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José Félix Ribas

Biografía

Ribas, José Félix. Caracas (Venezuela), 19.IX.1775 – Tucupido, Estado de Guárico (Venezuela), 31.I.1815. Insurgente, general y prócer de la Independencia de Venezuela.

El último de los once hijos de Marcos Ribas y Bethencourt y de Petronila de Herrera, de ascendencia canaria, descendía por línea materna de un capitán general, y pertenecía a la clase “mantuana”. Dos de sus hermanos fueron eclesiásticos. Su padre fue nativo de la isla de Tenerife y se desempeñó como regidor y alcalde ordinario del ayuntamiento caraqueño. José Félix desde joven sintió inclinación por hacer carrera en el mundo religioso; en concreto quiso pertenecer a la orden de los Franciscanos, no obstante, desistió de la idea y se dedicó al negocio de la agricultura. Posteriormente, el 1 de febrero de 1796, a los 21 años, se casó con María Josefa Palacios Blanco, tía de Simón Bolívar, uniendo así a su familia con la del futuro Libertador.

El 8 de mayo de 1799, a los 24 años, presenció la ejecución de José María España en la Plaza Mayor de Caracas, razón por la cual se convirtió en un defensor radical de la causa independentista y republicana. Participó en las agitaciones precursoras de la revolución de independencia: así, el 15 de julio de 1808 contra los emisarios franceses y, después, en las conjuras con Bolívar y otros miembros de la aristocracia venezolana, celebrándose algunas en su casa, aunque también firmó la representación del 22 de noviembre de 1808 al capitán general manifestando su lealtad.

Siguió conspirando y con los Montilla, los Salias, los Bolívar y otros, integró aquel grupo gestor del movimiento que culminó con los sucesos del 19 de abril de 1810. Ese día excitó a la multitud y contribuyó a la presión que obligó a deponer al capitán general Vicente de Emparán y Orbe. Formó parte del municipio y fue uno de los miembros de la Junta Suprema que se organizó para gobernar a Venezuela el 25 de abril, gobierno provisional en el que también ingresó su hermano Francisco José, sacerdote. En octubre de 1810, como líder de los pardos caraqueños, organizó una protesta pública por el asesinato cometido en Quito, el 2 de agosto de 1810, de 28 patriotas por las autoridades realistas.

Fue hecho jefe del batallón de Milicias Regladas de Blancos de Barlovento, en 1810, su primera tarea militar.

Continuó su actitud apasionada y extremista, por lo cual la Junta lo desterró por algún tiempo. En abril de 1811 Ribas regresó a Caracas.

Bajo las órdenes del general Francisco de Miranda, Ribas tomó parte en las discusiones de la Sociedad Patriótica que apresuraron la declaración de independencia e hizo la campaña contra el marino realista Domingo Monteverde (1773-1832) en 1812; en esa ocasión fue enviado con su batallón en refuerzo del coronel Juan Pablo Ayala, quien defendía el portachuelo de Guaica. De allí pasó a Caracas en calidad de comandante militar o gobernador militar de dicha capital, en sustitución de Juan Nepomuceno Quero.

Destituido por Miranda y caída la Primera República (julio de 1812), su parentesco con el realista Monteverde le facilitó la salida del país, pero se dirigió a Nueva Granada, desde donde prosiguió la lucha patriótica, unido al ejército con que Labatut y Simón Bolívar dieron comienzo, en 1813, a la Campaña Admirable.

En Ocaña se agregó a Bolívar a principios de 1813, y con él marchó a la toma de Santa Marta, a San José de Cúcuta, y actuó en la batalla victoriosa librada en esta localidad contra el coronel Ramón Correa (28 de febrero de 1813). Gestionó de Antonio Nariño (1765-1823) y de Camilo Torres ayuda para la campaña de liberación de Venezuela que iba a emprender Bolívar. Mandó la división de retaguardia en la Campaña Admirable, iniciada en Cúcuta el 14 de mayo de 1813. Triunfó en Niquitao contra José Martí (2 de julio) y contra Francisco Oberto en Los Horcones (11 julio). Concluida la Campaña Admirable, Bolívar lo nombró gobernador militar de la ciudad de Caracas, encargándole de su defensa a ultranza, que, a poco, se vio amenazada por fuerzas realistas que avanzaban desde distintos puntos. Bajo su gobierno se ejecutaron las confiscaciones y donativos forzosos de los realistas ordenados por Bolívar y las ejecuciones de la Guerra a Muerte, aunque las peores matanzas las llevó a cabo Arismendi al sustituirle interinamente en los primeros meses de 1814.

El 13 de septiembre de 1813 arribó frente a La Guaira una expedición realista integrada por el regimiento de Infantería de Granada, cuyo jefe era el coronel Miguel Salomón, procedente de España. Con anticipación había tenido Ribas conocimiento de su llegada, lo cual le brindó la oportunidad para tratar de capturarlo o destruirlo. Se trasladó al puerto e hizo los arreglos para hacer creer a Salomón que todo estaba controlado por los realistas; Ribas fingió ser uno de ellos. La operación fracasó por un incidente que se presentó en momentos cuando las tropas del Granada se disponían a desembarcar, y los buques españoles con las tropas se trasladaron a Puerto Cabello, dominado entonces por los realistas. El 5 de octubre del mismo año, Ribas fue ascendido a mariscal de campo y días más tarde, merced al decreto de Bolívar sobre uniformes, divisas y graduaciones (17 de octubre), cambió este título por el de general de división, su equivalente. Durante los días 23, 24 y 25 de noviembre de 1813 combatió con éxito en la batalla de Vigirima contra el Regimiento de Granada, venciendo, con muerte de muchos estudiantes que movilizó a la fuerza, al coronel Miguel Salomón, al cual obligó a replegarse a Puerto Cabello. De Vigirima se trasladó Ribas a Valencia y de allí a la línea del sitio de Puerto Cabello, donde tomó el mando de las fuerzas sitiadoras.

En diciembre de 1813 recibió la Orden de los Libertadores, de reciente creación por Bolívar.

Después de haber vencido a Vicente Campo Elías en La Puerta (3 de febrero de 1814), el realista José Tomás Boves organizó tres columnas; una (Francisco Rosete) marchó a Caracas por los valles del Tuy; otra (Francisco Tomás Morales), por La Victoria se dirigió hacia Caracas, la tercera quedó en Villa de Cura como reserva. De Caracas se dirigió Ribas, con un nutrido grupo de jóvenes, a La Victoria donde derrotó a Francisco Tomás Morales (12 de febrero de 1814). Regresó a Caracas y de allí marchó contra Francisco Rosete y lo venció en Charallave (20 de febrero). Un mes más tarde, de Caracas condujo nuevamente sus fuerzas hacia Ocumare del Tuy, contra Rosete, a quien venció el 20 de enero de 1814 y de nuevo en Yare (febrero), ejecutando a los prisioneros. Este triunfo le valió su ascenso a general en jefe el 23 de marzo.

En el campo de Carabobo, donde fue derrotado el mariscal de campo Juan Manuel Cagigal el 28 de mayo de 1814, el general Ribas mandaba la reserva del ejército de Bolívar. De Carabobo retornó Ribas a Caracas. Después de la derrota sufrida ante las fuerzas de Boves en La Puerta (15 de junio de 1814), Bolívar se retiró a Caracas y de acuerdo con Ribas trató de organizar la defensa de la ciudad, pero vista la imposibilidad para ello, decidió ejecutar lo que se conoce como la “Emigración a Oriente”. Ribas le acompaña. Mientras tanto, el jefe realista Morales, enviado por Boves en persecución de los fugitivos, venció a José Francisco Bermúdez y a Bolívar en la batalla de Aragua de Barcelona (17 de agosto de 1814). Esto provocó la desbandada de los patriotas, quienes acusaron a Bolívar de ser el causante de las desgracias y pidieron su sustitución. No obstante, Ribas no se rindió, y al frente del supremo ejército se aprestó a seguir la lucha en oriente, donde Manuel Piar y Bermúdez se estaban enfrentado a Boves.

Ribas, con el resto de las fuerzas, espera en Cariaco.

De Barcelona pasó Bolívar a Cumaná, donde se embarcó (25 de agosto de 1814) en el buque de José Bianchi para tratar de salvar los caudales y suministros confiados a este marino. El 5 de septiembre recaló Bolívar en Carúpano.

Durante ese lapso, Ribas y Manuel Piar fueron nombrados jefes del Ejército, destituyéndose a Bolívar y Nariño como responsables del desastre. La autoridad de Bolívar y Nariño fue ignorada por Ribas y Manuel Piar (proscripción firmada en Carúpano el 2 de septiembre de 1814). Pero Ribas evitó que cayeran en poder de Piar, pues los embarcó el 8 del mismo mes para Cartagena de Indias, en compañía de D’Elhuyar, Mariano Montilla, José Francisco Azcue y otros, recomendándolos al Congreso de Nueva Granada. Ribas organizó un nuevo ejército, decidido a continuar la resistencia, pero no pudo con el empuje de Boves. Se trasladó a Maturín con sus tropas y con las dejadas por Bolívar y, en coordinación con el general José Francisco Bermúdez, realizó las operaciones finales de la Segunda República (7 de agosto de 1813 hasta el 5 de diciembre de 1814). El 5 de diciembre, Piar, Bermúdez y Ribas se enfrentaron a Boves en la batalla de la sabana de Urica donde fueron derrotados contundentemente por dicho jefe realista, que pereció en la batalla. Días más tarde Ribas organizó en Maturín una fuerza y de nuevo los realistas lo vencieron (11 de diciembre de 1814). Huyó y se escondió tratando de salvar la vida en el alto llano de los montes de Tamanaco, cercano al Valle de la Pascua, donde fue traicionado por un negro esclavo y capturado por los realistas, quienes lo mataron en Tucupido. Su cabeza fue enviada a Caracas y expuesta en una jaula de hierro, en el sitio conocido como la Puerta de Caracas, en el camino de la Guaira.

El arrogante e impetuoso Ribas, general en jefe que usaba siempre el gorro frigio como emblema de la libertad, fue importante en los momentos cruciales de la lucha por la independencia de Venezuela. Amaba la gloria y la libertad con delirio, lo cual unido a su trágico fin lo ha convertido en personaje legendario en Venezuela, como demuestra el hecho de que el 10 de febrero de 1974 la Asamblea de Venezuela declarase el 12 de febrero de cada año festividad del “día de la juventud venezolana”, en recuerdo de la batalla de La Victoria donde derrotó a Francisco Tomás Morales (12 de febrero de 1814), olvidándose de los muchos estudiantes, reclutados forzosamente por Ribas, que sucumbieron aquel día.

Resumiendo, Ribas fue uno de los héroes venezolanos más importantes de la primera parte de la Independencia. Defendió apasionadamente la causa republicana a extremos radicales. Desempeñó varios cargos militares demostrando pericia en esa dirección. Tuvo un rol importante en la “Campaña Admirable” y se destacó por su participación en las batallas de La Victoria y Urica. Su figura emerge sobre todo en los periodos de exaltado nacionalismo bolivariano. Considerado como “el general de la juventud”, en 1987, fue creada la “Ley de Condecoración de la Orden José Félix Ribas”, para premiar a aquellos ciudadanos jóvenes que brindaran una contribución destacada al país en los ámbitos de la cultura, el arte, la ciencia, el deporte y la música, entre otros.  En 2003, Hugo Chávez nombró a una de las misiones bolivarianas “Misión Ribas” en su honor (especie de programa social nacional para la escolarización en educación media). Desde el 19 de septiembre de 2005, reposa en el Panteón Nacional un cofre con los restos simbólicos de José Félix Ribas. También, existen dos municipios venezolanos con su nombre, el municipio José Félix Ribas en el estado Aragua, y el Municipio José Félix Ribas en el de estado Guárico.

 

Obras de ~: Heroica defensa de La Victoria, hecha por el General José Félix Ribas en 1814. Parte oficial de la batalla, Caracas, Imprenta Bolívar, 1895.

 

Bibl.: E. Blanco, José Félix Ribas, Caracas, Imprenta de La Opinión Nacional, 1892; J. V. González, Biografía de José Félix Ribas, París, Garnier Hermanos, 1913 (Buenos Aires, 1946; Buenos Aires, Editorial Jackson, 1957); Biografía de José Félix Ribas (Época de la guerra a muerte), prefacio de R. Blanco-Fombona, Caracas, Edit. González González, 1956; A. Grisanti, Los Ribas Herrera, tíos de Bolívar y primos de Monteverde, Caracas, Tipografía Principios, 1961; G. Ruiz Rivas, El señor General Don José Félix Ribas: biografía de un león, Maracay, Ejecutivo del Estado Aragua, 1964; A. Grisanti, José Félix Ribas amotina a Caracas en 1810 para vengar a las víctimas de Ruiz de Castilla, Quito, 1965; O. Gutiérrez, Bicentenario del natalicio de José Félix Ribas, Mérida, Imprenta Oficial, 1975; M. A. Mudarra, Biografía de José Félix Ribas, Caracas, Ministerio de Educación, 1975; V. Romero Martínez, Ribas, canción de la juventud: apuntes de un estudiante que fue a la guerra, Caracas, Ministerio de la Juventud, 1978; H. Bencomo Barrios, El General en Jefe José Félix Ribas, Caracas, Ministerio de la Defensa, 1978; C. Chirinos y E. Cepeda, José Félix Ribas, rebelde de la juventud, Maracaibo, Ed. El Lago, 1980; R. Ezquerra, “Ribas, José Felix”, en G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, t. III, Madrid, Alianza Editorial, 1986, págs. 478-479.

 

Antonio Astorgano Abajo