Jaramillo, Juan. Barcarrota (Badajoz), ú. t. s. XV – México, c. 1550. Miembro de la hueste de conquista de Hernán Cortes, fundador de la ciudad de Tepeaca (México), esposo de doña Marina, la Malinche.
Nació, en el último tercio del cuatrocientos en la entonces villa de Villanueva de Barcarrota. Era hijo de Alonso de Jaramillo y de Mencía de Matos y viajó, junto a ellos, a Santo Domingo en la flota del comendador mayor Nicolás de Ovando, en 1502.
Su padre jugó un destacado papel en la represión de las rebeliones de Higüey y Xaragua, ocurridas, como es sabido, entre 1504 y 1505. Pese a la buena posición social lograda en La Española, la familia Jaramillo decidió marcharse a la isla de Cuba. Allí, Juan Jaramillo entabló una fructífera y dilatada amistad con Hernán Cortés, que duró prácticamente toda su vida. Desde entonces, el barcarroteño se convirtió en la mano derecha del conquistador de Medellín. Y de hecho, estuvo luchando junto a él tanto en la derrota de la Noche Triste como en la decisiva batalla de Otumba.
Una vez sometida la capital azteca, en el mismo año de 1521, se dirigió junto a Pedro de Alvarado a la conquista de la región de Tutepeque, donde, por delegación expresa de Hernán Cortés, fundó la villa de Segura de la Frontera, estableciéndose temporalmente allí como su primer alcalde mayor. Originariamente erigió allí una fortaleza para defenderse de posibles rebeliones indígenas. Sin embargo, debido a las circunstancias bélicas del momento, dicha localidad debió ser abandonada. Cuando, pasado un tiempo, se repobló de nuevo, se decidió cambiar el nombre de Segura de la Frontera por el indígena de Tepayacac, actualmente Tepeaca —Puebla, México—.
Pero su actividad no acabó ahí y el incansable Juan Jaramillo no tardó en enrolarse, esta vez con el rango de alférez general, en las operaciones para conquistar las regiones de Pánuco, Oaxaca y Honduras.
El agradecimiento de Hernán Cortés a su fiel compañero de tantas batallas fue tal que, en 1523, le entregó la encomienda de Xilotepeque, un pueblo indígena ubicado a doce leguas de México, con nada menos que dieciocho mil tributarios y una renta anual de 17.000 pesos de oro, una de las mayores encomiendas concedidas en América, que le convirtió, de hecho, en uno de los hombres más ricos de Nueva España, después del propio Hernán Cortés. Además, éste, con una mentalidad difícil de entender desde nuestra perspectiva actual, le cedió a su íntima colaboradora, la india doña Marina. Y ello muy a pesar de que acababa de tener un hijo con ella, Martín Cortés, nacido en 1522 y legitimado por bula papal en 1529. Doña Marina aceptó de buen grado a su nuevo marido. De hecho, en 1523, al ver a sus padres que, por cierto, la habían vendido años antes, afirmó lo siguiente: “Os perdono y os estoy agradecida porque, gracias a vosotros, soy cristiana, tengo un hijo del señor Cortés y estoy casada con un caballero como es mi marido, Juan de Jaramillo, y en lo que más tengo es en servir a mi marido y a Cortés, más que nada en el mundo”.
Con doña Marina, conocida como la Malinche, vivió varios años en México, donde ostentó, desde 1526, el cargo de alcalde ordinario. Con ella tuvo una hija mestiza, llamada María. Tras la muerte de su esposa, se casó en segundas nupcias con Beatriz de Andrade, hija del comendador Leonel de Cervantes, con quien no tuvo hijos.
Se ignora la fecha de su fallecimiento, aunque sí se sabe que era finado en 1551. A su muerte dejó dos tercios de su enorme fortuna a su segunda esposa y, el tercio restante, a su hija María.
Bibl.: C. Pereyra, Hernán Cortés, Buenos Aires, Espasa Calpe Argentina, 1942; B. Díaz del Castillo, Historia verdadera de la conquista de Nueva España, Madrid, Editorial Sopena, 1970; M. Cuesta y M. Muriel, Atlas Toponímico Extremeño-Americano, Badajoz, Caja de Badajoz, 1989; J. L. Martínez, Hernán Cortés, México, Fondo de Cultura Económica, 1990; J. A. Calderón Quijano, Toponimia española en el Nuevo Mundo, Sevilla, Ediciones Guadalquivir, 1990; A. de Herrera, Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y Tierra Firme del mar Océano, Madrid, Universidad Complutense, 1991; P. Hurtado, Los extremeños en América, Sevilla, Gráficas Mirte, 1992; H. Thomas, La Conquista de México, Barcelona, Planeta, 2000; Quién es quién de los conquistadores, Madrid, Salvat, 2001; E. Mira Caballos, Barcarrota y América: flujo y reflujo en una tierra de frontera, Badajoz, Junta de Extremadura, 2003.
Esteban Mira Caballos
