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Rafael de Landívar Ruiz de Bustamante

Biografía

Landívar Ruiz de Bustamante, Rafael. Santiago (Guatemala), 27.X.1731 – Bolonia (Italia), 27.IX.1793. Jesuita (SI), poeta y pensador político.

Era hijo de Pedro de Landívar, natural de Navarra, y de Juana Javiera Ruiz de Bustamante, criolla. Su padre era dueño de una próspera hacienda, El Portal, y desempeñó importantes cargos públicos. Transcurrió la infancia de Rafael en un ambiente privilegiado y piadoso en la capital colonial, siendo su formación intelectual al comienzo responsabilidad de dos preceptores residentes en la casa. Más adelante el joven Rafael ingresó en el colegio de San Francisco de Borja, el seminario de la Orden jesuítica, y a los once años pasó al Colegio Mayor universitario de San Borja, donde dio muestras de una excepcional inteligencia, recibiendo el título de maestro en mayo de 1747.

Tras la muerte de su padre en agosto de 1749, Landívar viajó a Tepotzotlán, en México, con el propósito de ingresar en la Orden jesuítica. En el ambiente estimulante del noviciado de los Loyola el intelecto de Landívar pudo seguir floreciendo, y en 1756, sin haber cumplido todavía los veinticinco años, el joven sacerdote fue admitido en la Orden.

Faltan documentos que arrojen luz sobre los años siguientes. Parece sumamente verosímil, sin embargo, que Landívar viajó extensamente por México y por toda la América Central, probablemente enviado por la Orden para realizar diferentes misiones. Era época de la Ilustración y el mundo hispanohablante empezaba a recibir el impacto del empirismo y a oír los nombres de estudiosos y científicos de más allá de sus fronteras. Landívar acababa de recibir la mejor y más moderna formación intelectual que podía ofrecer el Nuevo Mundo, la cual, asimilada por un espíritu inquieto dotado de una insaciable curiosidad, le permitió aprovechar plenamente estos viajes para ir acumulando datos enciclopédicos sobre las características de las diferentes tierras que le tocó recorrer, desde la Ciudad de México hasta Costa Rica.

Para 1761 estaba de nuevo en Guatemala dando clases en el Colegio de San Borja y desempeñando en ciertos momentos el cargo de rector de esa institución.

El día 26 de junio de 1767 fueron detenidos y encarcelados todos los jesuitas, y el 1 de julio emprendieron el laborioso viaje hacia la costa y el destierro perpetuo.

En Guatemala dejaba Landívar a su madre y a su hermana, Rita Josefa, ninguna de las dos en buen estado de salud. Efectivamente, su hermana falleció diez meses después y su madre en 1771. Cabe suponer que la muerte de sus dos seres más queridos y la imposibilidad, por culpa del exilio, de auxiliarlas durante sus últimos días fue motivo de rencor por parte de Landívar.

Conviene señalar que Landívar, además de ser un destacado seguidor de Loyola, era a la vez un miembro de la nueva elite de Guatemala, hijo de un animoso y emprendedor inmigrante navarro, y había heredado los valores y aspiraciones de su clase. Se trataba de un grupo consciente de la potencialidad de Guatemala y deseoso de que el reino se desarrollara, pero que se encontraba imposibilitado en sus aspiraciones por la política colonial de la metrópoli. En Bolonia (Italia), que es donde finalmente terminaron las peregrinaciones de Landívar, y en medio de una pequeña colonia de ex-jesuitas, tuvo abundantes oportunidades para reflexionar sobre su suerte y sobre la condición de Guatemala bajo el imperio español.

Varios de sus compañeros americanos exiliados habían emprendido extensas obras descriptivas de sus países de origen, por ejemplo, la del mexicano, Francisco Javier Clavijero, de tendencia abiertamente anti-española. El mismo Landívar había acumulado un caudal de datos científicos y económicos durante sus viajes por la región mesoamericana, y los incorporó en su magnum opus, la Rusticatio Mexicana, un poema de más de cinco mil trescientos versos en latín, que salió a la luz en 1782. Landívar describe con gran lujo de detalles los ríos, lagos y saltos, las montañas y volcanes, los animales silvestres y domésticos, los cultivos, la industria y los habitantes de México y Guatemala. No cabe duda de que las bellas escenas campestres que retrata constituyen una importante dimensión del poema, pero la obra es mucho más que eso. Se trata, ante todo, de un análisis crítico de la actual situación económica de México y de Guatemala, un comentario sobre la imponderable potencialidad de la región, y un llamado a la próxima generación de guatemaltecos para que descubran y aprecien las riquezas de su tierra. El poema es, en resumidas cuentas, el vocero del criollo patriótico, cada vez más impaciente por lograr el desarrollo de la colonia y cada vez más deseoso de radicales cambios políticos que trasladen el poder a manos americanas.

La Rusticatio llegó a conocerse en Guatemala para finales de la década de 1790, y su mensaje político, fiel eco del pensamiento criollo reformista, contribuyó al fomento de las tendencias separatistas en Centroamérica, que ya no tardarían en manifestarse.

 

Bibl.: F. Chamorro (ed.), Rafael Landívar, Rusticatio Mexicana, ed. bilingüe, San José, Libro Libre, 1987; J. Browning, “Rafael Landívar: poeta, historiador y nacionalista”, en J. Luján Muñoz (ed.), Historia general de Guatemala, III, Guatemala, Asociación de Amigos del País, 1994, págs. 605-612; C. E. O’Neill (SI) y J. M. Domínguez (SI) (dirs.), Diccionario Histórico de la Compañía de Jesús. Biográfico-Temático, Roma-Madrid, Institutum Historicum, S.I.-Universidad Pontificia Comillas, 2001.

 

John Browning