Rodríguez Torices, Manuel. Cartagena de Indias (Colombia), 1788 – Bogotá (Colombia), 5.X.1816. Jurisconsulto, insurgente.
Hijo de Matías Rodríguez Torices, natural de Burgos, y de María Trinidad Quirós y Navarro de Acebedo, de Santafé de Bogotá. Realizó estudios en el Colegio del Rosario de Bogotá y fue “siempre reputado por un joven de mucho provecho” (Jackson) hasta ultimar los estudios de Leyes (Derecho). Durante este período, en 1781 estalló la insurrección de los comuneros del Socorro, descontentos por el aumento de los impuestos reales, que fue reprimida por el virrey Manuel Antonio Flores. Al mismo tiempo que “el espíritu revolucionario francés” se introdujo con la traducción de la literatura francesa, de Los derechos del hombre por Antonio Nariño en 1794, y las fuerzas napoleónicas invadieron España en 1808, se iniciaron los movimientos emancipadores. La rebelión de Quito (Ecuador), en 1809, que estaba incluida en el virreinato de Nueva Granada, fue reprimida por el virrey Amar y Borbón, y le siguieron una serie de insurrecciones.
Ese mismo año, Camilo Torres (1766- 1816), asesor del Cabildo de Santafé, redactó para el mismo Cabildo el manifiesto intitulado Representación del Cabildo de Santa Fe a la Junta Central de España (9 de septiembre de 1809), en el que proclamaba el derecho de su patria a gobernarse a sí misma.
Dos años más tarde, en 1810, el virrey depuesto fue sustituido por una junta suprema, “Junta Revolucionaria”, del Nuevo Reino de Granada. Mientras, el joven Rodríguez Torices se aficionaba a la lectura, pues “el oro del país, más poderoso que la Inquisición de Cartagena” (cfr. Jackson), facilitaba la llegada de libros de Francia, además utilizaba la biblioteca de los jesuitas en la capital colombiana, las librerías y las bibliotecas particulares, aunque “la envidia, perseguidora del mérito, no perdonó á esta juventud, que con sarcasmo era llamada en Santa Fe ‘compañía de los sabios’; pero la conducta irreprensible, y la dulzura y fuerza de carácter de sus individuos, hicieron al fin callar la maledicencia” (Jackson). La mayoría de los miembros de este grupo comenzaron a publicar en el Seminario de Nueva Granada, mientras que Torices se trasladó a Cartagena de Indias, donde vivía como un “filósofo”, hasta que se inició la lucha por la independencia de Colombia, cuyo nuevo gobierno le escogió como redactor, junto a José Madrid, en Argos de Cartagena de Indias. Por este tiempo y en la misma ciudad se inició otra revolución dirigida por Piñeres, para reformar la existente, que denominaron de “contrarrevolución”, elevando a Torices “al más alto puesto de la República” [el Ayuntamiento de Cartagena de Indias, el 10 de mayo de 1810 formó una junta que conformaba el primer paso hacia la independencia de Nueva Granada, esta junta le encargó a Torices y a José Fernández Madrid crear el periódico Argos Americano, con la misión de fomentar ante la opinión pública las ideas independentista. El 11 de noviembre de 1811 la junta declaró la absoluta independencia de la Corona, y es firmante de la constitución del “Estado Soberano de Cartagena”, en el que es elegido gobernador y presidente de Cartagena de Indias, el 1 de abril de 1812.
A partir de ese momento la ciudad de Cartagena participa activamente en el movimiento emancipador del país]. Era ciertamente un bello ejemplo para animar la emulación, que un joven, sin la edad constitucional, que fue preciso dispensarle, fuese colocado en el primer lugar, en una provincia que no carecía de hombres y mérito; y como el nuevo presidente no sabía manejar la intriga, es menester atribuir su elección al concepto que había adquirido. Este jefe era lento en deliberar, tímido para determinarse, pero inflexible una vez resuelto. Un decreto suyo excitó cierto día una conmoción popular, y se presentó solo á impedirla, imponiendo silencio á la multitud. Era infatigable en el trabajo, más pareciendo secretario que presidente (...). Era amado de los extranjeros; protegió el sistema de corsarios que tanto daño ha hacho á los enemigos [los españoles], aunque no ha estado libre de abusos, y estableció reglas convenientes para mantener en su deber á los que habían obtenido patentes” (Jackson), pues, como insiste en señalar Jackson, “salvó más de una vez la República y la entregó á su sucesor íntegra y segura”. Pero, con anterioridad, en marzo de 1811 se proclamó la república de Cundinamarca, con sede en Bogotá y presidida por José Tadeo Lozano, de tendencia federalista, que es depuesto por Antonio Nariño, centralista, y la división entre ambas tendencias políticas motiva la creación de la Federación de las Provincias Unidas, con sede en Tunja.
Nariño se hizo proclamar dictador perpetuo y, en 1813, proclamó la independencia. Mientras los realistas aprovechaban estas diferencias y se hacían fuertes en Pasto y Popayán, tomaron Santa Marta y sitiaron Cartagena. Nariño fue hecho prisionero y enviado a España. En 1815, desde Popayán y Santa Marta el general Pablo Morillo inició una ofensiva para recuperar las ciudades de Cartagena y Bogotá (1815) y hasta 1821 estuvieron bajo autoridad realista. Asimismo, en 1815, Manuel Rodríguez Torices fue elegido uno de los “triunviros” (triunvirato) que gobernó el país, ese mismo año abandonó la presidencia de Cartagena y partió para Bogotá, donde estaba el Congreso, para tomar posesión del triunvirato, compuesto por José Manuel Restrepo, Concustodio García Robira y Manuel Rodríguez Torices, pero al no estar presentes en la ciudad bogotana fueron reemplazados por José Fernández Madrid, José María del Castillo Rada y Joaquín Camacho. Según un historiador, Torices dimitió de la presidente de Cartagena un año antes, en 1814, cuando salió con destino a Jamaica para realizar una actividad diplomática en la colonia británica y volvió a Bogotá el 18 de julio de 1815 para formar parte de la presidencia del triunvirato, formado además por José Miguel Pey de Andrade y Antonio Villavicencio, pero unos meses más tarde, el 14 de octubre, Cornelio Rodríguez acusó de traidor a Torices ante el Congreso, que no aceptó la acusación, y el 15 de noviembre nombró de jefe de Estado a Camilo Torres (que anteriormente de 1810 a 1811 formó parte de la junta suprema y posteriormente presidió las Provincias Unidas, de 1811 a 1816, constituidas desde 1813 en república), y nombró vicepresidente a Torices, ambos permanecieron en el cargo hasta que, el 14 de marzo de 1816, Morillo disolvió el Congreso y los políticos independentistas huyeron de Bogotá; en su huida, fueron capturados y hechos prisioneros por los realistas, bajo el mando de Morillo, en Buenaventura, de donde pensaban pasar a Buenos Aires (4 de octubre).
Fueron fusilados en la Plaza Mayor de Bogotá, el 5 de octubre de 1816 (aunque Jackson, adelanta la fecha a un año antes, a 1815).
Bibl.: W. M. Jackson, Diccionario Enciclopédico Hispano- Americano de Literatura, Ciencias, Artes, Etc., t. XVIII, Londres, Editor W. M. Jackson, 1890, pág. 624; G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1981.
Miguel Héctor Fernández-Carrión