Ubach, Francisco. Cataluña, ú. t. s. XV – Valencia, IX.1540. Jurista, regente de la Cancillería y Audiencia del Reino de Valencia. Nació en Cataluña en el último tercio del siglo XV. Doctor en Leyes y Cánones, fue nombrado regente de la Cancillería del Reino de Mallorca en marzo de 1522, en pleno conflicto agermanado. Sustituía en el cargo al valenciano Jaime Roca, depuesto en octubre de 1521 por su enfrentamiento con el lugarteniente real, Miguel de Gurrea, y por su actitud contemporizadora con los miembros de la Germanía. Aún en Barcelona, comenzó contacto epistolar con los jurados de la isla en marzo de 1522, comunicándoles que el virrey catalán le había ordenado trasladarse a la isla; simultáneamente se iniciaban los preparativos de la armada que habría de ir el siguiente otoño a reducir militarmente a los alzados. Tras entrevistarse en Barcelona con el notario Miquel Santpol, salió de la ciudad hacia Mallorca el 3 de agosto. Al día siguiente Santpol anunciaba a los jurados su llegada, pidiéndoles que se preparasen para recibirle y que a partir de ese momento “cessant lo de blanchs ni negres perque ara tots havem d’esser huns”.
Desembarcó en Alcudia, en manos de los realistas, obviando Soller por ser una posición agermanada. Tras la marcha de las principales autoridades isleñas, el regente era la primera jerarquía representante del poder real en Mallorca. Su llegada a la isla en agosto de 1522 no contribuyó a mejorar las relaciones con las autoridades municipales que apreciaron como autoritarias y en absoluto pacificadoras las medidas dictadas por el nuevo regente. De forma inmediata, los jurados le instaron a que se trasladase a la capital y cumpliese preceptivamente con su obligación de jurar las franquezas y los privilegios del Reino, antes de iniciar el ejercicio de sus funciones. La comisión encargada de recibirle se trasladó a Inca, desde donde transmitió la correspondencia mantenida entre los dirigentes agermanados y el comisario real. Ubach les envió una carta real, fechada el 13 de octubre de 1521, que reprobaba sin excepción las actividades agermanadas e instaba a su sumisión. Desde Alcudia, de donde no se movió, intentó mediante cartas amenazadoras la sumisión de las villas de las zonas fronterizas y su colaboración en la reducción de la ciudad. No fue a la capital a jurar su cargo y esta misión apaciguadora concluyó en un fracaso. Los jurados consideraron que desde su posición en Alcudia lo que intentaba era dividir a los agermanados mediante el envío de emisarios a distintas poblaciones para que enviasen hombres, caballos y armas a aquella villa a fin de organizar desde allí una expedición que acabase con la Germanía. Le acusaron de actuar más como un caudillo contrarrevolucionario que como un pacificador.
Fracasada su hipotética misión apaciguadora, no quedaba otra alternativa que la resolución del conflicto por la vía militar. En septiembre de 1522, los agermanados atacaron infructuosamente la plaza amurallada de Alcudia, donde él se encontraba, tras la derrota militar de los agermanados con la llegada de la flota real en octubre de 1522. Iniciado el sitio de la capital a finales de año, ésta se rindió a comienzos de marzo de 1523. Antes de que capitulara, intentó, junto con el gobernador de Menorca, negociar su rendición. Le correspondería cooperar con la dura represión con la que fue castigado el levantamiento. Carlos V premió su gestión en Mallorca promoviéndolo a la Presidencia de la Audiencia valenciana en 1527 (Valladolid, 2 de febrero).
En Valencia, junto a los nuevos virreyes —Germana de Foix y Fernando de Aragón, duque de Calabria— y al, para entonces, vicecanciller del Consejo de Aragón, Eiximén Pérez de Figuerola, Francisco Ubach presidió en octubre de 1527 la toma de posesión de los magistrados del tribunal valenciano, reestructurado mediante Pragmática Real en la citada fecha.
Desde el comienzo de su ejercicio se le encomendaron tareas importantes de cara a la normalización del Reino tras la Germanía. En tal sentido, fue nombrado, junto con el regente del Consejo de Aragón Juan Sunyer, juez de residencia de los oficiales reales en 1528; se planteaba por este medio la primera inspección general de la administración regnícola en el reinado de Carlos I. La misión no pudo llevarse a término por la partida de Sunyer a Italia, formando parte del séquito imperial. En 1529, con la colaboración del doctor Miguel Miedes —arcediano de Murviedro y oficial del arzobispado de Valencia—, investigó, por orden directa del Emperador, las quejas planteadas por los nuevos convertidos del Reino contra sus señores, que, según los moriscos, seguían sin tratarlos como vasallos cristianos.
En cumplimiento de la normativa foral y a petición de las Cortes valencianas, fue habilitado como natural del Reino en 1537. Su fallecimiento, a finales de septiembre de 1540, fue muy sentido por el virrey, pues recelaba de que el puesto fuera ocupado por un natural del país (Martí Fernando, 2000: 94), aunque finalmente fue sucedido al frente de la Cancillería y Audiencia valencianas por el letrado catalán Antonio Piquer, que se mantuvo en el cargo hasta su muerte en agosto de 1544.
Bibl.: E. Durán, Les Germanies als Països Catalans, Barcelona, Curial, 1982; J. Juan Vidal, Els Agermanats, Palma, Ajuntament, 1985; T. Canet Aparisi, La Audiencia valenciana en la época foral moderna, Valencia, Edicions Alfons El Magnánim, Institució Valenciana d’Estudis i Investigació, 1986, págs. 28-30; “Procedimientos de control de los oficiales regios en la Corona de Aragón. Consideraciones sobre su tipología y evolución en la época foral moderna”, en Estudis. Revista d’Història Moderna, n.º 13 (1988), pág. 138; La magistratura valenciana (s. XVI-XVII), Valencia, Universidad, Publicaciones del Departamento de Historia Moderna, 1990, págs. 44, 47 y 202; V. Graullera Sanz, “Los Regentes de la Audiencia valenciana en la época foral”, en Dels Furs a l´Estatut. Primer Congrés d´Administració valenciana: de la Història a la modernitat, Valencia, Consellería d’Administració Pública, 1992, pág. 693; J. Juan Vidal, El sistema de gobierno en el reino de Mallorca (siglos xv-xviii), Mallorca, El Tall Editorial, 1996, págs. 202-204; J. Martí Ferrando, El poder sobre el territorio (Valencia, 1536-1550), Valencia, Biblioteca Valenciana, 2000, págs. 93-94; P. Molas i Ribalta, “Los cancilleres de Carlos V” y T. Canet Aparisi, “La justicia del Emperador: la refundación carolina de la Audiencia valenciana”, en J. Martínez Millán (coord.), Carlos V y la quiebra del humanismo político en Europa (1530-1558), vols. I y II, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2001, págs. 238-239 y págs. 173-179, respect.
Teresa Canet Aparisi y Josep Juan Vidal