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Francisco Otano Lasierra

Biografía

Otano Lasierra, Francisco. Pedrola (Zaragoza), 15.V.1731 – Zaragoza, 10.II.1804. Farmacéutico, químico y botánico.

Miembro de una saga de boticarios de su villa natal en la que residió hasta su establecimiento definitivo en Zaragoza en 1762. Experto botánico, proporcionó plantas de su herbario a Ignacio de Asso, que se refirió a él como botanicus peritissimus y le dedicó la denominación científica de una especie rara encontrada en Zaragoza. Durante algún tiempo suministró el solimán o sublimado corrosivo empleado por todos los boticarios de la ciudad, hasta que el Colegio de Boticarios, con el que mantuvo discrepancias profesionales, le retiró el privilegio.

En colaboración con su colega Pedro Echeandía, envió varias remesas de plantas y semillas al Real Jardín Botánico y ambos recibieron los títulos de “comisionado para la ciudad de Zaragoza y sus Tierras” en 1784. En ese mismo año, solicitaron a través del director del Jardín el nombramiento de examinadores y visitadores de Boticas del Reino de Aragón, al tiempo que ofrecían aprovechar los viajes para herborizar en los lugares visitados, estimular a los farmacéuticos al estudio de la botánica y remitir plantas de toda la región. Los informes desfavorables del Tribunal del Protomedicato y del Colegio de Boticarios de Zaragoza, responsable secular de aquella clase de nombramientos, se unieron al expediente, y el Rey denegó la petición de ambos farmacéuticos.

Socio de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País desde 1786, Otano realizó en su propio laboratorio los análisis de tierras, minerales, alimentos y aguas de fuentes públicas que desde entonces se le encargaron. Creada la Cátedra de Química y nombrado catedrático por el Rey, inició su actividad docente en 1797, a la edad de sesenta y seis años. Cedió su propio laboratorio y el huerto donde cultivaba plantas medicinales para facilitar el establecimiento del laboratorio químico y el Jardín Botánico de la Sociedad. Conoció la obra de Antoine Laurent Lavoisier y el sistema docente utilizado en el Real Laboratorio de Madrid.

El discurso inaugural de las Cátedras de Botánica y Química, leído por Echeandía, que había sido nombrado a su vez catedrático de aquella disciplina, en nombre de ambos, constituyó el inicio de las enseñanzas de Química y Botánica modernas en Aragón en un marco académico. Ambos se sustituyeron mutuamente en ausencias y enfermedades y también compartieron y defendieron ideas renovadoras respecto a la profesión farmacéutica, que pretendieron desarrollar en oposición al sector de colegas inmovilistas del Colegio de Boticarios, afinidades que no impidieron el distanciamiento producido entre ellos durante los últimos años.

 

Obras de ~: con P. Gregorio Echeandía, Función pública de abertura de las cátedras de Botánica y Química, que celebró la Real Sociedad Aragonesa el día 18 de abril del corriente año, Zaragoza, Mariano Miedes, 1797 (ed. facs., Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1997).

 

Bibl.: V. Martínez Tejero, “Francisco Otano”, en Boletín Informativo del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, III, 1 (1982), pág. 29; “Botánica y química: su instauración como disciplinas académicas en Aragón”, en F. Otano Lasierra y P. Gregorio Echeandía, Función pública de abertura de las cátedras, ed. facs., op. cit.

 

Vicente Martínez Tejero