dos años de reclusión y fue encausado por un intento de fuga, consiguiendo al fin huir el 9 de julio de 1837, presentándose en Navarra, en el Cuartel General carlista, y ofreciéndole sus servicios a Don Carlos, quien le concedió el empleo de mariscal de campo y le encomendó el mando de la expedición a Castilla.
El 14 de marzo de 1838 salió la expedición de Orduña, atravesando las provincias de Burgos y Santander y derrotando en Vendejo al general Latre. El 6 de abril se apoderó de Segovia, pero a la llegada de fuerzas liberales tuvo que abandonar la ciudad el día 10, siendo alcanzado el 15 por Iriarte en Mayorga (Valladolid), lo que le obligó a retirarse hacia Santander, penetrando en el valle de Liébana con objeto de reponerse y descansar, pero, perseguido por Iriarte, fue obligado a emprender una penosa huida a través de la sierra, atravesando el valle de Cabuérniga al frente de una tropa hambrienta, descalza y con los uniformes rotos y empapados. Ante el acoso de las tropas liberales decidió marchar a los pinares de Soria, llegando parte de la misma el 26 a Fresno de Rodilla (Burgos), donde al día siguiente les alcanzó el general Espartero, resultando arrollados al tratar de salir en dirección a Villasur de Herreros. Quedaba así destruida la expedición, de la que pocos se salvaron, formando Espartero con los prisioneros el 2.º Batallón de Luchana.
En el mes de agosto tomó parte en la defensa de Morella, en cuyo sitio fracasaron las fuerzas liberales, siendo premiado por Don Carlos con la Cruz de San Fernando de 5.ª Clase o Gran Cruz.
A su regreso a las provincias del norte desempeñó el cargo de segundo jefe del Estado Mayor General hasta 1839. Una vez firmado el Convenio de Vergara intentó mantener la disciplina de las tropas que no se habían acogido al mismo, pero no lo consiguió, por lo que se exilió en Francia. Terminó falleciendo en Turín en 1852.
Tenía el título nobiliario de conde de Negri de la Torre. Estuvo casado con María Manuela Cubells Gil.
Bibl.: A. Pirala, Historia de la guerra civil y de los partidos liberal y carlista, t. II, Madrid, Felipe González Rojas, 1890, págs. 981-999; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando. Infantería, t. I, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001; A. de Ceballos-Escalera y Gila, J. L. Isabel Sánchez y L. Ceballos-Escalera y Gila, La Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Palafox & Pezuela, 2003.
José Luis Isabel Sánchez
