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Pío Pita Pizarro

Biografía

Pita Pizarro, Pío. Benavente (Zamora), 5.V.1792 – San Sebastián (Guipúzcoa), 3.IX.1845. Político y ministro.

Su padre se llamó Agustín [Martínez] Pita y Sánchez, siendo el nombre de su madre Antonia [Martínez] Pizarro y Sanz. Emparentó con el conde de Montalbán, a cuya nieta desposó durante su época de residente en la ciudad de Cádiz.

Estudiante de Derecho en la Universidad de Santiago de Compostela cuando estalló la Guerra de la Independencia, se enroló en el famoso Batallón Literario —del que sería abanderado— y tomó parte activa en distintos hechos de armas. Continuó su carrera militar hasta alcanzar el grado de coronel, desempeñando los cargos de secretario de la Capitanía General de Castilla la Nueva en 1822 y oficial de la Sección de Guerra en 1823, pero finalmente sustituyó la milicia por la actividad política, que desarrolló en las filas del liberalismo progresista. La represión fernandina le alcanzó de lleno en la ciudad de Cádiz, donde fue arrestado, y supuso un largo cautiverio en la cárcel de Granada, que no acabó sino tras la amnistía decretada en 1832.

Con la muerte de Fernando VII llegó la época de su promoción política. Tras ocupar el cargo de subsecretario de la Delegación de Fomento en Zaragoza (1833), Logroño (1834), La Coruña (1835) y Barcelona (1836), fue nombrado gobernador civil de Madrid en septiembre de 1836, presidiendo la Diputación Provincial madrileña entre esa fecha y marzo del año siguiente. Accedió entonces, ese mismo mes de marzo, a la cartera de Gobernación, firmando como titular de ese Ministerio la Constitución de 1837.

Sólo cinco meses más tarde, el 28 de agosto, recibía su primer nombramiento como ministro de Hacienda, cargo al que volvería a ejercer con Pérez de Castro en 1839, cuando también asumió la cartera de Gobernación, y una vez más en septiembre de ese año. Desde allí impulsaría la desamortización llamada de Mendizábal, que también él concebía como un medio de allegar recursos a las arcas del Estado, y haría aprobar el decreto que prorrogaba los presupuestos correspondientes al año 1838.

Bien conocido por sus actividades al frente del espionaje, destaca en su currículo la operación encargada al conspirador Eugenio de Avinareta en 1839 que ascendió a 77.554 reales en diez meses y facilitó sobremanera la firma del Convenio de Vergara que puso fin a la Guerra Carlista.

Fue diputado electo por la provincia de Zamora en las elecciones que convocó José María Calatrava el 2 de octubre de 1836, pese a que también salió elegido por las provincias de Pontevedra y La Coruña.

Ocupó cargo de senador por la provincia de Pontevedra entre 1837 y 1839. De nuevo salió elegido por Zamora y Pontevedra en los comicios celebrados el 1 de febrero de 1841, optando una vez más por la representación zamorana. Dos años más tarde, las cosas serían diferentes. Para empezar, hubo discusión en torno al acta de Benavente, que la Junta del escrutinio se negó a considerar válida, aunque finalmente la Comisión del Congreso decidió computar los votos de ese distrito. No sirvió de nada, ya que, elegido también por Lugo y Pontevedra, decidió representar a esta última provincia tanto en la legislatura que va del 3 de abril al 20 de mayo como en la inaugurada tras las elecciones celebradas el 15 de septiembre de ese mismo año. En su lugar, representarán a Zamora José María Campana y Ramón González respectivamente.

Tomaría parte muy activa en la proclamación de la mayoría de edad de Isabel II.

Condecorado con las Grandes Cruces de Isabel la Católica y Carlos III, mientras su esposa recibía la Banda de Damas Nobles, rehusó el título de marqués de Vergara que le fue ofrecido por su contribución al Convenio del mismo nombre.

Desplegó una muy intensa aunque desigual actividad parlamentaria, combinando años en los que — caso de la legislatura correspondiente a 1842— apenas si formó parte de dos comisiones, y una de ellas tan poco laboriosa como es la organizada para felicitar a Su Majestad, con otros en los que pronunció más de una decena de discursos y participó en un número similar de comisiones. Mostró especial interés —como no podía ser de otra forma— por las cuestiones de naturaleza económica y de manera específica lo relativo a contribuciones, presupuestos y temas hacendísticos, a los que dedicó buena parte de su esfuerzo como miembro de comisiones parlamentarias —destacando en este sentido su pertenencia a la de Presupuestos, que además presidió, en varias ocasiones— y también como orador. En esta última faceta cabe reseñar sus intervenciones con motivo de la presentación y discusión de los Presupuestos para 1843, al debatirse la organización de las diversas dependencias de la deuda pública durante la legislatura de 1841- 1842 y cuando de la emisión de billetes del tesoro se trató. Otras veces el objeto de la discusión parlamentaria era él mismo, tal como ocurrió cuando en julio de 1837 el Congreso hubo de entender en la solicitud presentada por el Ayuntamiento madrileño pidiendo responsabilidades al ministro de Gobernación o cuando dos meses más tarde se le plantea un voto de censura que el diputado Vázquez de Parga argumenta con referencias a su actuación ministerial recordando entre otras cosas “la declaración de una bancarrota la más escandalosa, el pedir el voto de confianza más amplio que nunca pidió Ministro, el lanzamiento de una tea encendida en nuestras posesiones de Ultramar, el alarmar a la Nación y el arruinar nuestro crédito”; pero sin ocultar en ningún momento la previa desconfianza que ya le había producido su nombramiento, el hecho para ser más exactos de que aceptara tamaño encargo siendo una persona que —dice— “tenía pendientes tres acusaciones por casos de responsabilidad [...] , había dicho pocas horas antes de ser nombrado ministro que no entendía una palabra de hacienda y [...] sabía que no encontraba simpatías en la mayoría del Congreso”. El asunto se zanjó en una apretada votación nominal, celebrada el 20 de septiembre, que terminó desestimando la proposición por cincuenta y siete votos frente a cincuenta y cinco.

Aquejado de gota, murió en San Sebastián, donde había ido buscando alivio para su dolencia.

 

Obras de ~: Lecciones generales de comercio seguidas de una noción o rápida ojeada sobre la historia universal del mismo, Madrid, Imprenta Real, 1833; Memoria sobre la libertad de comercio y el Puerto Franco de Cádiz, Madrid, Imprenta de Eusebio Díaz Malo, 1834; Del crédito y los empréstitos públicos, Madrid, Imprenta de Don Miguel de Burgos, 1838; Nuevas consideraciones sobre libertad absoluta de Comercio y Puertos francos o impugnación de la Memoria sobre libertad de comercio […] de Cádiz y de las reflexiones sobre aduanas, Madrid, Imprenta Viuda de Calero, 1839; Examen económico histórico crítico de la Hacienda y la deuda del Estado; proyecto de su reforma general y la del Banco, equilibrando las rentas y los gastos, restableciendo el crédito y fomentando la propiedad nacional, Madrid, Imprenta Narciso Sanchiz, 1840; Conocimiento histórico y estadístico de la hacienda pública de Francia: su administración y contabilidad, Madrid, Imprenta del Archivo Nacional, 1843.

 

Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 13 n.º 24, 14 n.º 33, 17 n.º 9, 21 n.º 4, 21 n.º 16, 21 n.º 44, 23 n.º 2, 23 n.º 14, 23 n.º 43, 24 n.º 7, 24 n.º 19; Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0349-06.

Diarios de Sesiones del Congreso de los Diputados, Legislatura de 1836-1837, págs. 4470, 4477 y 6123-6125. Legislatura de 1841, Legislatura de 1841-1842, Legislatura de 1842, págs. 68 y 70, Legislatura de 1843, Legislatura de 1843-1844; J. Castro (ed.), Los Ministros de España desde 1800 a 1869, t. III, Madrid, 1870; Zamora Ilustrada, n.º 41, t. 4 (1883), págs. 323-324; C. Fernández Duro, Colección Bibliográfico- Biográfica de Noticias referentes a la Provincia de Zamora, Zamora, Tello, 1891; A. M. Cubero de la Rosa, Alumnos de la Cátedra de Hacienda Pública. Ensayo de Bio-Bibiografía de Hacendistas y Economistas Españoles, Sevilla, E. Bergali, 1910; J. M. Cuenca Toribio y S. Miranda García, El poder y sus hombres. ¿Por quiénes hemos sido gobernados los españoles? (1800-1998), Madrid, Actas, 1998; E. Fuentes Ganzo, Revolución y municipio: tránsito local al liberalismo en Castilla y León: Benavente 1800-1900, Benavente, Ayuntamiento, 2005.

 

María Concepción Marcos del Olmo

 

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