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Mariano Gil de Bernabé

Biografía

Gil de Bernabé, Mariano. Aragón, 12.X.1767 – Isla de León (Cádiz), 23.VIII.1812. Coronel de Artillería, fundador de la Academia Militar de la Isla de León.

Nacido en un pueblo de Aragón, a los quince años empezó a servir en el Ejército, ingresando de cadete en el Colegio de Artillería de Segovia en 1782, donde cursó con aprovechamiento sus estudios, por lo que fue ascendido a subteniente del Cuerpo en 9 de enero de 1787 con el número dos de una promoción que era de doscientos cincuenta y seis.

Destinado al departamento de Barcelona prestó en él los servicios de su clase hasta principios de 1790 que pasó al Colegio Militar de Segovia por haberlo reclamado el subinspector, quien lo propuso para ayudante y profesor del colegio; propuesta que fue aprobada quedando destinado en dicho centro como profesor, dedicando muchas horas a la enseñanza y al estudio.

Tomó parte en la guerra contra la Convención de 1793 a 1795 ascendiendo a teniente durante el curso de las operaciones en Cataluña y fue promovido a capitán en julio de 1802 volviendo a la Academia de Segovia en la que ocupó plaza de profesor desempeñando su cometido hasta 1808. Con motivo de la Guerra de la Independencia al aproximarse a Segovia una división francesa, la Junta de armamento y defensa de la ciudad dispuso el 6 de junio del citado año que marchasen a incorporarse al ejército los jefes y oficiales del colegio, efectuándolo así Gil de Bernabé y sus compañeros de profesorado, tomando parte en diferentes operaciones de campaña batiéndose contra los invasores, y a principios de 1809 se trasladó a Sevilla en cuya Junta Central presentó el 8 de agosto su proyecto proponiendo el establecimiento de academias militares para instrucción de los ocho mil oficiales del Ejército considerados necesarios para un mayor grado de efectividad del mismo.

Aprobado su proyecto, fue nombrado director de la Academia formada en Sevilla en el mes de diciembre con los escolares del batallón de honor de la Universidad de Toledo.

Invadida Andalucía en 1810 pudo trasladarse a Ayamonte, donde embarcó para Cádiz el 11 de febrero, de donde pasó a la Isla de León, y aquí solicitó nuevamente abrir su academia, accediéndose a ello por el Gobierno el 24 de marzo, y nombrándosele director el 11 de abril; en este año ascendió por antigüedad a teniente coronel de Artillería y en 1811 fue promovido a coronel. En dicho año continúa con gran acierto y celo en la dirección de la Academia llegando en su entusiasmo por ella hasta adelantar de su peculio particular fondos para las atenciones de los más aventajados de sus alumnos que entonces pasaron como subtenientes al Cuerpo de Ingenieros Militares.

Los desvelos y fatigas que le comportó el cargo resintieron notablemente su salud por lo que en enero de 1812 solicitó el ascenso a brigadier, siéndole negado por el Consejo de Regencia; volvió a insistir en su pretensión en mayo siguiente obteniendo el mismo resultado, no obstante manifestarle la Regencia su satisfacción por los méritos adquiridos y la promesa de atenderlo oportunamente. Quince días antes de su muerte se verificaron los últimos exámenes públicos y era tal su amor a la enseñanza que imposibilitado y sin poder moverse de una silla, se ocupaba de todos los detalles para la celebración de los exámenes, bajando a presenciarlos, haciéndose conducir a la sala donde tuvieran lugar.

Esta dedicación total a la Academia agravó sus dolencias falleciendo el 23 de agosto en el edificio de la Escuela de la Población de San Carlos de la Isla de León a la que tantos esfuerzos y alientos había dedicado.

Con su muerte desaparecía un jefe culto, de talento nada común y un militar pundonoroso hasta la exageración, siendo fama de que al morir “sólo se encontraron tres duros para el gasto de la casa”. Se ocupaba al fallecer en escribir una memoria sobre la metralla que terminó días antes y dejó inédita. Tuvo el don de hacerse amar y respetar y sobre todo fue el animoso y afortunado ejecutor del planteamiento de la Academia militar, origen y matriz de los distintos centros de enseñanza que ha tenido el Arma de Infantería.

Al instalarse el Panteón de Marinos Ilustres en terrenos colindantes a la Academia de Gil de Bernabé, y abrirse al culto en 1850 se colocó en la antecapilla que da entrada a ella, a uno de los lados de un altar, una lápida de mármol con la siguiente inscripción: “Transmite a la posteridad la memoria que en este lugar dedicó la Academia Militar del Cuarto Ejército a su fundador el coronel de Artillería don Mariano Gil de Bernabé. Día XXIII de agosto de MDCCCXII.” También en la Academia toledana de Infantería se conservaba el retrato al óleo de Gil de Bernabé con la siguiente leyenda al pie: “Fundador de la Academia Militar de la Isla de León. Nació el 12 de octubre de 1767. Fue nombrado director el 11 de abril de 1810 y murió el 23 de agosto de 1812”.

 

Bibl.: F. Moya Jiménez y C. Rey Joly, El Ejército y la Marina en las Cortes de Cádiz, Cádiz, Tipografía Comercial, 1813; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, M. Tello, 1876; S. Clavijo, La ciudad de San Fernando: Historia y espíritu, San Fernando, Ayuntamiento, 1916.

 

José Cervera Pery