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Domingo Tristán y Moscoso

Biografía

Tristán y Moscoso, Domingo. Arequipa (Perú) 27.VII.1768 – 9.VIII.1847. Caballero de la Orden de Montesa, general, intendente, diputado y político insurgente.

Hijo de José Joaquín Tristán del Pozo y Carassa y María Mercedes Moscoso Pérez Oblitas, miembros de la alta sociedad criolla arequipeña, su padre era corregidor de Larocaja cuando la guerra de Tupac-Amaru y Tupac-Catari contra los españoles en 1780 y 1781. Fue hermano de Juan Pío de Tristán. Habiendo iniciado sus estudios en el Cuzco, viajó a España, donde ingresó como guarda marina y prestó servicios en la Embajada de Londres. Regresó al Perú en el navío Aquiles (1791) como coronel del Regimiento de Dragones de Milicias de Mages. Desde el 25 de octubre de 1783 tenía el nombramiento de comandante del tercer escuadrón del Regimiento de Dragones de las milicias provinciales de Camaná. Por recomendación del virrey marqués de Avilés el 9 de noviembre de 1793, ascendió a teniente coronel. Fue alcalde de Arequipa en dos ocasiones (1800-1801 y 1809-1810).

Participó con el realista J. M. Goyeneche, primo suyo, en el sometimiento del levantamiento de La Paz del 16 de julio de 1809. Retirados los patriotas e internándose en el territorio de los yungas, Goyeneche, que había ocupado La Paz, dispuso que Tristán a la cabeza de las tropas de Arequipa, fuerte de quinientos hombres, los persiguiera. Salió de La Paz el 30 de octubre de 1809, derrotando en Irupana, el 11 de noviembre, a los sublevados, capitaneados por el cura Medina, Lanza y Castro, que fueron asesinados por los indios yungas. Tristán remitió las cabezas a su primo Goyeneche. De regreso a La Paz el 6 de diciembre, quedó de intendente interino de esta ciudad (30 de diciembre de 1809) y fue nombrado gobernador y comandante de armas de dicha ciudad, de cuyo destino se hizo cargo el 30 de septiembre de 1810.

Habiendo estallado la revolución en la capital del virreinato el 25 de mayo de 1810, secundada en Cochabamba y Oruro, los realistas fueron vencidos en los campos de Aroma. La aproximación del I Ejército Argentino rioplatense, acaudillado por Balcarce y Juan José Castelli, y el ambiente de euforia entre los vecinos simpatizantes hizo firmar a Tristán un acta de adhesión a la Junta de Buenos Aires (16 de noviembre de 1810), en una reunión de vecindario “sin discrepancia alguna”. El 19 del mismo mes Tristán dirigió al vecindario una proclama en sentido patriótico. El 13 de diciembre hubo un Cabildo para la elección de diputado que representase a la provincia en la ciudad de Buenos Aires, resultando elegido Ramón María Aparicio. Entre el 28 de diciembre de 1810 y el 12 de enero del año siguiente estuvieron en La Paz las tropas patriotas de Cochabamba, comandadas por Bartolomé Guzmán. Tristán en los meses siguiente mandó encarcelar a algunos consumados realistas, como Antonio Cueto y Faustino Gómez (25 de enero). Durante el mes de marzo agasajó al general de las fuerzas argentinas Eustaquio Díaz Vélez. Durante la Semana Santa de 1810 el general patriota Castelli se alojó en el palacio episcopal de la paz, en medio de convites y bailes, lo cual sirvió de pretexto a los realistas para acusar de sacrílega y antirreligiosa a la revolución. En todo este tiempo Tristán aparentaba tanta adhesión a la causa patriota que engañó completamente a todos los generales argentinos.

 El 20 de junio de 1811 se produce la derrota de los patriotas en Guaqui. Tristán se encontraba en Calamarca, mientras en La Paz, de la que era gobernador, se produjeron terribles desórdenes públicos. Llegadas las tropas realistas a La Paz, Tristán encabezó las cosas en favor de la causa realista, todo lo cual le hizo perder cualquier posible buena opinión ante el virrey Abascal y ante los patriotas.

Durante los dos años que fue intendente realista, la ciudad de La Paz sufrió el cerco de los patriotas desde el 15 de agosto de 1811 hasta que llegaron las tropas realistas de Lombera y Benavente. Hizo arcabucear a Miguel Campos (28 de octubre de 1811) y a Juan Choque (2 de noviembre del mismo año). El 27 de diciembre de 1812 juró la Constitución Española de Cádiz. Permaneció en el cargo hasta mediados de 1813 en que fue elegido diputado por Arequipa a las Cortes de Cádiz, en representación de su país natal. Emprendió viaje a Europa (autorizado por el virrey, José Fernando de Abascal, porque creía que, lejos del Perú, sería menos perjudicial, ya que consideraba que detrás de su elección se encontraba el voto de los sediciosos, los audaces y los intrigantes). Encontrándose de camino a España, en Jamaica recibió la noticia de la disolución de las Cortes por lo que retornó), por lo que regresó a su ciudad natal (2 de septiembre de 1815) por haber emprendido tarde su viaje y tener noticia de la reacción absolutista de Fernando VII.

En Arequipa pasó un largo período oscuro (1815-1821). Allí recibió el hábito de caballero de la Orden de Montesa (1816). Interinamente ocupó la presidencia de la Real Audiencia de Cuzco y, denunciado al virrey Joaquín de la Pezuela (1761-1830) como sospechoso de mantener entendimiento con San Martín, optó por embarcarse en Mollendo (8 de septiembre de 1821) y presentarse en Lima al general San Martín, quien lo recibió magníficamente y el 21 de diciembre del mismo año lo ascendió a general de brigada y le dio una división, que debía impedir la aproximación de los realistas a Ica y obstaculizar su salida hacia la costa. Pero Tristán no creyó los avisos que le dieron ni organizó la vigilancia y, debido a la sorpresa enemiga, sus fuerzas sufrieron un desastre en Macacona. Por ello se le siguió juicio ante un consejo de guerra, que lo inhabilitó por el término de un año. Como inspector general de milicias (1823), fue el segundo jefe del batallón con el cual se formó la guardia de honor del Congreso constituyente. Consumada la independencia peruana, fue prefecto varias veces: de Puno (1825), Junín (1826) y de Ayacucho (desde 1828 a 1830). A este departamento volvió entre 1834 y 1835, a petición de los diputados que representaban al departamento ante la Convención Nacional. Al ser depuesto, por efecto de un motín militar en favor del general Felipe Santiago Salaverry, optó por retirarse a la vida privada.

Domingo Tristán, típico espécimen de acomodaticio, ha pasado a la historia del independentismo hispanoamericano como modelo de político hipócrita e intrigante. Pero era rasgo de familia, pues su hermano Juan Pío, habiendo seguido una trayectoria igual de zigzagueante, llegó a ser ministro de la República (1836) y presidente del Estado Surperuano.

 

Bibl.: N. Aranzaes, Diccionario Histórico del Departamento de La Paz, La Paz, Casa Editora Talleres Graficos “La Prenisa”, 1915, págs. 744-748; B. Mitre, Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana, Buenos Aires, Editorial Anaconda, 1950, 3 vols.; VV. AA., Historia de Belgrano y de la independencia argentina, Buenos Aires, Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1967- 1968, 4 vols.; J. R. Fisher, Government and Society in colonial Peru. The Intendant System, 1784-1814, London, The Athlone Press, 1970, págs. 206, 224-225; A. Crespo, La vida cotidiana en La Paz durante la Guerra de la Independencia, 1800-1825, La Paz, Universidad Mayor de San Andrés, 1975; G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza, 1981; V. de Cadenas y Vicent, Caballeros de Montesa que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el siglo XIX, Madrid, Ediciones Hidalguía, 1995; V. Peralta Ruiz, En defensa de la autoridad. Política y cultura bajo el gobierno del virrey Abascal, Perú 1806-1816, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2002; V. Paniagua Corazao, Los orígenes del gobierno representativo en el Perú: las elecciones (1809-1826), Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú – Fondo de Cultura Económica, 2006.

 

Antonio Astorgano Abajo

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