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Juan Vallespinosa

Biografía

Vallespinosa, Juan. Valls (Tarragona), c. 1580 – Poblet (Tarragona), c. 1652. Monje cisterciense (OCist.), cronista de Poblet, doctor en Teología, archivero, notario, secretario.

Fue natural de Valls, pero se perdió su partida de bautismo, ya que falta entre los volúmenes procedentes de la parroquia de Sant Joan de Valls, hoy en el Archivo Diocesano de Tarragona, de manera que se ignora incluso quiénes fueron sus padres y la fecha exacta de su nacimiento, aunque puede colegirse que sería con toda probabilidad en torno al 1580. Se sabe con certeza, eso sí, que entró en Poblet en 1603, siendo abad el padre Trilla, pues él mismo lo señala en la obra manuscrita de su puño y letra, Liber de receptis tam ad sepulturam quam ad habitum. Esta obra contaba con cinco libros, uno para cada una de las centurias transcurridas entre 1153 y 1652, de los que sólo llegó a elaborar los dos últimos con los títulos Manual de 1453, fins a 1553. Conté los monjos entrats a Poblet los anys intermedis, y algunas cosas notables de Poblet y Manual de 1553, fins a 1653. Conté los monjos de Poblet entrats en los anys intermedis, y algunas cosas memorables del Monastir. Dice así, en efecto: “recipitur ad habitum iterum fra nofre [Onofre] poderós de àger […]” —y continúa— “et deinde recipiuntur fra thomàs berenguer de fez [Alfés], fra barthomeu mathia del fez, Fra Joan Vallespinosa de Valls [...]”. Es un lapsus muy extraño el del padre Jaime Finestres en su Historia de el Real Monasterio de Poblet, obra en la que olvida mencionar precisamente a Juan Vallespinosa entre la larga lista de novicios de los años del abadiato del padre Trilla, pues incluye en total a cincuenta y cinco, y el haría el número cincuenta y seis. Y más raro aún porque le debe mucho con lo que historiar esos años, como la lucha anticongregacionista, que el padre Juan Vallespinosa protagonizará, como agente en Roma, junto a su abad.

“Pulcro archivero” lo llama el padre Altisent, ya que le debemos la puntual narración sobre la marcha del pleito que llevaba Poblet en Roma contra la Congregación, y muchas anotaciones más, todas muy interesantes, sobre la comunidad y la propia Congregación, así como acerca de diversos monjes de dentro y de fuera. Fue, sin duda, el brazo derecho de Trilla, como procurador suyo ante la curia romana, admirable por su capacidad de trabajo y su perspicacia de historiador nato, ajeno a cualquier prejuicio. Quizá lo que hay que destacar más en él es, con todo, su sinceridad a toda prueba, que no se detiene ante respeto humano alguno. Fiel siempre a Poblet y a su abad, no dejará nunca de decir la verdad por dura que suene. No se contará, por cierto, entre los que él mismo llama gráfica y agudamente “los escolanos de Amén”, que se limitan, con prudencia demasiado humana, por cálculo o cobardía, a adular a su abad, de manera que “todos le cantan Placebo y nadie Dirige, y lo peor es que, hermanos nuestros, nos infamamos los unos a los otros […] —y también— Poblet dorm i Judas [el padre Bonfill, fautor máximo de la Congregación] vetlla”, amargas expresiones estas que se hallan en la memoria dirigida desde Roma a Poblet, al prior padre Jerónimo Noguer, el 9 de septiembre de 1619, (Masoliver, 1970: 441-491) y que su autor acaba firmando muy expresivamente: “Fra Vallespinosa, lo afligit.”.

Entristecido, registra después en 1623 la muerte de su valedor, el abad Trilla, en su Libri de receptis tam ad sepulturam quam ad habitum (fray Miguel Merola, el primero de los cuatrienales, 1623-1628, folio 22): “Receptus est ad sepulturam fra simon trilla, abad. Morí a 11 de maig et appositus ad patresen lo capítol a 12. Fonch lo últim abbat perpètuo [...] et receptus est frater joannes vallespinosa. Venia del cap [el capítulo] general de cistell, y aportave la perpetuïtat, però no l’aguardaren a fer abad”.

Sí ahorró Dios al abad Trilla —Populeus Hector, como reza su lápida sepulcral (y ya se sabe del triste fin del más noble personaje de la Ilíada, al que matara Aquiles)—, la pena de ver la sentencia contraria del breve Ex pastoralis officii de Gregorio XV, del 20 de abril de 1623, que condenaba a Poblet a silencio perpetuo sobre la Congregación, a la que estaría sujeto en adelante, ya que ésta, le llegó “a tiempo”, como narra con redundancia el padre Finestres, “que de todas partes llegavan a Poblet avisos, de que se declarava a favor el pleyto contra la Congregación”, más de admirar es todavía la triste clarividencia de Vallespinosa en sus temores anticipados de 1619.

Disponemos de tres documentos, obra de Vallespinosa, que pueden fecharse entre 1618 y 1620, y se escribieron los tres para las necesidades de dicho pleito substanciado en Roma. El primero, editado por Alejandro Masoliver (1973), establece el número de monjes de cada casa de la futura Congregación (con diferencia supera a todas Poblet, con cien monjes entonces y cuarenta hermanos legos, sin contar vendimiadores y otros obreros externos). El segundo, fue recogido por el padre Altisent (1974), y poco antes de la Guerra Civil, aunque será editado póstumamente, por Eduardo Toda Güell (1997:73-134), cuyo título es la Breve memoria de los padres que hoy viven, de Poblet, que en alguna sciencia o abilidad son señalados. Son cuarenta y cuatro nada menos. Él mismo figura repetidamente, como “estudiante de Lógica y Philosophía” con algunas materias de Teología, como “lector de Gramática” después, como “escrivano de libros de coro, poeta y retórico y orador”, y, cosa realmente interesante, como uno de los “[…] que hayan escrito libros enteros […]”, pues él es el autor de una Vida y milagros de don Carlos, el príncep de Viana, libro hoy tristemente desaparecido y como “archivero y notario real prosiguen los anales del Real Archivo de Poblete.”.

El tercero viene a completar los anteriores, fijándose ahora en el alto nivel de la vida regular en el monasterio en comparación con las otras casas de la Corona.

Su trabajo como archivero, cargo que conllevaba el cuidado de archivo y biblioteca y la posesión de una de las tres llaves de la caja de caudales de la casa, durará al menos hasta 1640. Se le ve así firmando como tal archivero y notario real, por ejemplo, en tres documentos de 1632, 1635 y 1636, respectivamente.

Consta, asimismo, que, en 1625, era ya doctor en Teología, cuando él mismo lo asevera al autentificar la copia de una carta del rey Felipe IV al vicario general de la Congregación (entonces, el padre Juan Salines, prior de Montesa y monje de Santes Creus).

Pese a haber sido un encarnizado enemigo de la Congregación, una vez implantada ésta en Poblet, tras la muerte del último abad perpetuo, el citado padre Simón Trilla, en 1623, no sólo continuó como archivero de la casa, sino que llegó a ser nombrado procurador de Poblet en el capítulo que, dada la difícil situación de guerra civil en Cataluña, acabó celebrándose en Ulldecona, donde se le eligió como visitador en el principado. Incluso el capítulo provincial siguiente, celebrado en Veruela en 1645, por dos veces (pese a que la situación bélica impidió la asistencia de los monjes de Poblet), lo cita Finestres como maestro en Teología.

Se cree que el padre Vallespinosa murió después de 1652, si no en la misma fecha, ya que cierra ese año su libro De receptis.       

Acaba así la vida de ese monje ilustrado, a quien tocó vivir activamente un tiempo de crisis de la vida eclesial y monástica, el tránsito a la plena Edad Moderna en la encrucijada entre los siglos XVI y XVII.

 

Obras de ~: Del modo, com i quant se aportaren los cossos sants i altres moiltes relíquies de la Santa Ciutat de Roma, al Real Monestir de Ntra. Sra. De Poblet, tretes y alcançades de Roma lo any 1620, però portades a dit Monestir lo any 1621 a 17 de juliol, s. l., s. f. (ms.); Relíquies de Poblet (ms. en Archivo Histórico Nacional, Clero, ms. 5, s. f.; Libri de receptis tam ad sepulturam quam ad habitum, (ms. en AHN, Clero, libs. 13.821 y 13.822, s. f.; en, J. Guitert [trans. y ed.], Col.lecció de Manuscrits inèdits de monjos del Reial Monestir de Santa Maria de Poblet, Barcelona, Imprenta Altés, 1947-1949 (La Selva del Camp, 1948, págs.13-49); Crónicas de Poblet y más Monasterios de la Congregación de Aragón, ed. de ~, s. f. (desapar.); Vida y milagros de don Carlos, el príncep de Viana, s. f. (desapar.).

 

Bibl.: R. Muñiz, Biblioteca Cisterciense Española, Burgos, José de Navas, 1793, págs. 338-339; E. Toda, “Poblet al començar el segle XVII”, en Butlletí Arqueològic de Tarragona, V (1935-1936), págs. 125-137; A. Masoliver, Fra Simó Trilla (1552-1623), Abat de Poblet, Poblet, Abadía de Poblet, 1970, págs. 441-491, doc. 18 (Scriptorium Populeti, vol. 2); Origen y primeros años (1616-16349) de la Congregación Cisterciense de la Corona de Aragón. Síntesis histórica y documentos, Poblet, Abadía de Poblet, 1973 (Scriptorium Populeti, vol. 8); A. Altisent, Història de Poblet, Poblet, Abadía, 1974, passim; A. Masoliver, “Vallespinosa (Jean)”, en E. Brouette, A. Dimier y E. Manning (dirs.), Dictionnaire des auteurs cisterciens, vol. II, Rochefort, Abbaye Notre-Dame de St-Rémy, 1975-1979, cols. 707-708; “El Pare Joan Vallespinosa de Poblet, a través del seu Llibre De Receptis, i del Pare Finestres”, en Miscel.lània Fort i Cogul, Montserrat, 1985 (Biblioteca Abat Oliba, vol. 32); E. Toda Güell, La Davallada de Poblet (Poblet als segles XVII i XVIII), Poblet, Abadía de Poblet, págs. 73-134 1997 (Scriptorium Populeti, vol. 16).

 

Alejandro Masoliver, OCist.