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Francisco Antonio Maciel

Biografía

Maciel, Francisco Antonio. El padre de los pobres. Montevideo (Uruguay), 6.IX.1757 – 20.I.1807. Industrial, comerciante, benefactor y miliciano del Rey.

Fue el primogénito del matrimonio formado por Luis Enrique Maciel (Buenos Aires, 1720-Montevideo, 1801), fundador del linaje en Montevideo, y Bárbara Josefa Camejo, natural de Tenerife (Canarias), pero residente en Montevideo desde 1729, con la que casó en segundas nupcias.

La trágica muerte de Francisco Antonio Maciel contribuyó a revestir su figura de una aureola de bondad, desprendimiento material y valentía rayana en el martirologio. Los textos de historia lo consagraron como padre de los pobres, título que le atribuyó el cronista Isidoro de María, e incluso le hicieron fundador del primer hospital civil de la ciudad, al que se le dio su nombre. Hoy, la historiografía desapasionada y la documentación exhumada, sin caer hasta aquellos extremos, permiten reubicarlo en un sitial, digno ciertamente, pero exento de panegirismo.

No se le conocen otros estudios que los primarios, aplicándose precozmente a la industria y el comercio, actividad que desempeñaba su padre que, como muchos pobladores, explotaba una estancia otorgada por el Cabildo en los nacientes del arroyo de Pando.

Fundó una importante industria saladeril, con el español José Ramón Mila de la Roca (1788), sobre la costa del arroyo del Miguelete, cerca del llamado Paso del Molino en los aledaños de la ciudad, que fue tal vez su más destacado emprendimiento. Dispuso allí del primer molino de viento, criadero de aves importadas de Europa y ranas, alfarería con artesanos traídos de Brasil, fábrica de velas y jabón blanco con fórmula conseguida en Chile (inexistente hasta entonces en la ciudad). Levantó capilla privada (1796) para sus servidores y vecinos del Miguelete, que sería sede en la época independentista del congreso de la provincia oriental conocido como “de la capilla de Maciel” (1813). Fue asentista, asociándose con el médico Juan Cayetano de Molina, del primer alumbrado con velas de la ciudad; garante de Mateo Magariños, asentista para Montevideo y Maldonado “de víveres de los Baxeles de su Majestad”, para lo que hipotecó sus fincas; promovió ante el Rey el libre comercio marítimo entre Río de Janeiro y Montevideo, siendo autorizado pese al monopolio existente para la Península.

Y como actividad lícita en su época, fue introductor de esclavos.

En cuanto a su participación en el establecimiento del primer hospital civil de Montevideo, hoy ha quedado esclarecido que no fue su fundador, pero sí uno de los colaboradores de la primera hora, aportando dinero para la colecta inicial (1781) con la que el Cabildo pagó el terreno. Integrante de la cofradía de laicos Hermandad de San José y Caridad (desde 1785) y hermano mayor de la misma (1786), fue bajo su prolongada administración cuando se logró que el Cabildo delegara definitivamente en la cofradía la terminación del inconcluso hospital (1787), terminándose rápidamente, con una planta reducida (sólo para hombres) y recibiendo sus primeros ocho enfermos pobres el 17 de junio de 1788. Desde 1911 lleva el nombre de Hospital Maciel. Entre 1798 y 1804 presentó escrupulosamente unas “cuentas” a la Junta Gubernativa de la Hermandad sobre ingresos y egresos de dinero para la construcción de la capilla anexa al hospital, conocida como “capilla de la caridad”. Precisamente en una de esas rendiciones se encuentra un documento de valor excepcional para resolver definitivamente toda duda en cuanto al arquitecto que diseñó esa obra, la tercera en antigüedad subsistente en Montevideo, y que reza: “R.ví del Sr Dn Fran.co Ant.o Maciel Hermano Mayor dela hermandad de Caridad de esta ciudad quarenta y quatro pesos corrientes por mi trabajo del plano q.e ice p.a la capilla del Hospital y para q.e coste lo firmo en Montevideo à 29 de Julio de 1798. Mig.l Estévez”. Miguel Estévez Díaz era el maestro mayor de Reales Obras de Fortificación para Montevideo, anterior a Tomás Toribio, a pesar de ser conocido éste como el primer arquitecto de la ciudad. Maciel habría contribuido en calidad de préstamo con unos 17.000 pesos de los 24.000 que venía costando la capilla hasta 1804, de los cuales su viuda pudo recuperar años después (1822) tan sólo 8.768 pesos.

Integró, como la mayor parte de sus contemporáneos, las milicias de la ciudad. Subteniente de la Compañía de Granaderos (1780), capitán (1796) y, por Real Despacho (1803), jefe de Compañía del batallón de Milicias Disciplinadas de Voluntarios de Infantería de reciente creación. En esa jefatura, pese a no estar obligado a prestar servicios activos por ser juez de Comercio, estuvo en la primera línea durante la segunda invasión británica de Montevideo (1807).

Conocido el desembarco, se decidió hacer una salida de las fuerzas defensoras desde la plaza fortificada para dar batalla al enemigo. Previsor, Maciel hizo testamento el día anterior a la batalla disponiendo “que sea mi albacea mi esposa y que dejo tres hijos y embarazada dicha mi mujer”. En las primeras horas de la mañana del 20 de enero, dos mil trescientos setenta y dos hombres de todos los cuerpos de la defensa fueron sorprendidos y prácticamente fusilados por las disciplinadas tropas inglesas en las afueras de la ciudad, a la altura del llamado Cristo del Cordón (hoy en la proximidad del edificio de la Universidad), que esperaban ocultos entre los altos maizales. Entre los caídos estaba Maciel, comandando la 5.ª compañía del batallón de Infantería, cuyo cadáver no fue identificado, y fue sepultado junto con las numerosas víctimas en el mismo lugar del desastre.

Francisco Antonio Maciel, que tenía entonces cuarenta y nueve años, había casado con su prima María Antonia Gil (1787), hija de Juan Gil y María Petronila Camejo, previa dispensa de parentesco de consanguinidad de segundo grado, de la cual tuvo cuatro hijos, José Antonio, Hipólito, Josefa y el póstumo Vicente.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de la Nación (Montevideo), Fondo Archivo del Hospital de Caridad, vol. 2, págs. 266-336, Cuentas del hermano mayor Don Francisco Antonio Maciel de las limosnas y gastos de construcción de la capilla del hospital (1798-1804).

L. E. Azarola Gil, Contribución a la historia de Montevideo. Veinte linajes del siglo xviii, París, Casa Editorial Franco-Ibero- Americana, s. f.; I. de María, Rasgos biográficos de hombres notables de la República Oriental del Uruguay, vol. II, Montevideo, Claudio García y Cía. Editores, 1939; L. E. Azarola Gil, Los Maciel en la historia del Plata (1604-1814), Buenos Aires, Librería y Editorial La Facultad, 1940; J. E. Pivel Devoto (comp.), Colección de documentos para la historia económica y financiera de la República Oriental del Uruguay, I. Tierras, 1734-1810, Montevideo, Ministerio de Hacienda, 1964; L. R. Ponce de León, “El primitivo Hospital de Caridad”, en V. Pérez Fontana, Historia de la medicina en el Uruguay, vol. III, Montevideo, Ministerio de Salud Pública, 1967, págs. 7-29; A. Soiza Larrosa, “Bicentenario del Hospital de Caridad de Montevideo”, en Noticias del Sindicato Médico del Uruguay, 2.ª época, 32 (1988), págs. 54-58; “La Capilla de la Caridad de Montevideo y el arquitecto español Miguel Estévez (1798)”, en Boletín Histórico del Ejército (Montevideo), 279- 282 (1990), págs. 201-241; A. Barrios Pintos y W. Reyes Abadie, “El saladero, el molino y la capilla de Maciel”, en Los barrios de Montevideo, vol. IV, Montevideo, Intendencia Municipal, 1993; C. Roberts, Las invasiones inglesas del Río en la Plata (1806-1807), Buenos Aires, Emecé Editores, 2000.

 

Augusto Soiza Larrosa