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Fermín Cubero del Castillo

Biografía

Cubero del Castillo, Fermín. Bernardos (Segovia), 7.VII.1877 – Madrid, 11.VII.1943. Médico dermatólogo.

Hijo de Faustino Cubero e Hilaria del Castillo, campesinos muy modestos. Casado con Alejandra Herrero; con prole. Sólo fue a la escuela hasta los siete años; después trabajó como jornalero, piñonero, leñador y tintorero. A los catorce años fundó un grupo de música popular dedicado a tocar en las fiestas pueblerinas, ganándose así el sustento durante varios años.

La amistad trabada en 1897 con el insigne dermatólogo doctor Juan de Azúa —que descubrió su talento natural cuando le trató en Madrid como paciente—, cambió su vida: contratado por el médico como mozo de limpieza en el madrileño Hospital de San Juan de Dios, le enseñó a leer y a escribir bien, y le formó como ayudante de enfermería, obligándole a estudiar hasta lograr el título oficial de practicante. Cubero regresó entonces a su pueblo, donde abrió una barbería y ejercía como practicante junto al médico titular.

Pero pronto volvió a Madrid, donde se instaló definitivamente y ejerció como practicante bajo la protección de Juan de Azúa, ganando plaza de tal en el Hospital de la Princesa y enseguida en el de San Juan de Dios. Decidió entonces estudiar la carrera de médico, para lo cual cursó el bachillerato por libre en el Instituto Cardenal Cisneros, aprobó el examen preparatorio y con un inmenso esfuerzo —porque, mientras tanto, trabajaba arduamente y se casó— se licenció al fin en Medicina y Cirugía en 1915; la alegría de este triunfo personal le causó un síncope. Especializado, como su protector y maestro, el doctor Azúa, en Dermatología y Sifilografía, abrió consulta privada y ejerció en el Hospital de San Juan de Dios —lo seguió haciendo gratuitamente cuando ya era una eminencia en la especialidad— y mantuvo abierta consulta privada, logrando una buena posición económica, que le permitió gozar de sus aficiones (la caza, los toros y la ópera). Sin embargo, fue siempre fiel a sus orígenes: impartió gratuitamente muchos cursos a los estudiantes de Enfermería, y limpió siempre personalmente, escoba en mano, su consulta y sus salas de curas.

En 1927 el Rey le concedió la Medalla de Plata al Mérito en el Trabajo, y, en 1928, ingresó en la Academia Española de Dermatología y Sifilografía, en cuyos boletines publicó varios trabajos entre 1919 y 1929, así como la biografía de su protector y maestro.

Presidió el Centro Segoviano de Madrid desde 1934 a 1936, y tras la Guerra Civil fue nombrado médico de número del Hospital de San Juan de Dios. Su colega, el doctor Cardiel, le retrata así: “alto, fuerte, con el busto muy erguido, daba la impresión de un antiguo guerrero, capitán de aquellos tercios castellanos que doraban sus picas a un sol que no sabía de ocasos, conquistador de Indias, encomendero de la Pampa [...] tenía su figura empaque, arrogancia, guapeza [...] Su silueta marchosa, el brillo de sus pupilas, la viveza de sus ojos, su negro y cuidado mostacho, todo le asemejaba a un héroe de romancero [...] segoviano de voluntad de bronce”. Hijo predilecto de Bernardos desde 1926, su pueblo natal le tiene dedicada una calle.

 

Obras de ~: “Vida médica del dermatólogo español doctor Juan de Azúa”, en Ecos Españoles de Dermatología y Sifilografía, 1933-1934.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid, exp. personal.

V. Cardiel, “Velada necrológica celebrada en el Centro Segoviano de Madrid [...] en honor y memoria del doctor Cubero y del Castillo”, en Figuras segovianas. Semblanzas, Segovia, Imprenta Provincial, 1947, págs. 21-30. J. Á. Fuentes Cubero, “Fermín Cubero del Castillo”, en J. M. Garrote Díaz (ed.), Cien años de Medicina en Segovia, Segovia, Colegio Oficial de Médicos, 2001, págs. 283-287.

 

Alfonso de Ceballos-Escalera Gila

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