Hourlier, Juan de. Reims (Francia), 1671 – Salamanca, 28.XII.1745. Intendente de ejército.
De familia originaria de Francia, al acceder Felipe V al trono de España pasó a Bruselas para colaborar, como otros franceses, en el proceso de reforma de la organización de las tropas españolas en los Países Bajos emprendido por el marqués de Bedmar a sugerencia de Luis XIV. Allí conoció directamente la primera aplicación de las ordenanzas de 1701 y 1702 “que llaman de Flandes” sobre subordinación y disciplina de las tropas, y, en concreto, la creación por aquéllas de la figura de los comisarios de guerra, encargados de pasar la revista administrativa a los cuerpos, controlar la hacienda militar y procurar la disciplina de los soldados.
Él mismo pasó a realizar de hecho estas funciones y, ya en España, en diciembre de 1709 le fue otorgado título en propiedad de comisario de guerra. Dos años después fue ascendido al empleo de comisario ordenador (julio de 1711), y destinado primero a Aragón y luego a Cataluña. Fue luego designado comisario ordenador, veedor y contralor de Artillería de la plaza de Ceuta, y, finalmente, intendente de Ceuta (febrero de 1734), “atendiendo a los dilatados servicios como comisario ordenador”.
Posteriormente fue nombrado intendente del ejército y de la provincia de Extremadura, con rango de mariscal de campo (abril de 1735), y luego intendente del ejército y reino de Castilla, con residencia en Salamanca, y corregidor de esta ciudad (septiembre de 1740), donde falleció en el ejercicio de su cargo. Había casado con María Vertier, parisina.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Dirección General del Tesoro, invent. 24, leg. 267; Secretaría de Guerra, leg. 5464; Tribunal Mayor de Cuentas, leg. 1884; Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Calatrava, expedientillos, n.º 12501.
H. Kamen, “El establecimiento de los intendentes en la administración española”, en Hispania, t. XXIV, n.º 95 (1964), pág. 386; F. Abbad y D. Ozanam, Les intendants espagnols du xviiie siècle, Madrid, Casa de Velázquez, 1992, pág. 112.
Juan Miguel Teijeiro de la Rosa