Castro Rodríguez, Fernando de. Madrid, 25.II.1896 – 15.IV.1967. Médico, histólogo.
Tras realizar el bachillerato en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, comenzó sus estudios de la licenciatura de medicina en la Facultad de Medicina en el Hospital de San Carlos en Madrid. Cursando el segundo año ingresó como alumno interno en la cátedra de Histología y Anatomía Patológica que regentaba Santiago Ramón y Cajal, y en la que será nombrado dos años después (1917) alumno interno por oposición. En esos años vive un momento de gran estímulo intelectual y científico provocado sin duda por el ambiente que creaba su maestro. Es de destacar cómo en esa época y siendo aún un estudiante publicó sus primeros trabajos sobre el aparato de Golgi en los botones gustativos. La vinculación que establece con Cajal tiene lugar desde estos años siendo considerado su último discípulo directo. En 1921, año en el que obtiene el grado de licenciatura con la calificación de sobresaliente, Cajal le propone su nombramiento como profesor ayudante de Clases Prácticas, hecho que supone para él un compromiso definitivo para el resto de su vida. En 1922 tras la lectura y defensa de su trabajo Estudio de los ganglios sensitivos del hombre en estado normal y patológico.
Formas celulares típicas y atípicas obtuvo el grado de doctor con la calificación de sobresaliente, así como el premio Rodríguez Abaytua concedido por la Real Academia de Medicina a la mejor tesis doctoral leída durante ese curso académico. Ese mismo año consiguió una pensión de la Junta de Ampliación de Estudios y comenzó a trabajar en el Instituto Cajal, en el que posteriormente (1925) accedió a la categoría de ayudante. La confianza que depositó Cajal en él fue enorme y durante el período 1924-1932 le encomendó la enseñanza técnica y de investigación de cuantos becarios y profesores nacionales y extranjeros acuden al Instituto Cajal buscando formación.
En 1925 obtuvo por oposición la plaza de profesor auxiliar de Histoquimia y Anatomía Patológica y en 1929 fue nombrado ayudante tercero del Instituto Cajal. A su formación, ante todo junto a Cajal en Madrid, hay que añadirle las derivadas de sus frecuentes estancias fuera de España. En 1925 fue pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios pararealizar estudios sobre neurología junto al profesor J. Boeke en el Instituto de Histología y Embriología de la Universidad de Utrech, y en 1926 lo hizo en París en el Laboratorio de Histología Comparada de la Sorbona trabajando con Jean Nageotte sobre fibras amielínicas, injertos nerviosos y sobre los neuromas de regeneración. En 1932 se desplazó a Turín para trabajar con el profesor Giuseppe Levi en el Instituto Anatómico, donde trabajó sobre cultivos de tejidos in vitro, volviendo dos años después como becario de la Fundación Rockefeller. En 1933 ganó, por oposición, la cátedra de Histología, Técnica Micrográfica y Anatomía Patológica de la Universidad de Sevilla. Allí permaneció hasta 1935 en que fue ascendido a ayudante 2.º del Instituto Cajal y nombrado catedráticoagregado para el curso 1935-1936. El comienzo de la guerra civil española le cogió en Madrid, donde permaneció durante toda la contienda, siendo sometido tras ella a un expediente de depuración que terminó resolviéndose favorablemente. Fue rehabilitado sin sanción de ningún tipo como catedrático de la Facultad de Medicina de Sevilla, consiguiendo además ser destinado como catedrático-agregado al Instituto Cajal. Es más, durante varios cursos fue nombrado catedrático-agregado (1947-1948, 1948-1949, 1949-1950, 1950-1951) impartiendo clases tanto teóricas como prácticas en la Facultad de Medicina de Madrid.
A partir de este momento realizó estancias temporales en diversos lugares destacando la de 1947 en el Instituto Rockefeller de Nueva York, como investigador visitante, para trabajar junto al profesor Herbert Spencer Gasser sobre técnicas electrofisiológicas aplicadas al sistema nervioso. En 1951, por concurso de traslado, obtuvo la cátedra de Histología y Embriología General de la Facultad de Medicina de Madrid, vacante por jubilación de Francisco Tello Muñoz, el primero y uno de los más aventajados discípulos de Cajal.
Instalado definitivamente en la cátedra de Madrid, su vida transcurrió, sin embargo, tanto en ella como en el Instituto Cajal. Supo impregnar a ambos lugares de un ambiente científico de una gran seriedad y un convencimiento absoluto de la necesidad del trabajo metódico y una realización correcta de todos los métodos de tinción. Su capacidad de crear escuela quedó más que manifiesta como lo demuestra la multitud de discípulos que dejó, destacando entre otros muchos Agustín Bullón Ramírez, José Gómez Sánchez, César Aguirre Viani, Julio Escalona Zapata, Félix Contreras o Constantino Sotelo.
Su compromiso con la investigación y su transmisión a través de publicaciones y presentaciones en congresos y reuniones científicas se fragua ya desde su época de estudiante bajo el influjo de su maestro, Ramón y Cajal, años en los que llegó publicar hasta ocho trabajos en revistas de tanto prestigio en aquellos años como Trabajos del Laboratorio de Investigaciones Biológicas de la Universidad de Madrid o Archivos de Neurobiología.
Sus aportaciones a la medicina han sido cuantiosas.
Una de las que más impacto tuvo en el mundo de la neurohistología fue la referente a la estructura y función de los ganglios sensitivos, estudios que publicó entre los años 1921-1922. Sin embargo, su trabajo más importante y por el que es mejor conocido es el referente a la estructura e inervación del glomus carotidum (1927-1928). Fue el primero que estudió estos aspectos y el que pensó en sus funciones. Localizó en forma precisa la terminación del nervio de Hering, en la pared del seno carotídeo, demostrando la existencia, a nivel de la bifurcación de la carótida primitiva, de dos tipos de receptores sensoriales, los preso-receptores y los quimio-receptores. Describió por primera vez el glomus carotidum como un órgano sensorial, pensando que sería, hasta ese momento, el encargado de recibir las variaciones cualitativas de la sangre, y que dicha función repercutiría sobre la actividad funcional de otros órganos. Trabajando con preparaciones con azul de metileno, determinó que dicha zona estaba casi exclusivamente inervada por la primera rama que emite el glosofaríngeo a su salida del cráneo y la denominó nervio intercarotídeo.
El propio Castro había escrito textualmente: “Según nuestra opinión el glomus representa un órgano de receptores sensoriales múltiples provisto de células receptoras especiales, semejantes a las de otros órganos sensoriales [...] Suponemos como hipótesis verosímil que el glomus carotidum representa un órgano sensorial, el único hasta el presente encargado de recibir ciertas variaciones cualitativas de la sangre, función que puede ser por acción refleja, tendrá su repercusión sobre la actividad funcional de otros órganos”.
En resumen las tres aportaciones que hace son las siguientes: en primer lugar, demuestra por primera vez la existencia de terminaciones sensitivas que son sensibles a la presión de la pared del seno carotídeo; en seundo lugar, demuestra que el glomus carotidum es un órgano sensorial sensible a las modificaciones de la composición química de la sangre, y por último, que las aferencias sensoriales procedentes del seno enel glomus carotidum se incorporaban a un nervio, concretamente a la primera rama del nervio glosofaríngeo.
Desgraciadamente, Castro por motivos diversos no pudo continuar con el ritmo que se había impuesto a sus estudios, pero el camino por él abierto permitió que otros grupos de investigadores capitaneados por la escuela de H. E. Hering y la de Corneille Heymans abordaran el estudio de los reflejos cardiovasculares.
En 1929 Castro fue invitado por Heymans a Gante, invitación que se repitió nuevamente en 1932, para desarrollar algunos experimentos, los cuales dieron la clave a este último para profundizar en los mecanismos del seno carotídeo. Estos trabajos llevaron a otorgar el Premio Nobel de Fisiología y Medicina a Heymans en 1939, distinción que sin duda debió ser compartida con Castro y que le produjo una enorme frustración. Realmente Castro había sido el descubridor de las funciones del glomus carotidum y el reconocimiento se lo había llevado otro.
Estudió también algunos aspectos del sistema nervioso autónomo desarrollando incluso diversos métodos de tinción específicos para ello. Trabajó a su vez en la producción experimental de nuevos arcos reflejos por unión de simpático y vago. Sus estudios sobre la histofisiología de los ganglios sensitivos y del sistema neurovegetativo periférico fueron de gran magnitud, llenos de aportaciones y descripciones originales, pudiéndosele considerar como uno de los investigadores que más trabajaron en ese campo y mejor conocía. Baste decir que Wilder Penfield le encargó la redacción de este capítulo en su famosos libro Cytology and Cellular Pathology of the Nervous System.
Realizó un buen número de publicaciones en revistas nacionales e internacionales así como algunos libros o monografías entre los que destacan sobremanera Técnica micrográfica del Sistema Nervioso (Madrid, 1933) y Trabajos prácticos de Histología (Madrid, 1966). El primero, realizado en colaboración con Santiago Ramón y Cajal estaba diseñado y realizado pensando ante todo en los citólogos e histopatólogos, y en él se recogía de forma metódica y exhaustiva las diversas técnicas existentes en su momento para poder realizar correctamente los más finos estudios neurohistológicos. El segundo por el contrario era de índole eminentemente práctica, estaba dirigido a los estudiantes, y en él se exponían de forma comprensible una selección de los temas que podían ser más complejos.
Fue miembro de The International Brain Research Organization, de la Comisión para la Neuropatología de la Federación Mundial de Neurología, miembro de diversas Academias, como la de Lincei, Roma, Lima, Montevideo, Buenos Aires, Chile y Colombia.
Fue distinguido con la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio (1966), la medalla de Oro de la Cruz Roja española (1958) y la de consejero del Patronato Santiago Ramón y Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (1949). Director honorario del Instituto Cajal (1964), recibió un número considerable de premios, entre ellos el Premio Roel del Instituto Médico Valenciano (1942), el Juan March (1956) y el Nicolás Achúcarro (1931). En 1962 fue nombrado miembro correspondiente de la Comisión para Neuropatología de la Federación Mundial de Neurología y de la International Brain Research Organization (IBRO). Fue, asimismo, académico de la Real Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1963).
Su vinculación con la Real Academia Nacional de Medicina fue muy importante. Además de las diversas comunicaciones que en ella presentó, obtuvo multitud de premios convocados por esta Academia, tales como el Rodríguez Abaytua en dos ocasiones (1923 y 1942), el Martínez y Molina (1924), el Obieta, también en dos ocasiones (1933 y 1940), el Santiago Ramón y Cajal (1947) y el de la Real Academia (1949).
Sin embargo, hasta 1963 no fue elegido académico de número, falleciendo antes de leer su discurso de ingreso en el que llevaba tiempo trabajando.
Además de sus múltiples aportaciones científicas realizó un importante conjunto de publicaciones históricas sobre la vida y obra de destacados miembros de la escuela histológica española. De ellas destacan diversos artículos sobre Ramón y Cajal, así como sobre Pío del Río Hortega, Nicolás Achúcarro, y Francisco Tello Muñoz. Su labor a favor de la obra de Cajal fue encomiable, realizando multitud de acciones de toda índole para mantener vivo su recuerdo. En 1952, en la Facultad de Medicina de Madrid, organizó una Reunión Internacional con motivo del primer centenario del nacimiento de Cajal a la que acudieron gran cantidad de neurohistólogos de todo el mundo. Como último discípulo que fue de él se impuso un deber histórico que cumplió hasta el último día de su vida.
Obras de ~: Estructura de los ganglios simpáticos del hombre y de los animales, Memoria de la Real Academia Nacional de Medicina, 1924; Sobre la estructura de los ganglios simpáticos de los monos, Archivos de Neurobiología, 7 (1927), págs. 38-46; “Sur la structure et l’innervation du sinus carotidien de l’homme etdes mammifère. Nouveaux faits sur l’innervation et la fonction du glomus caróticum”, en Travails Laboratoire Research Biologie (TLRB), 25 (1928), págs. 331-380; “Quelques observations sur l’intervention du systeme nerveux autonome dans l’ossification”, en TLRB, 26 (1929-1930), págs. 215-244; con S. Ramón y Cajal, Técnica micrográfica del Sistema Nervioso, Madrid, 1933 (2.ª ed. actualizada por A. Bullón Ramírez y J. Merchán Cifuentes, Barcelona, Salvat, 1972); “Note sur la régénération fonctionnelle héterogéne dans les anastomoses des nerfs pneumogastrique et hypoglosse avec le sympathique cervical”, en TLRB, 29 (1934), págs. 307-316; “Sur la régénération fonctionnelle dans le sympathique (anastomoses croisées avec des nerfs de type iso e hétéremotphe): une reference spécial sur la constitution des synapses”, en TLRB, 31 (1937), págs. 271- 345; “Nuevas observaciones sobre la inervación de la región carotídea: los quimio y preso-receptores”, en Trabajos del Instituto Cajal de Investigaciones Biológicas, 32 (1940), págs. 297-384; “Aspects anatomiques de la trasmission synaptique ganglionnaire chez les mammifères”, en Archivs International of Physiologie, 59 (1951), págs. 479-513; Santiago Ramón y Cajal, Madrid, Dirección General de Relaciones Culturales, 1952; “A propósito de la sinapsis ganglionar. Decrecimiento de la excitabilidad durante la degeneración retrógrada de las fibras ganglionares”, en Trabajos del Instituto Cajal de Investigaciones Biológicas, 53 (1956); “Sur la vascularisation et l’innervation des corpuscules carotidiens aberrants”, en Archiv International of Pharmacodynamic, 139 (1962), págs. 212-224; Trabajos prácticos de Histología y exposición teórica de algunos temas complejos de esta disciplina, Madrid, Cátedra de Histología y Embriología General, 1965; Trabajos prácticos de Histología y exposición teórica de algunos temas complejos de esta disciplina, Madrid, Tipografía Artística, 1966; “Reactions and adaptation of neurons of the autonomic nervous system caused by quantitative and qualitative experimental and pathological variations of the synapse”, en W. Haymaker y R. Adams (eds.), Pendfield’s Cytology & Cellular Pathology of the Nervous System, 1968; Cajal y la Escuela Neurológica Española, Madrid, Universidad Complutense, 1981.
Bibl.: A. Gallego Fernández, “Las contribuciones de Fernando de Castro al descubrimiento y estudio de los preso-receptores vasculares y quimio-receptores sanguíneos” y A. Bullón Ramírez, “Fernando de Castro y la histofisiología de los ganglios sensitivos y del sistema neurovegetativo periférico”, en Archivos de la Facultad de Medicina de Madrid, 11 (1967), págs. 407-439 y 441-471, respect.; J. Merchán Cifuentes, Análisis de la obra neurobiológica del profesor de Castro, tesis doctoral, Madrid, Universidad Complutense, 1973; R. González Santander, “Fernando Castro Rodríguez”, en La Escuela Histológica Española, vol. III, Alcalá de Henares, Universidad, 1998, págs. 186-194.
Manuel Díaz-Rubio García