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Ramón Castillo y García Soriano

Biografía

Castillo y García Soriano, Ramón. Ávila, 1860 – 5.VII.1924. Abogado del Estado y político.

Hijo de León Castillo Soriano y de Rafaela García Gordo, esta familia figura entre las abulenses que despuntan a partir de mediados del siglo xix con la compra de bienes desamortizados. Su padre fue comisionado superior de Ventas de Bienes Nacionales en Ávila (1856), prestamista del ferrocarril, representante del Banco de España, alcalde en 1864 y diputado provincial en 1871; compró muchas fincas en la desamortización, entre ellas, la dehesa familiar de las Gordillas en Maello, y en 1877 figura entre los mayores contribuyentes. Esta familia emparenta con las de Paz y Salvadiós, que reúnen uno de los primeros patrimonios agrarios y poder político en Ávila.

Ramón Castillo se casa con la sobrina de su cuñado, Consuelo Salvadiós Paz. Es abogado del Estado y terrateniente; cotiza por rústica, pecuaria, urbana e industrial al menos por Ávila, Salobral y Maello. Ejerce de abogado en Ávila desde 1884; por entonces contribuye a sostener el Casino Hijos del Trabajo; es letrado de la Diputación en 1892-1893, decano del Colegiode Abogados y director del Banco de España de Ávila en 1901. También estuvo colegiado en Madrid; vivió entre Ávila y Madrid, pues es un hombre de peso de la política abulense en las Cortes.

Comienza su carrera política presentándose a las elecciones de diputados a Cortes de 1891 por Ávila, que pierde frente al silvelista Alberto Muñoz Morera por apenas sesenta votos en la capital. Mejor suerte corre en las elecciones de 1893 frente a otro peso fuerte, Luis Silvela Casado. Castillo es elegido diputado a Cortes por Piedrahita y lo compatibiliza con su profesión de abogado. En 1896 publica La reforma del Código Penal español, premiada por la Academia de Legislación y Jurisprudencia ese mismo año. Tras la escisión del gamacismo, Ramón Castillo encabeza a los liberales de Sagasta en Ávila desde marzo de 1899 y preside El Heraldo Mercantil, órgano del partido hasta su desaparición en 1909. Ramón Castillo vuelve a salir elegido diputado, ya siempre por el distrito de Ávila, en las elecciones de 1901 y 1905 y representa a la provincia en el Senado en las de 1907.

Durante estas legislaturas, participa en distintas secciones y comisiones e interviene en debates, con enmiendas, proyectos de ley y discursos. Fue secretario de la comisión de reforma del Código Penal en la legislatura de 1907-1908; miembro de la que estudió el retiro de jefes y oficiales del Ejército, de la que cedió los terrenos de la Moncloa para el Tiro Nacional, otras de repoblación forestal, de las de una docena de tramos de ferrocarriles y carreteras, algunas de Ávila, e intervino acerca de la Ley Hipotecaria y la Administración Local. A principios de 1908, Castillo encabeza el bloque de izquierdas con republicanos y socialistas, que fracasa en las municipales de 1909, al tiempo que se enfrenta al ala más radical de su partido, liderado por el abogado Nicasio Velayos, que se salda con la victoria de Ramón Castillo sobre aquél en las elecciones de diputados a Cortes por Ávila en 1910. En esta legislatura integra la comisión del ferrocarril de Ávila a Salamanca. Pero termina su trayectoria elegido senador por Ávila en 1916, afecto a Prieto y al marqués de Alhucemas, pues la división irreconciliable del partido liberal abulense acaba con su carrera.

 

Obras de ~: La reforma del Código Penal español, Ávila, Tipografía de Cayetano González Hernández, 1896.

 

Bibl.: I. Castillo, El parlamento español en 1910, Madrid, Redacción y Administración don Felipe, 1910; I. Ruiz-Ayúcar Zurdo, El proceso desamortizador en la provincia de Ávila (1836-1883), vol. I, Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 1990-1991, pág. 132; P. Carasa Soto (dir.), Elites políticas castellanas de la Restauración. Diccionario biográfico de parlamentarios castellanos y leoneses (1876-1923), vol. I, Salamanca, Junta de Castilla y León, 1997, págs. 200-201; E. Cabezas Ávila, Los de siempre. Poder, familia y ciudad (Ávila, 1875- 1923), Madrid, Centro de Investigaciones Sociológicas, 2000, págs. 65, 99, 101-102, 127, 182, 205, 215, 217 y 227.

 

Pilar Calvo Caballero