Soublette, Carlos. La Guaira, Caracas (Venezuela), 15.XII.1789 – Caracas (Venezuela), 11.V.1870 Militar, independentista, general, diplomático, político, presidente de Venezuela.
Hijo de Antonio Soublette y Piar, oriundo de Tenerife y de Teresa Jerez de Aristeguieta, desde muy joven toma parte activa en las luchas por el proceso de independencia de Venezuela, alistándose en el Ejército bajo las órdenes del general Francisco de Miranda (1750-1816), como portaestandarte del escuadrón constituido en Caracas (18 de mayo de 1810), y en julio del mismo año de 1810 es ascendido a alférez.
Durante los años 1811 y 1812, es secretario y “edecán” (según Jackson) de Miranda. Por sus especiales cualidades militares es nombrado capitán con el empleo de teniente coronel (11 de enero de 1811, aunque Delgado indica que lo hace con una graduación militar menor, de teniente, y en agosto asciende a capitán), al mismo tiempo desempeña el puesto de segundo jefe en la sección de Caballería, una de las cuatro en la que Mirada había dividido el ejército insurgente.
En 1811, los independentistas perdieron la provincia de Guayana, por lo que Miranda reúne en Caracas a los jefes de las cuatros secciones militares, y al encontrarse enfermo el jefe de la sección de Caballería envía en su lugar al joven Soublette, quien toma la palabra al final de todas las intervenciones y lo hizo “de tal manera” que Miranda, le dijo “usted será mi jefe de Estado Mayor general”, a lo que respondió Soublette “no, mi general; no puedo aceptar tal empleo, porque ni tengo edad, ni méritos, ni servicios, circunstancias todas que se encuentran reunidas en muchos otros jefes del ejército” (cfr. Jackson), y como insistía Miranda en pedírselo, Soublette antes de aceptar ese puesto, solicita su pase al Ejército de Valencia. El 12 de febrero de 1812 contrae matrimonio con Olalla Buroz. Ese mismo año, manda como teniente coronel un escuadrón de caballería que lucha contra el ejército realista que opera bajo las órdenes del capitán de fragata Domingo de Monteverde. A la caída de la primera república, es hecho prisionero y encarcelado en el castillo de san Felipe de Puerto Cabello, pero es liberado al año siguiente en 1813, y se une al ejército de Simón Bolívar, obteniendo numerosas victorias, en unas ocasiones con Bolívar y en otras con el general José Félix Rivas, gobernador militar de Caracas, de quien es su secretario, en Vigirima (23-25 de noviembre de 1813), La Victoría (12 de febrero de 1814) y San Mateo (25 de marzo), así como en la primera batalla de Carabobo (al lado de Bolívar, 28 de mayo) y en La Puerta (15 de junio), que pierde, y marcha a Barcelona como mayor general de la División Palacios. Posteriormente, tras la derrota en Aragua (17 de agosto) y, la caída de la segunda república, huye a la isla Margarita (aunque Delgado indica que marcha con el general jefe Simón Bolívar a Nueva Granada, para participar en las acciones militares que llevan a cabo en Bogotá, en diciembre de 1814). Más tarde lucha en Magdalena y defiende la fortaleza de la Popa, durante el sitio de Cartagena (11 de noviembre de 1815, según Jackson, mientras que Delgado indica que lo hace antes, durante el mes de mayo). De nuevo huye tras la batalla perdida, en esta ocasión hacia los Cayos, de ahí marcha a las Antillas (mayo de 1815, según Delgado) y, en Haití, forma parte del ejército que debía desarrollar la Expedición a los Cayos en 1816. Asiste a la Asamblea de la Villa del Norte (Margarita, 6 de mayo). El 1 de junio, durante la toma de Carúpano por las tropas de la expedición, bajo el mando del general Manuel Carlos Piar (1782-1817) participa en esta conquista de la ciudad, por lo que es designado gobernador del cuartel general (23 de junio) y recibe el nombramiento de jefe del Estado Mayor General interino, en reemplazo del coronel Henri Ducoudray-Holstein. Al mes siguiente, marcha con dirección a Ocumare, donde como comandante de la vanguardia del ejército desembarca el 6 de julio, y ese mismo día dirige una columna contra el valle de Aragua, con el encargo de apoderarse de esta zona y organizar una división de apoyo a Bolívar, mientras que el jefe independista es vencido por el brigadier realista Francisco Tomás Morales (14 de julio).
Después, bajo las órdenes del general de brigada Mac Gregor, participa en la operación militar conocida como “Retirada de los Seiscientos”, efectuada desde Choroní hasta Barcelona, venciendo en Onoto, Chaguaramas, Pao de Zárate, Quebrada Honda, Alacrán y Juncal, pero en Unare o Clarines, acompañando a Bolívar son derrotados, y Soublette es herido (8 de enero de 1817). Con anterioridad, el 2 de enero de 1817, Bolívar le nombra miembro de la Orden de los Libertadores de Venezuela. Más tarde, con José Francisco Bermúdez, al separarse de Santiago Mariño, continúa luchando contra los realistas, y es comisionado ante el general en jefe Mariño para convencerle para que uniera sus fuerzas con las de Bolívar. Como subjefe del Estado Mayor General marcha con Bolívar a la Guayana y lucha en la liberación de esta provincia.
Posteriormente, siendo entonces jefe de Estado Mayor general en Cumaná, se salva de morir junto a Bolívar, Arismendi y Lara en la batalla del Caño de Casacaima (4 de julio de 1817), al ocultarse en un estero y esperar que por la noche se alejaran sus adversarios (según Jackson). El 24 de septiembre recibe el nombramiento de jefe del Estado Mayor General, y el 3 de octubre, el de fiscal de la causa/juicio propuesto por Bolívar contra Manuel Carlos Píar en San Feliz. Asimismo, fue nombrado miembro del Consejo de Estado (9 de noviembre), el cual debía reunirse como Junta de Angostura (10 de noviembre), para organizar el gobierno de la nueva república venezolana.
En esta época interviene en las campañas del Centro (1818), y en la del bajo Apure (1819) (y Calabozo, Oriosa, Sombrero, Cabrera, Semen y Ortiz, según Jackson). Asimismo, figura en la junta de Cañafístolo (Colombia, 15 y 21 de mayo de 1819), donde se acuerda la campaña de Nueva Granada, e interviene en la batalla de Boyacá (7 de agosto de 1819) (además de las que tienen lugar en Gámeza, Bonza y Vargas, según Jackson), mandando uno de los cuerpos del ejército vencedor. Poco después de la batalla de Boyacá, acompaña a Bolívar en su entrada triunfal a Bogotá (10 de agosto), un día después de que la hubiera abandonado los altos mandos del Virreinato del Perú.
Bolívar es “coronado allí á su entrada por un coro femenino, [que] puso la corona en las sienes de Soublete y Anzoátegui, que estaban á su lado, repitiendo estas palabras: Ellos son los que la merecen” (cfr. Jackson), y por ello no es extraño, que el cuadro emblemático de la toma de Bogotá por los independentistas, representa el triunfo de la batalla de Boyacá con un retrato de Soublette.
Obtuvo una Cruz de Mérito por esa victoria, que le concede la Asamblea reunida con este motivo en Bogotá. Pero poco tiempo después, obedeciendo órdenes de Bolívar, marcha de nuevo a Venezuela para continuar luchando contra los realistas. Se dirige hacia el bajo Apure, donde se reúne con las fuerzas del general José Antonio Páez (1790-1873), y seguidamente Soublette ocupa los valles de Cúcuta, recién evacuados por la división realista que manda el mariscal de campo Miguel de la Torre, contra los que lucha en la batalla de Las Cruces (23 de septiembre), y vence a los militares realistas Torre y Valcarce, obligando a este último a retirarse con todas sus tropas a Maracaibo.
Con posterioridad a estas victorias avanza por las provincias del centro, con el mando de toda la campaña, y se apodera de Maracaibo, donde se habían pronunciado los realistas y tenía fama de plaza inexpugnable.
Como señala su biógrafo Felipe Santiago Casanova “se hicieron notar más las dotes administrativas en aquel joven soldado y magistrado, porque en todos sus actos sabía hermanar la energía y diginidad del primer puesto con el respeto legal á los derechos y garantías de los ciudadanos [...]. No sólo el partido colombiano bendijo su administración, aunque podía llamarse y ejercerse dictatorialmente, sino el corto círculo de españoles que resolvieron quedarse en el país, porque no obstate el vértigo de furor que existía contra ellos [...], encontraron siempre en él un protector noble y generosos”.
El 1 de mayo de 1820, Bolívar propone ante la comisión permanente del Congreso el ascenso de Soublette a general de división por los servicios prestados a la república. Ese mismo día, fue nombrado vicepresidente interino de Venezuela, con el encargo de dirigir la guerra en la zona oriental venezolana. Derrotado el general José Francisco Bermúdez en El Calvario (Caracas, 23 de junio de 1821), Soublette se establece en Río Chico, en espera de refuerzos de la Guayana. Al año siguiente, en 1822, ejerce de intendente del departamento de Venezuela, y se encarga de activar la campaña de Coro contra el mariscal de campo realista Francisco Tomás Morales, pero pierde con Piñango y Reyes Vargas, la acción de Dabajuro (7 de septiembre de 1822), ganada por el mariscal Morales.
Instalado el Gobierno de Venezuela en Bogotá y tras haber sido promulgada la constitución de Cúcuta (conocida como “Constitución de la Gran Colombia” o constitución de 1821). Es consecuencia de la celebración del primer congreso general de Colombia y la firma por parte de todos los diputados presentes en la villa del Rosario de Cúcuta, el 30 de agosto de 1821, y es proclamada el 3 de octubre de 1821, donde se proclama la independencia de España, aunque posteriormente será criticada por centralista por diferentes caudillos y el regionalismo imperante en la zona), Soublette es enviado por el gobierno establecido a ocupar el puesto de intendente en el departamento de Magdalena, al renunciar su titular, el general Mariano Montilla (1824), y al renunciar también el general Pedro Briceño Méndes, es nombrado secretario de Guerra y Marina de la República de Colombia, con sede en Bogotá (3 de marzo de 1825), “dando una verdadera y efectiva organización al ejército” (Graíño). Ese mismo año, de 1825, es designado candidato a la vicepresidencia de Colombia. En 1828 acompaña a Bolívar como secretario general en Bucaramanga (Colombia). Y, al año siguiente, es “llamado” —según Jackson— por Bolívar a Venezuela para impedir la disolución de la República de la Gran Colombia, pero al final no sirve para nada, pues las diferencias existentes entre la política internacionalista de Bolívar chocan con el nacionalismo defendido por José Antonio Páez y otros generales independentistas venezolanos (en el que se puede incluir a Soublette). En 1829, es elegido diputado por la provincia de Carabobo al Congreso constituyente de Colombia, que se reúne en Bogotá a principios de 1830, pero no llega a asistir, pues permanece en Caracas, donde se encuentra desde mediados de 1828 desempeñando las funciones de jefe de Estado Mayor del departamento del Norte (Venezuela). En noviembre de 1829, se disuelve la república, y Soublette sigue a Páez, como su secretario general, mientras que los políticos nacionales realizan una convocatoria popular para elegir un Congreso constituyente en Valencia, que preside Soublette como diputado. Terminados los trabajos del Congreso Constituyente, fue convocado Soublette para desempeñar el cargo de ministro de la Guerra y Marina de Venezuela, que ejerce hasta que se celebran en 1824 las elecciones a la presidencia de la república, en la que compite con los generales Bartolomé Salom y Santiago Mariño, el abogado Diego Bautista Urbaneja y el médico José María Vargas, que vence. De 1833 a 1836 marcha como “enviado extraordinario” y ministro plenipotenciario, primero a España y después a Gran Bretaña, para ultimar los acuerdos de reconocimiento a la independencia de Venezuela, pero no puede concluir las negociaciones y tiene que regresar con urgencia a Venezuela porque una violenta revuelta motiva que el presidente José María Vargas, tenga que dimitir de su cargo en 1836. Seguidamente, en 1837, Soublette es nombrado para encargarse del poder ejecutivo en condición de vicepresidente de la República Venezolana (aunque actúa como la primera magistratura por la renuncia del presidente Vargas), “siendo el período que él gobernó [desde 2 de marzo de 1837 a 1 de febrero de 839] de gran esplendor y prosperidad” (según Graíño, y cuyo criterio coincide con el expresado por Jackson). Finalizado este ejercicio presidencial (28 de enero de 1839), le sucede en la jefatura de la República el general Páez, que le confiere la cartera de Guerra y Marina. Más tarde, Soublette es nombrado presidente de la República tras unas elecciones, permaneciendo en el cargo del 28 de enero de 1843 al 20 de enero de 1847, fecha esta última que pasa el mando al vicepresidente Diego Bautista Urbaneja (a quien le sucede José Tadeo Monagas). No es una casualidad que los tres primeros presidentes en Venezuela fueran los mismos candidatos a las primeras elecciones presidenciales, y de todos ellos sólo Soublette fue militar. Se dirá que en “nuestros anales históricos recordarán con orgullo aquellos venturosos años en que Soublette y Páez ejercieron el poder Ejecutivo en dos períodos y medio, porque en ellos se acumularon sobrantes cuantiosos en las arcas nacionales; se disminuyeron los impuestos, aboliéndose el derecho de exportación; se pagó con religiosidad el presupuesto en toda la República; se satisficieron los intereses de la Deuda pública [...]; los derechos individuales y todas la garantías eran respetados; se extendió la instrucción primaria y se mejoró notablemente la científica; se redujo el ejército á un pequeño número [...]” (Casanova). En 1847, finaliza su segundo período presidencial, y seguidamente se retira de la política activa a Chaguaramas, como terrateniente al cuidado del ganado vacuno que poseía, pero el 24 de enero de 1848 se produce un atentado contra el Congreso, que provocó el levantamiento en armas del general José Antonio Páez, al que se une el general Soublette como jefe del Estado Mayor; ambos militares son derrotados en la batalla de Araguatos (12 de marzo de 1848) y tiene que exiliarse a Colombia, estableciéndose en Santa Marta, donde el Gobierno colombiano le reconoce el grado militar de general pagándole un sueldo mientras vive en esas tierras. Sobre estos hechos, Jackson señala que “nadie le acusó de haber pretendido encender la guerra civil en Venezuela”, aunque el propio militar venezolano señala en su contra que “algunas faltas he debido cometer cuando mi patria me ha castigado; si algo valen mis palabras, os encarezco la unión entre todos como hermanos, y el respeto al gobierno” (cfr Jackson). Permanece en Colombia hasta 1858, que es llamado por el Gobierno de Venezuela, por parte del general Julián Castro que lo preside, para contener una revolución y “continuó su vida política prestando servicios a su patria desde los más diversos ministerios para cuyos puestos fue llamado” (Graíño).
Dos años más tarde, en 1860, es designado senador por la provincia de Caracas y posteriormente es nombrado secretario de Estado en el gobierno de Pedro Gual (19 de mayo de 1861-29 de agosto de 1861). Pero, tras el triunfo de la Federación, se aleja de la vida pública, para volver a ella por un corto espacio de tiempo antes de su muerte, en el gobierno de los “Azules”, con José Ruperto Monagas (1869 y 1870). Muere octogenario, en la más completa pobreza, aunque —como indica Jackson y Graíño— ha dejado “un nombre famoso en todo el continente americano”.
Bibl.: F. S. Casanova, “Carlos Soublette”, en R. Azpurua, Biografías de hombres notables de Hispanoamérica, Caracas, Ediciones Mario González, 1877; W. M. Jackson (ed.), Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de Literatura, Ciencias, Artes..., t. 20, Londres, W. M. Jackson Editor, 1887-1910, 23 vols.; F. Cobos Fuertes, General Carlos Soublette, Caracas, Tipografía El Cojo, 1889; Montaner y Simón (eds.), Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano de literatura, ciencias y artes, Barcelona, Montaner y Simón Editores, 1899; R. Becerra, Introducción al ensayo histórico de la vida del general Carlos Soublette, Caracas, Tipografía Herrera Irigoye, 1899; A. Salvi, Soublette, prócer militar y civil, Caracas, Gobernación del Distrito Federal, 1956; Homenaje al general Carlos Soublette en el centenario de su muerte (1789-1879), Caracas (Venezuela), Presidencia de la República Venezuela, 1970; G. Bleiberg (dir.), Diccionario de Historia de España, Madrid, Alianza Editorial, 1981; L. Delgado y M. Burguera (comps.), Carlos Soublette: correspondencia, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1981; L. Delgado, “Carlos Soublette”, en VV. AA., Diccionario de Historia de Venezuela, Caracas, Fundación Polar, 1988; “Discurso ante el Congreso de Cúcuta” en http://www.simonbolivar.
org/bolivar/dis_cucuta.html Miguel Héctor Fernández-Carrión