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Martín Hurtado de Arbieto

Biografía

Hurtado de Arbieto, Martín. ?, p. s. xvi – Lima (Perú), 12.XI.1589. Soldado tardío en la conquista del Perú, con distinguida actuación en la lucha contra los incas refugiados en Vilcabamba.

Si se considera el promedio de vida de los conquistadores de América, el llegar a los setenta años de edad, como fue el caso de Martín Hurtado de Arbieto, es algo poco común. Debió de nacer al finalizar la segunda década del siglo xvi y no se sabe si antes de llegar a Perú estuvo en algún otro punto de las Indias. Aparece en la hueste de Diego de Almagro el Mozo y fue uno de los derrotados en la batalla de Chupas. Todo indica que nunca sintió inclinación por los pizarristas, pues durante la rebelión de Gonzalo Pizarro, prefirió unirse al capitán Diego Centeno, quien enarbolaba el pendón de la lealtad al Rey en Charcas. Siguió, pues, la suerte de Centeno y estuvo a punto de morir en la batalla de Huarina. Por temor permaneció junto al menor de los Pizarro, pero en Jaquijahuana fue uno de los primeros en “pasarse” al campo del licenciado Pedro de la Gasca. Éste otorgó a Martín Hurtado de Arbieto los indios que habían pertenecido a Miguel de Bonfil, en Cuzco. Era la ya continuada ronda en que las prebendas las repartía el vencedor hasta que una nueva rebelión intentara variar el estado de cosas.

Después de la derrota de Gonzalo Pizarro, muchos fueron los españoles que, con mayor o menor derecho, aspiraban a poseer un reparto de indios. Éstos eran muy pocos y los pretendientes cada vez más numerosos, por eso el triunfo de La Gasca no fue sino una mal segura tregua en el inquieto virreinato de Perú. Cuzco y Charcas rebosaban de soldados mal contentos, la mayoría de ellos sin más patrimonio que una vieja espada, y dispuestos a intervenir en cualquier alboroto o motín que pudiera proporcionarles alguna ganancia. La última rebelión la encabezó Francisco Hernández Girón en noviembre de 1553, en Cuzco, y concluyó con la derrota del caudillo de soldados desposeídos en la batalla de Pucará, el 8 de octubre de 1554. Hernández Girón fue ejecutado en Lima.

Hurtado de Arbieto se avecindó en Cuzco y fue uno de los personajes que en 1561 abogó por la perpetuidad de la encomienda. Diez años más tarde, en 1571, estaba en Lima, en el círculo más próximo al virrey Francisco de Toledo. Éste marchó a Cuzco con una gran comitiva y allí, en la pétrea capital del incario, nombró a Martín Hurtado de Arbieto, el 30 de julio de 1572, gobernador, capitán general y justicia mayor de Vilcabamba, con derecho a que su hijo heredara el cargo, y un estipendio de 2.000 pesos. Este nombramiento tan importante tenía un antecedente que debe saberse. Martín Hurtado de Arbieto había sido capitán general en la guerra contra los incas refugiados en Vilcabamba: Titu Cusi Yupanqui y su hermano Tupac Amaru. Las tropas españolas habían logrado ingresar en la bien protegida Vilcabamba, el 24 de junio de 1572, y poco después tomaron prisionero a Tupac Amaru, quien sería el último inca del Perú. Ya con el inca prisionero, Martín Hurtado de Arbieto fundó en el valle de Vitcos el pueblo de San Francisco de la Victoria. El 21 de septiembre del mencionado 1572, la victoriosa hueste hispana retornó a Cuzco con banderas tendidas y entre salvas jubilosas de arcabucería.

Martín Hurtado de Arbieto, en la plenitud de su carrera militar, fundó la ciudad de Villarreal de Huamaní y, posteriormente, se puso al frente de una “entrada” en la difícil selva cuzqueña. A su paso fue realizando fundaciones, como la ciudad de Jesús de los Pilcozones, que tuvo corta existencia, pues los indios la atacaron fieramente y la incendiaron. Martín Hurtado de Arbieto recibió siete heridas y salvó milagrosamente de morir. Corría el año 1585. Después de tantas peripecias, Martín Hurtado de Arbieto se radicó en Lima, en donde fue regidor perpetuo. Viendo cercano su final, hizo testamento y pidió ser enterrado en la limeña iglesia de San Francisco. Hizo también numerosas y generosas mandas a iglesias y monasterios. Era hombre de gran fortuna. Murió en Lima el 12 de noviembre de 1589. Le sucedió su hijo Juan Hurtado de Arbieto, quien sería el segundo gobernador de Vilcabamba, de acuerdo al deseo del virrey Francisco de Toledo.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Secc. Patronato, 95, n.º 1, ramo 1, 98, n.º 3, ramo 1, 120, n.º 2, ramo 1.

P. Cieza de León, Guerra de Chupas, en Guerras Civiles del Perú, Madrid, Librería de la Viuda de Rico, s. f.; D. Fernández, el Palentino, Historia del Perú, Madrid, Imprenta Pérez de Velasco, 1913; H. López Martínez, Rebeliones de mestizos y otros temas quinientistas, Lima, Edición Pablo Villanueva, 1972; J. A. del Busto Duthurburu, La Pacificación del Perú, Lima, Librería Studium Editores, 1984.

 

Héctor López Martínez

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