Ramírez de Guzmán, Juan. Señor de Teba y Ardales. ?, s. XV – Sevilla, 18.VIII.1500. Noble, señor.
Hijo del comendador mayor de Calatrava Juan Ramírez de Guzmán, llamado Carne de cabra, nuestro personaje toma contacto con Andalucía a raíz de su estancia en Osuna, donde su padre fue comendador.
Aprovechó las ventajas de la situación paterna para embarcarse en el negocio especulativo de grano en la campiña sevillana, consiguiendo grandes beneficios que le permitieron, en 1452, adquirir la jurisdicción de la villa fronteriza de Teba a Pedro de Aguilar.
Sus habilidades como negociante no pasaron desapercibidas en la Corte de Juan II, quien en 1454 le envió a Lisboa para tratar las diferencias existentes con los lusitanos acerca de los derechos respectivos sobre el comercio con Berbería y Guinea. El acceso al Trono de Enrique IV le ofreció nuevas oportunidades.
En 1460 el Monarca refrendó el señorío sobre Teba y le concedió autorización para constituir con él un mayorazgo, y en 1464 le envió a Sevilla para tratar con las personas más próximas a su partido tras la rebelión de los partidarios del príncipe Alfonso. Al año siguiente fue premiado con el señorío de Ardales, fortaleza cercana a Teba y que él mismo había arrebatado a los moros. Hacia esa misma época fue incluido en el Consejo Real.
En los años siguientes, participó de lleno en los bandos sevillanos como pariente que era de la casa de Marchena: en 1456 había casado con Juana Ponce de León, hija del II conde de Arcos, Juan Ponce de León. Fue amigo y confidente de Rodrigo Ponce de León, el gran marqués de Cádiz, al que acompañó en su decisiva entrevista con los Reyes Católicos en el Alcázar de Sevilla.
Por su parte, ya en 1476 había mostrado su inclinación por la causa de doña Isabel. En ese año recibió la confirmación de Ardales y la autorización para ceder la veinticuatría sevillana que poseía a uno de sus hijos.
Juan Ramírez de Guzmán se distinguió en la guerra fronteriza, sobre todo en las campañas finales contra Granada, por lo que en 1484 fue nombrado mariscal.
Estas actividades militares le reportaron también importantes beneficios económicos. Ya en 1465 recibía más de 100.000 maravedís anuales de las rentas reales para mantener las guarniciones de Teba y Ardales.
Al estallar la última guerra granadina esas cantidades se incrementaron hasta más de 400.000 maravedís, aunque los avances en ese sector de la frontera desde 1485 redujeron la cifra a la mitad. Hombre de frontera, se cuenta que, al saber el duro trato infligido por los musulmanes rondeños a los cautivos cristianos, obligados a subir zaques de agua hasta la ciudad a través del conducto llamado La Mina, hizo que sus cautivos moros de Teba pasasen el día subiendo gruesos bolaños hasta la fortaleza. El castigo se mantuvo hasta que se dulcificó la suerte de los forzados en Ronda.
Fue también comendador de La Puebla de Sancho Pérez, en la Orden de Calatrava. El 23 de marzo de 1492 fundó mayorazgo, confirmado en sucesivos testamentos y codicilos, el último de los cuales está fechado el 18 de agosto de 1500. Fue enterrado en San Jerónimo de Buenavista, en las cercanías de Sevilla.
Bibl.: D. Ortiz de Zúñiga, Anales eclesiásticos y seculares de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Sevilla metrópoli de la Andalucía, Madrid, Imprenta Real, 1795 (ed. facs. con índices de J. Sánchez Herrero et al., Sevilla, Guadalquivir, 1988, vol. II); J. Moreno de Guerra, “Casa de los Guzmanes, duques de T’Serclaes”, en Revista de Historia y de Genealogía Española, 3 (1914), págs. 501-513, 551-563; J. Stuart Fitz James, Duque de Berwick y Alba, Noticias históricas y genealógicas de los Estados de Montijo y Teba, según los documentos de sus archivos, Madrid, Imprenta Alemana, 1915; A. Bernáldez, Memorias del reinado de los Reyes Católicos, ed. y estudio de M. Gómez- Moreno y J. de Mata Carriazo, Madrid, Blass Tipográfica, 1962 (ed. facs. Los Palacios, Ayuntamiento, 1988); M. A. Ladero Quesada, Castilla y la conquista del reino de Granada, Valladolid, Universidad, 1967; A. de Palencia, Cuarta Década, ed., estudio y trad. de J. López de Toro, Madrid, Real Academia de la Historia, 1970 y 1974, 2 vols.; Crónica de Enrique IV, intr. de A. Paz y Meliá, Madrid, Atlas, 1973 y 1975, 3 vols. (col. Biblioteca de Autores Españoles, 257, 258 y 267); M. A. Ladero Quesada, Andalucía en el siglo xv. Estudios de historia política, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1973; R. Sánchez Saus, Linajes sevillanos medievales, Sevilla, Guadalquivir, 1991, 2 vols.
Rafael Sánchez Saus