Vázquez, Bautista. ?, p. m. s. XVI – León, 3.IX.1596 post. Escultor.
Este escultor no parece tener ninguna relación de parentesco con los homónimos escultores que se asentaron en Sevilla procedentes de Toledo en la segunda mitad del siglo XVI.
Estuvo casado con Isabel de Robles, hermana de la mujer del pintor Francisco de Carrancejas, desde 1556, lo que motivará la constante colaboración de ambos artistas en distintas obras. En 1570 vivía en casas colindantes con las de su cuñado, las cuales cedía ese año en arriendo. También se sabe que un hijo de Bautista Vázquez estaba casado con María, hija del pintor Santa Cruz de Herreras, tal y como declara en su testamento.
Se supone que su primera formación se realizaría en el taller de Juan de Angés, con quien colaboraba en el retablo del monasterio de las Tiendas en 1569. Tuvo una actividad muy fecunda en el mundo artístico leonés de la segunda mitad del siglo XVI, pues se conocen muchos contratos de obras de escultura, así como su intervención en distintas tasaciones. Entre 1563 y 1573 es citado continuamente en los acuerdos capitulares de la catedral de León, lo que indica su prestigio en el ámbito catedralicio, destacando varias obras de su mano. Así, el 9 de mayo de 1568 se le pagaba lo que se le debía por las esculturas de San Pedro y San Pablo que estaban colocadas en la delantera del espejo de la catedral de León, es decir, en el sobrecuerpo renacentista que tuvo la fachada de los pies que fue desmontado en la restauración del siglo XIX. En muchas de estas partidas aparece citado junto a Juan de Angés el Mozo.
El 19 de julio de 1563, Carrancejas actuaba de otorgante en el contrato que hizo el escultor del retablo de Castrillino (León). El 22 de diciembre de 1563, Carrancejas y Vázquez contratan una custodia de Valdepiélago. El 6 de junio de 1564, Vázquez contrata el retablo de Villagrá (León), y su cuñado se encarga de su pintura. El 15 de junio del mismo año, ambos artistas contratan los retablos para
El 16 de mayo de 1571 quizá tase la talla de una cruz hecha por Alonso Rubián y Juan de Zamora, pintor, para Santa Colomba de las Arrimadas. El 4 de diciembre de 1571 tasa con Juan de Zamora una cruz de talla y pintura hecha por Francisco de Carrancejas y Juan de Villacorta para la iglesia de San Pedro de Sabero. En 1575 tasó una custodia para la iglesia de San Pedro de Villavicencio de los Caballeros. En 1576 realizó el crucifijo del trascoro de la catedral leonesa, para el que el Cabildo había abierto un concurso en 1575. Ese mismo año tasa la escultura titular de la cofradía de Santa Eugenia de Grandoso. El 15 de enero de 1578, junto al pintor Bartolomé de Carrancejas, tasa un retablo hecho por Miguel Martínez para la compañía de Nuestra Señora en Grandoso. El mismo año se fecha su Piedad de San Salvador del Nido y un crucifijo para Villasana (León).
El 27 de marzo de 1582, junto a Bartolomé de Carrancejas, paga la fianza de Blas de Miranda, preso en la cárcel. En ese año era testigo de la licencia del abad de San Benito para construir la iglesia de San Claudio de León por Juan de Nates. Se cree que trabajó en la escultura de la escalera noroeste del claustro de San Isidoro de León.
Bautista Vázquez dictó su testamento el 3 de septiembre de 1596. Dejaba como herederos a su mujer, Isabel de Robles, y a sus hijos Gaspar, Catalina, María e Isabel. Entre los bienes entregados a su viuda se citan numerosas obras que tenía terminadas o en proceso de ejecución, lo que indica que tuvo un taller muy activo en su momento, con una organización de trabajo racionalizada, tal y como se muestra también por los numerosos modelos existentes en el mismo. Isabel murió el 22 de mayo de 1601, y en esa fecha aún poseía distintos modelos de su marido en su estudio, entre los que destacaba uno de Hércules.
El estilo de Vázquez debió de partir de la fase final del de Juan de Angés el Viejo; pronto entra dentro de los cauces del romanismo derivado de la elegancia compositiva de Gaspar Becerra, pero con características también cercanas a Esteban Jordán, con quien pudo colaborar, como se advierte en el estilo de su magnífico crucifijo del trascoro leonés. Suele ser correcto en su técnica, aunque a veces se advierte la participación del taller cuando estaba presionado por la amplia demanda de obras. Su obra más completa de las documentadas parece ser el retablo de Cabezón de Valderaduey (Valladolid), al que puede referirse la noticia de que se le debía cierta cantidad por parte de esta iglesia. Es una obra de dos cuerpos y ático, en la que se aprecian dos manos distintas. Se le ha atribuido el monumental retablo de Santa María de Villavicencio de los Caballeros (Valladolid), con banco, tres cuerpos y ático, en el que aparecen citas de Becerra y de Esteban Jordán en su escultura. En el mismo pudo trabajar Paulo de Salamanca.
Obras de ~: retablo, Castrillino (León), 1563 (desapar.); custodia, Valdepiélago (León), 1563 (desapar.); custodia, Villagrá, (León), 1564 (desapar.); retablos,
Bibl.: R. Rodríguez, “Documentos para el estudio del arte en León durante el siglo XVI”, en Diario de León, 24 de noviembre de 1924, 2 de diciembre de 1924, 3 de diciembre de 1924, 28 de diciembre de 1924, 4 de enero de 1925, y 4 de febrero de 1925; J. C. Torbado, “El crucifijo del trascoro de
Jesús María Parrado del Olmo
