Bravo Moraño, Martín, Villamesías (Cáceres), 1.I.1894 – Valencia, 1.IX.1980. Militar, general de División, caballero laureado de San Fernando.
Fue jornalero agrícola hasta 1910, cuando ingresó como soldado de reemplazo en el Regimiento de Infantería Vergara, de guarnición en Barcelona. En el verano de 1921 llegó a Melilla formando parte del Batallón expedicionario de su regimiento. El 29 de septiembre de 1924, su batallón, Cazadores de Barcelona, efectuó servicio de protección de caminos entre las posiciones rifeñas de Rokba el Gozal y Sidi Buker, situadas, en sendos mogotes separados entre sí por el cauce del río Harrub. Al llegar la sección del suboficial Bravo junto a un rústico puentecillo, comenzó a recibir fuego desde una fronda de matorrales del cauce, lo que obligó a los hombres a buscar protección en las cunetas de la carretera. El jefe del batallón, teniente coronel Rubia Sardá, mandó repeler la agresión; pero ante el avance del enemigo, Bravo propuso abandonar los exiguos parapetos y atacar frontalmente al grupo que les cerraba el paso. La actuación heroica del suboficial, enfrentándose a fuerzas numerosas en lucha cuerpo a cuerpo, evitó que varias posiciones de la línea se vieran asediadas. Tras el preceptivo expediente de juicio contradictorio, le fue concedida la Cruz Laureada de San Fernando.
Bravo regresó enfermo a la Península, lo que motivó su pase a la situación de reemplazo. Fijó su residencia en Valencia. Un día de 1929, el capitán general de la IV Región Militar le impuso la recompensa ante las tropas de la guarnición formadas en el cuartel barcelonés de San Jaime. En esa fecha, el laureado ya era alférez por méritos de guerra; meses después ascendía a teniente, y en julio de 1931, a capitán del Cuerpo de Inválidos Militares. Se trasladó entonces a su pueblo natal, pero su estancia en Villamesías no fue bien acogida por la totalidad del vecindario: llegó un momento en que las provocaciones contra él fueron tan violentas, que hubo de defender su casa empuñando una pistola. La noticia se conoció en el Gobierno Militar de Cáceres y trascendió al Ministerio de la Guerra; en consecuencia, fue juzgado por un tribunal militar y condenado con la pérdida de empleo y sueldo.
El 18 de julio de 1936, el ex oficial fue detenido y encarcelado, pero logró desarmar a uno de sus guardianes y se dio a la fuga, escondiéndose en la sierra, donde organizó una guerrilla compuesta por unos cincuenta hombres procedentes de los pueblos de la comarca. Cuando iba a ser atacado el monasterio de Guadalupe por individuos de milicias populares, Bravo bajó del monte y con su guerrilla se apoderó del santuario, defendiéndolo hasta que la zona fue tomada por el ejército nacional. Tras la defensa de Guadalupe recibió el mando de una bandera de Falange y pasó poco después a mandar el Batallón A de Las Navas como comandante habilitado. En esta unidad combatió por varios frentes, lo que le valió, una vez terminada la campaña, el ascenso a teniente coronel por méritos de guerra.
En 1962 ascendió a general de Brigada, en situación de actividad por su condición de mutilado permanente.
La imposición del fajín correspondiente al nuevo empleo tuvo lugar en Villamesías, en un acto de homenaje multitudinario al que asistieron autoridades militares y civiles de la provincia de Cáceres. En enero de 1974 fue promovido al empleo de general de División. Residió casi toda su vida en Valencia y en la capital levantina se produjo su fallecimiento.
Bibl.: Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, 249 (1929); J. M. Gárate Córdoba, España en sus héroes, Madrid, Ornigraf, 1969; Servicio Histórico Militar, Galería Militar Contemporánea, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1974; Historia de las campañas de Marruecos, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1981; J. L Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Infantería), Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.
Miguel Parrilla Nieto