Gil Martín, Francisco. Maestro Gil de Nava. Nava del Rey (Valladolid), 1533 – 21.I.1593. Abad de Medinaceli, catedrático, filósofo y teólogo.
Nació en el seno de una influyente familia de Nava del Rey, en la que buena parte de sus miembros ostentaron cargos políticos o eclesiásticos. Su formación inicial corrió a cargo de su tío, el prestigioso maestro universitario Juan Gil de Nava, quien le llevó al colegio mayor de Santiago Zebedeo —conocido como “de Cuenca”— de Salamanca, donde alcanzó los títulos de doctor en Teología y catedrático en Filosofía Moral, disciplinas que enseñó en la Universidad de Salamanca.
Con este currículum, en 1570 fue candidato a la mitra de la abadía de Medina del Campo (Valladolid), pero no obtuvo ningún voto. Tras la muerte del abad Juan Antolínez Bricianos, en 1582 Francisco Gil opositó nuevamente a la colegiata medinense, esta vez avalado por el rey Felipe II, si bien el Cabildo Mayor exhibió la bula fundacional del año 1480 que le concedía plena autonomía en la elección y alegó además que Gil no era capitular. Ante tal desafío, el Monarca intentó que su protegido accediese a un puesto en el Cabildo, pero fue en vano, pues el maestro Gil de Nava no era beneficiado en ninguna parroquia de Medina del Campo. Después de la ardua polémica, en 1582 resultó electo Jerónimo de Dueñas Ormaza con la consiguiente decepción de Felipe II, principalmente por el afecto que tenía hacia Juan Gil, tío del candidato oficial, quien había sido maestro de su primogénito el siempre complejo príncipe Carlos; pero sobre todo el nombramiento ratificó el poder del Cabildo Mayor frente al Rey, que en el fondo era el motivo de la discordia.
Seguidamente, Francisco Gil fue nombrado abad de la recién instituida (1561) colegiata de Medinaceli (Soria), donde además ejerció de gobernador de los estados del duque de Medinaceli y presidente de su consejo. No obstante, la abadía de Medina del Campo siempre estuvo entre sus objetivos, pues opositó a ella nuevamente en 1592, si bien fue rechazado por no ser medinense, lo que motivó el consiguiente pleito. Ello movió a Felipe II a patrocinar el nombramiento del maestro Gil, aunando además el apoyo del obispo de Salamanca, a cuya diócesis pertenecía la abadía. Finalmente, el Cabildo Mayor accedió al concurso del candidato oficial, aunque todos los votos fueron para el capitular Miguel de Bricianos, último abad de la villa al adscribirse en 1597 —irremediablemente— la colegiata a la nueva diócesis de Valladolid. Cabe señalar, como algunos autores aseveran, que Felipe II ofreció a Juan Gil “una importante iglesia en América que no pudo aceptar” por razones hoy desconocidas.
Después del último intento por alcanzar la mitra medinense, el maestro Francisco Gil de Nava falleció el 21 de enero de 1593 y su cuerpo fue sepultado junto al de sus padres —Gaspar y Antonia— en la capilla familiar de Nuestra Señora de la Asunción, sita en la parroquia de los Santos Juanes de Nava del Rey, de la que fue patrón y culminó el proyecto de la sacristía privada, espacio derruido en el tercer cuarto del siglo xx. En la mencionada parroquia se conserva un retrato del biografiado con la siguiente inscripción: “El muy Ilustre Señor Maestro Francisco Gil de Nava, natural de esta villa y beneficiado de esta iglesia.
Colegial en el Mayor de Cuenca de Salamanca, Doctor Teólogo y Catedrático de Filosofía Moral de aquella Universidad. Abad de Medinaceli, patrono de esta capilla de Ntra. Sra. de la Asunción. Murió en 21 de enero de 1593”.
Bibl.: F. Carbonero, Historia de La Nava del Rey, Valladolid, Imprenta y Librería de F. Santarén Madrazo, 1900; G. Moraleja Pinilla, Historia de Medina del Campo, Medina del Campo, Imprenta Manuel Mateo Fernández, 1971; F. Z amora, “Osma-Soria, diócesis”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1975, págs. 1845-1849.
José Manuel Rodríguez Rodríguez
