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Lorenzo Montalvo Avellaneda y Ruiz de Alarcón

Biografía

Montalvo Avellaneda y Ruiz de Alarcón, Lorenzo. Conde de Macuriges (I). Medina del Campo (Valladolid), 9.VIII.1710 – La Habana (Cuba), 8.XII.1778. Intendente de Marina.

Se incorporó muy joven al Cuerpo del Ministerio de la Marina y, tras desempeñar diversos cargos en la Península, fue destinado en 1743 a Cuba con el grado de comisario de Guerra de Marina. Allí realizó el traslado de los talleres existentes de construcción naval, desde su primitiva ubicación cercana al castillo de la Fuerza, hasta su definitiva instalación en lo que pasó a ser el Real Astillero de La Habana, del cual Montalvo puede ser considerado fundador. Igualmente reorganizó las cortas de madera con destino a dicho astillero regularizando a este respecto las relaciones entre la Real Hacienda y los particulares.

Continuó Montalvo a cargo de la gestión administrativa de la Marina en La Habana, hasta que fue nombrado comisario ordenador de Marina con jurisdicción administrativa en toda la isla. Ello le ocasionó algunas tensiones con determinados mandos, como las ocurridas con motivo de la declaración de guerra entre Inglaterra y España en enero de 1762, lo que determinó que Montalvo fuera nombrado miembro de la Junta de Guerra organizada para prevenir cualquier ataque por parte de los británicos. La debilidad de las defensas de La Habana exigía medidas enérgicas y rápidas, pero las propuestas del comisario no fueron atendidas, dada la pasividad del nuevo capitán general de la isla, Juan de Prado Portocarrero, llegado a La Habana un año antes. Aun así, Montalvo adoptó algunas, que contribuyeron a que, cuando los ingleses desembarcaron junto a La Habana en los primeros días de junio de 1762, la ciudad pudiera ser defendida durante dos meses, hasta que hubo de capitular.

Además, tuvo la previsión de ocultar abundantes géneros y pertrechos del arsenal, evitando que cayeran en manos de los enemigos o su destrucción. Durante la ocupación de la plaza trató de alentar un levantamiento contra los ingleses, pero, descubierto, hubo de huir para no ser detenido.

Toda esta actuación le sirvió para quedar al margen del consejo de guerra que en 1763, después de hecha la paz, se instruyó en Madrid para depurar las responsabilidades de las principales autoridades de la isla.

Frente a las condenas dictadas por el tribunal contra Juan de Prado, el marqués del Real Transporte y otros, Montalvo fue ascendido al grado de intendente de Marina (17 de marzo de 1763), resultando así ser el primer intendente de Cuba y el único nombrado por Carlos III fuera de la Península. Más tarde, conocidos por el Rey todos los servicios prestados por Montalvo, le otorgó una encomienda de la Orden de Santiago y, por Real Decreto de 29 de mayo de 1765, el título de conde de Macuriges, nombre de la hacienda que Montalvo poseía en las afueras de La Habana.

Continuó Montalvo desarrollando una intensa actividad, dirigida ahora al desarrollo económico de Cuba, con singular dedicación a todo lo relativo al estanco del tabaco y a la Real Compañía de Comercio de La Habana. Pero sin duda fue la potenciación y desarrollo del astillero, cuya gestión dependía de él en última instancia, la labor a la que prestó mayor atención, recuperándolo en poco tiempo de la sistemática destrucción a que lo habían sometido los ingleses, y convirtiéndolo en el más eficiente de los astilleros españoles.

Bajo la administración de Macuriges se construyó en aquel arsenal el Santísima Trinidad, de tres puentes y ciento doce cañones, botado en 1769, y que, tras posteriores reformas, llegó a ser el mayor navío de guerra de su época.

Toda esta labor fue muy tenida en cuenta en la Corte, hasta el punto de ser consultado para todo lo relativo a aquella isla y sus opiniones atendidas por encima incluso de las de los capitanes generales. A su muerte, ocurrida en La Habana en 1778, era uno de los mayores propietarios de caña y tabaco de Cuba.

Casó dos veces y dejó en la isla numerosa descendencia, que durante los siglos XIX y XX desempeñaron puestos influyentes en los gobiernos y en el comercio de Cuba.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, Santiago, exps. de ingreso; Estado, Carlos III, exps. de ingreso; Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, Sala de Hijosdalgos, José Montalvo, conde de Macuriges; Biblioteca Central de Marina, Colección Enríquez, Noticia de las ocurrencias en la Habana entre el jefe de escuadra don Juan Antonio de la Colina y el intendente Conde de Macurijes sobre la fabrica de navíos, según el sistema Gautier; Indiana University, Lilly Library, Manuscripts Departament, Crame Mss. (papeles de Agustín Crame).

F. de Paula Pavía, Galería biográfica de los generales de Marina, jefes y personas notables que figuraron en la misma corporación desde 1700 hasta 1868, t. II, Madrid, Imprenta de J. López, 1873; C. Fernández Duro, La Armada española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón, t. VII, Madrid, Museo Naval, 1973; J. L. Pando Villarroya, La Administración en la Armada española, Madrid, Instituto de la Administración Pública, 1977; A. A. de Cadenas y V. Cadenas y Vicent, Elenco de grandezas y títulos nobiliarios españoles, Madrid, Instituto Salazar y Castro-Revista Hidalguía, 2003.

 

Juan Miguel Teijeiro de la Rosa

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