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Beato Edmigio

Biografía

Primo Rodríguez, Isidoro. Beato Hno. Edmigio. Adalia (Valladolid), 4.IV.1881 – Tabernas (Almería), 30.VIII.1936. Hermano de las Escuelas Cristianas o de La Salle, beato mártir de Almería.

Son los mártires de Almería un grupo de siete hermanos de La Salle procedentes del Colegio de San José de esa ciudad, fundado en 1909 por religiosos franceses del distrito lasaliano de Argelia. Aquel centro pasó a formar parte del distrito de Madrid en 1930. Seis años después, la comunidad estaba compuesta por quince religiosos dedicados al mencionado centro y otro cinco en la escuela del barrio de las Chocillas. En las primeras horas del 21 de julio de 1936, el colegio fue asaltado por los milicianos, poco tiempo después de que el obispo de Almería, Diego Ventaja, se hubiese visto obligado a huir de su palacio episcopal. Los hermanos fueron apresados y sucesivamente trasladados a una sala del Ayuntamiento, al Hotel Central, al Convento de las Adoratrices, a la Casa del Pueblo y a los barcos, que servían de prisión flotante (Astoy-Mendi, Capitán Segarra y Jaime I). Era esa vida hacinada, “monótona y dolorosa”, según describió el hermano Andrés Hibernón.

Siete de estos religiosos fueron asesinados, aunque en momentos diferentes. El 30 de agosto de 1936 eran ejecutados los hermanos Edmigio (Isidoro Primo), vallisoletano de Adalia (1881); Amalio (Justo Zariquiegui), navarro de Salinas de Oro (1886); y Valerio Bernardo (Marciano Herrero), palentino de Porquera de los Infantes (1909). Sus cuerpos fueron sepultados entre la piedra y la maleza en el pozo “La Lagarta”, a la altura de Taberna, a 35 kilómetros de Almería. Tanto la mencionada cavidad, como la segunda que se detallará, habían sido construidos para hallar agua en medio de un paisaje desértico. Contaban con una profundidad aproximada de 40 metros, desnivel que remató a los ejecutados que cayeron con un hilo de vida. Teodomiro Joaquín (Adrián Sáiz), burgalés de Puentedey (1907), y Evencio Ricardo (Eusebio Alonso Uyarra), riojano de Viloria (1907), fueron ejecutados el 8 de septiembre, siendo sus cuerpos hallados en la carretera que se dirigía hacia Roquetas de Mar. El que fue director de la comunidad y del colegio, Aurelio María (Bienvenido Villalón), conquense de Zafra de Záncara (1890), y el ecónomo de la misma, José Cecilio (Bonifacio Rodríguez), burgalés de La Molina de Ubierna (1885), fueron los últimos en ser ejecutados, el 12 de septiembre. En el pozo de Tabernas, conocido como “Cantavieja”, no lejos de “La Lagarta”, se arrojaron sus cuerpos, junto con otra veintena de condenados en ese mismo día.

Como ha podido comprobarse, su naturaleza era diversa, ni mucho menos reducida a los límites próximos al colegio, con edades comprendidas entre los veintisiete y los cincuenta y un años. Buena parte de ellos eran castellanos y se habían formado como hermanos en el antiguo Monasterio burgalés de Bujedo.

En su vida docente errante, habían coincidido en comunidades antes de llegar a Almería, especialmente en Melilla. Habían organizado, en esas diferentes escuelas y colegios, asociaciones piadosas que respondían a la religiosidad del momento: tarsicios, la archicofradía del Niño Jesús o la devoción a la Eucaristía.

Habían fomentado el nacimiento de vocaciones sacerdotales y religiosas, habían escrito en revistas colegiales que serán difundidas por toda España como Vida y Luz. Demostraron sus dotes docentes, incluso alguno de ellos como el hermano Teodomiro Joaquín destacó por su afición literaria y su capacidad memorística —por algo le conocían como “el Poeta”—, plasmadas en obras de teatro como la titulada Púrpura y laurel (1926), dedicada al hermano Salomón, beato mártir lasaliano de la Revolución Francesa. El hermano Aurelio María demostró sus dotes de gobierno como director, en tres comunidades y colegios diferentes, mientras que el hermano José Cecilio trazó los planos y compró materiales para la construcción del nuevo colegio almeriense. Y es que en ese momento, el centro, a pesar de las dificultades impuestas por el Gobierno, se encontraba en un proceso de expansión.

En 1936, tanto el director como el ecónomo estaban preocupados por adaptar los locales de un cuartel que se había comprado un año antes para continuar la expansión del centro. Después de los primeros días del golpe de estado de julio, las obras prosiguieron hasta su conclusión en septiembre. Los milicianos trataron de no impedir estos trabajos, pues el edificio se iba a convertir en prisión. Precisamente, el director hermano Aurelio y el ecónomo, hermano José Cecilio, salieron del nuevo colegio hacia su ejecución. Las intenciones volvieron a su lugar tras el final de la guerra.

Fueron beatificados por el papa Juan Pablo II, el 10 de octubre de 1993, junto con los obispos de Almería, Diego Ventaja, y Guadix, Manuel Medina, y el sacerdote-fundador de la Institución Teresiana, Pedro Poveda, este último ya canonizado.

 

Bibl.: Claudio Gabriel, Los Hermanos de las Escuelas Cristianas en el Glorioso Movimiento Nacional, Madrid, Editorial Bruño, 1941; La obra lasaliana en España, Madrid, Editorial Bruño, 1953; A. Montero, Historia de la persecución religiosa en España, 1936-1939, Madrid, bac , 1961; S. Gallego, Sembraron con amor. La Salle, Centenario en España (1878- 1978), San Sebastián, Conferencia de visitadores FSC, 1978; J. L. Hermosilla, “Nuestros Hermanos Mártires de Almería”, en Revista Distrito, segunda época, n.º 156 (abril de 1993), págs. 57-59, Revista Distrito, n.º 157 (julio de 1993), págs. 41- 46, y Revista Distrito, n.º 158, (octubre de 1993), págs. 19-23.

 

Javier Burrieza Sánchez

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