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August Puig i Bosch

Biografía

Puig i Bosch, August. Barcelona, 1.IV.1929 – Monells (Gerona), 25.X.1999. Pintor.

Interesado por el dibujo desde los siete años, a los catorce, incapaz de adaptarse a las disciplinas escolares, abandonó los estudios contra los deseos de sus progenitores, quienes dieron cabida en su hogar a un ambiente de diletantismo que fructificó en la vasta cultura y ambiciosas inquietudes de saber y hacer de August. Su madre fue profesora de la Escola Montessori antes de casarse y su padre, Lluis Puig Barella, pintor de vocación, había sido alumno de Joaquín Torres García, con quien mantuvo gran amistad hasta su marcha de España, lo que determinó la orientación artística y el círculo de relaciones en el que se desenvolvió este funcionario de la Generalitat por las mañanas y profesor de Dibujo de la Escola del Treball por las tardes. Fue a través de un íntimo de su padre, Pere Tort, como Puig conoció a uno de sus grandes amigos, Joan Ponç, y a Puig Arnau, Francesc Boadella y Joan Brossa, quienes decidieron reunirse en el centro excursionista Els Blaus de Sarriá, del que Tort era conserje, y, a principios de 1946, organizar una exposición con obras de Tort, Ponç, Boadella y August Puig, presentadas por un texto de J. V. Foix. Dicha muestra tiene la trascendencia de ser, probablemente la primera de vanguardia tras la guerra y de ser el germen de la revista Algol, de un solo número, nacida en 1947, que daría paso un año más tarde a Dau al Set, con la incorporación de Tapies, Cuixart —que la visitaron— y Tharrats.

Es también en 1946 cuando August, tras trabajar con unos anticuarios y como aprendiz de joyero en varios establecimientos, se matriculó en las clases nocturnas del Instituto Francés, y consiguió la beca para jóvenes artistas que convocó el Club Maillol de este centro. En 1947 se trasladó al Colegio de España de París, donde se le abrió un mundo nuevo cuyo coste fue la pérdida del vínculo profesional con el grupo de compañeros de Barcelona, quedando al margen de uno de los movimientos vanguardistas más importantes de la España del siglo XX. No obstante, Puig nunca gustó de adscripciones a corrientes ni pertenencias a grupos, por lo que hizo de la independencia en todos los órdenes una bandera. Los primeros dibujos conservados, hechos a los catorce años, son unos retratos de trazo suelto y ninguna observancia académica, que dieron paso a unos óleos de cierta inspiración fauvista.

Muy pronto se debatió entre la incipiente abstracción, con evocaciones a Matisse y a lo oriental, y una figuración, que oscilaba del lirismo surrealista, en el que se entremezclaban las influencias de Miró —con quien mantuvo una fructífera amistad—, Picasso, Klee y Kandisnky, al expresionismo de fuerte colorido e inquietante repertorio de fauces, ojos, dientes y uñas, con posibles referentes en El Bosco, los bestiarios medievales, o el universo de Gaudí, en la misma tónica magicista de Joan Ponç.

Una vez en París, inició una nueva etapa. Allí hizo su primera individual, en el Colegio de España, en 1949, y conoció a su primera mujer, una pintora y escultora suiza, madre de su único hijo, nacido en 1951. También cultivó ciertas amistades interesantes, como la viuda de Marquet, José Antonio Maravall, Bernard Dorival, conservador del Museo de Arte Moderno y su primer cliente institucional, y Simone Collinet, ex esposa de André Breton y propietaria de la galería de los surrealistas, en la que Puig expuso un par de veces y conoció a todo el grupo. En Suiza hizo gran amistad con el crítico Max Eichenberger, quien lo puso en contacto con la señora Marbach, que sería su marchante y galerista durante veinte años. En 1952 se rompió su matrimonio y casi de inmediato encontró a Ingrid, quien fue su segunda mujer y compañera hasta el final; con ella descubrió los países nórdicos y la pintura sobre cerámica que realizó en Ystad.

En 1954 regresó a Barcelona y comenzó otro ciclo vital, junto con el inicio de su nuevo y definitivo estilo, bautizado por Cirici informalismo tachista. Se trata de una técnica en la que acuarela y óleo se mezclan posibilitando la fluidez y ligereza cromáticas que serán el vehículo de unas formas surgidas como del vaivén y el azar. Grandes manchas sobre lienzo o papel, que paulatinamente van cediendo el efecto bidimensional en favor del volumen, evocadoras de elementos marinos y minerales o de sustancias biológicas.

La naturaleza, pero también la música —jazz y flamenco, sobre todo— y la literatura son la fuente de inspiración de piezas de pequeño y gran formato que, desde mitad de la década de 1960 forman series. Sólo ahora, gracias al empeño de Cirici i Pellicer y Juan Eduardo Cirlot, el crítico que mejor entendió y valoró a Puig, empezó a salir de su aislamiento voluntario, aunque persistiendo en la negativa a participar en eventos internacionales de carácter oficial por motivos políticos. Expuso en varias salas de Barcelona y en el Ateneo de Madrid; por otra parte se celebraron dos antológicas en su ciudad natal y otra en el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza. También fuera de España se sucedieron las exposiciones, principalmente en Alemania, siendo incluido en la muestra sobre pintura española contemporánea que organizó la Tate Gallery de Londres. En 1974 estuvo presente en Art Bassel y en 1977 acudió a la Bienal de São Paulo con una antológica. Durante sus veraneos en Cadaqués conoció a Man Ray, Mercé Cunningham, Max Ernst y Duchamp, quien le animó a visitar Estados Unidos, procurándole los contactos necesarios; viaje que resultó un éxito artístico y económico, consiguiendo entrar en la colección de Amos Cahan. Por esta época realizó la coreografía para el Ballet dels Cinc Continents, de Joan Ginjoan, otro de sus grandes amigos, como lo fue Sixte Illescas, arquitecto que convirtió en casa la ruina del siglo XIV en plena plaza de Monells, que consiguió a cambio de una carpeta de óleos en un trueque con el galerista barcelonés Barbié; allí pasó sus últimos veinte años trabajando en un estudio frente al del escultor Marcel Martí.

 

Obras de ~: Temptació, 1946; Universautre, 1946; El casament, 1946; La nena picasiana, 1946; L’Artandal, 1947; Hecatombe, 1948; Ballet de la vida i la mort, 1948; Le chien mecanique, 1949; Etoile de mer, 1950; Fosil vikingo, 1954; Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, serie de 69, 1963; Retablo de Asuán, 1965; Cambio de piel, 1979; Confrontación en Altamira, díptico; Serie Costa Brava, 1980; Pierrot Lunaire, 1986; Epouventail céleste, 1991; Fi, 1994; Zoomagia, 1999.

Escritos: August, memorias de un pintor, Barcelona, Editorial Hacer, 1991.

 

Bibl.: G. Ureña, Las vanguardias artísticas en la posguerra española, Madrid, Istmo, 1982, pág. 31; J. M. Bonet, “El arte abstracto español”, epílogo a C. Block, Historia del arte abstracto, Madrid, Cátedra, 1982, pág. 262; VV. AA., August Puig. Epoca de París (1947-1953), Figueras, Museo del Ampurdán, Ayuntamiento, 1990; VV. AA., Corrida (tauromaquias de Goya y Picasso y las 69 imágenes de Puig sobre el poema de Loca Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías), Turín, Editions du Choucas, 1995; V. Bozal, “El arte español entre 1920-1957: poéticas de la modernidad”, en Arte en España 1918-1994 en la Colección de Arte Contemporáneo, Madrid, Alianza Editorial, 1995, págs. 27 y 145; M. L. Borrás, August Puig, catálogo de exposición, Barcelona, Generalitat de Catalunya, Departament de Cultura, 2000.

 

Isabel Hurley Molina