Flores Aldana, Rodrigo de. España, 1618 – ¿México?, 1668 post. Maestre de campo, caballero de la Orden de Calatrava, gobernador y capitán general de la isla de Cuba y del Yucatán.
Sirvió en la milicia desde joven, destacándose por su valor y estimación en diversas guerras en Europa, hasta su ascenso al grado de maestre de campo. Era también caballero del hábito de la Orden de Calatrava.
Nombrado por Real Cédula de Felipe IV, de 12 de septiembre de 1662, gobernador y capitán general de la isla de Cuba, se le autorizó el día 17 siguiente el traslado de su familia y varios criados a América, pero no tomó posesión en La Habana hasta el 15 de junio de 1663, en que relevó a su antecesor, Juan de Salamanca.
Venía como auditor suyo el licenciado Muñoz Gadea, quien traía un difícil encargo: juez pesquisidor del contador Antonio de la Vega y Noroña y del tesorero Juan Benítez, acusados ante el Rey por el fiscal del Consejo de Indias, Gil de Castejón, por “interesados y encubridores de entradas clandestinas de armamentos extranjeros”. Fue una pesquisa penosa en la que se vieron comprometidos algunos inocentes mezclados con criminales.
Flores insistió en la continuación de la obra de las murallas de La Habana, obra planificada ya muchos años antes y constantemente detenida por no cumplir las Cajas de Hacienda de México con el suministro dinerario, según las órdenes reales, pues no remitían los caudales necesarios para emprenderla. Así, la obra de las murallas se demoraba años y años. El virrey de México eludía, so pretexto de urgencias (fortificaciones de Veracruz, por ejemplo), el cumplimiento de sus obligaciones. Mientras, el contador de rentas Diego de Arana, que asumió su cargo en agosto de 1663, dirigió al Rey graves acusaciones contra Flores. Astutamente dirigió su memorial no en los buques de la flota que salían de La Habana, sino en un bergantín que recaló en Matanzas únicamente en su rumbo a España. Pero Flores, perdida su paciencia por la paralización de las murallas, había resignado su cargo, y había sido nombrado ya gobernador y capitán general del Yucatán, en el continente, el 17 de junio de 1663.
En su nuevo destino fue destituido por la Audiencia de México en 1664; consiguió que el Consejo de Indias le restituyera en su cargo, tomando posesión de nuevo el 22 de enero de 1667. Y, nuevamente también, la Audiencia volvió a destituirle. Flores entregó el mando a su juez pesquisidor, el oidor de México, Frutos Delgado, el 29 de noviembre de 1669. Desde esa fecha se pierde la pista de Flores, y se conjetura que pudo morir en México poco después, pero no hay seguridad ni certeza en ello.
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Fernando Rodríguez de la Torre