Olaechea Loizaga, Marcelino. Baracaldo (Vizcaya), 9.I.1889 – Valencia, 21.X.1972. Salesiano (SDB), obispo, arzobispo, procurador en Cortes.
Con dieciséis años ingresó en la Congregación Salesiana, siendo ordenado sacerdote el 20 de diciembre de 1912. Estudió Filosofía en Carabanchel Alto (Madrid) y Teología en el estudiantado internacional de Turín (Italia). Amplió estudios en Lieja (Bélgica), y tras su regreso, fue nombrado rector del Teologado de Carabanchel, y aún más tarde provincial de Levante y Centro de España. En 1934 fue nombrado por el Vaticano visitador de los Seminarios de las provincias eclesiásticas de Granada, Sevilla y Valencia. Obispo de Pamplona (preconizado el 23 de agosto de 1935), fue consagrado como tal en la Catedral madrileña de San Isidro. Nombrado arzobispo de Valencia el 17 de febrero de 1946, entró en su sede el 16 de junio del mismo año. En su etapa se construyó el Seminario de Moncada (Valencia), estableciendo una fuerte renovación de los estudios eclesiásticos. En 1947 estableció en Valencia el Banco de Nuestra Señora de los Desamparados y en 1948 el Instituto Social Obrero. En 1951 convocó y presidió el sínodo diocesano, y a su labor se debe el Año Mariano de 1954 y un fuerte incremento en el número de templos parroquiales.
Hay un retrato de Marcelino Olaechea, por A. Barazzutti, junto a otro de Juan XXIII, en la sacristía mayor de la Basílica de la Virgen de los Desamparados, en Valencia.
El Vaticano no fue ajeno al espíritu de concordia que supo inculcar al pueblo navarro durante la Guerra Civil de 1936. La sintonía y amistad entre el obispo Olaechea y el cardenal Gomá fue factor importante en el desarrollo de la Iglesia española durante y después de la Guerra Civil. En la abadía cisterciense de San Isidro de Dueñas (Palencia), la Conferencia de metropolitanos celebró una sesión extraordinaria entre el 10 y el 13 de noviembre de 1937. Entre sus acuerdos se expresa “un voto de gracias a los excelentísimos obispos de Gerona y Pamplona por la caridad que han tenido con más de trescientos sacerdotes evadidos de la zona roja y que se han concentrado en Pamplona”.
Fue propósito, desde su entrada en Valencia, la creación de una escolanía en la Basílica de la Virgen. En 1958 se hizo la presentación de la que es una de las primeras escolanías de España; desde entonces, cada día, se celebra allí la “misa de Infantes”.
Hijo Adoptivo y Predilecto de Valencia (1952), recibió la Medalla de Oro de la ciudad, con motivo de las Bodas de Plata episcopales. Consiguió, año 1948, el título de Basílica para la Capilla de la Virgen de los Desamparados, patrona de Valencia, y por su iniciativa, desde 1961, patrona de la región. Tuvo una destacada intervención en el Concilio Vaticano Segundo.
El 17 de noviembre de 1966, tras veinte años de pontificado en la sede valentina, al cumplir setenta y cinco años de edad, el Vaticano aceptó su dimisión, fijando su residencia en la misma Valencia, dedicado al estudio y la oración. Una característica de la Iglesia valenciana durante su pontificado fueron las grandes manifestaciones religiosas populares. Y fue precisamente en este período cuando a las fiestas clave de la idiosincrasia valenciana, las Fallas, se incorporó la Ofrenda a la Virgen.
Fue, además, procurador en Cortes desde el 14 de mayo de 1955 hasta el 6 de junio de 1964. Está enterrado en la catedral valenciana, en la capilla de Santo Tomás de Villanueva.
Bibl.: G. Hijarrubia Lodares, Bodas de Plata de la Coronación pontificia de Nuestra Señora de los Desamparados, Valencia, F. Domenech, 1949; E. M. Aparicio Olmos, La imagen original de Nuestra Señora de los Desamparados, Valencia, Tipografía Colón, 1978.
Luis Miguel Aparisi Laporta
