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Santos Moro Briz

Biografía

Moro Briz, Santos. Santibáñez de Béjar (Salamanca), 1.VI.1888 – Ávila, 24.V.1980. Obispo de Ávila, promotor y benefactor.

Su padre era el maestro de Santibáñez. Pasaba temporadas con su tío Venancio Moro, párroco de Valderrodrigo.

En 1898 ingresó en el Seminario diocesano de San Millán de Ávila, donde hizo sus estudios sacerdotales y desde 1904 en Roma, donde obtuvo los doctorados de Filosofía, Teología y Derecho Canónico en la Universidad Gregoriana. Fue un alumno brillante, logró la Medalla de Oro, que regaló a la Virgen de Valparaíso, patrona de Santibáñez.

El día 6 de julio de 1911 recibió la ordenación sacerdotal de manos de Merry del Val. Volvió a Ávila en 1913 como profesor del seminario conciliar; en 1919 fue vicerrector; en 1920 canónigo en la catedral, previa oposición; en 1922 vicesecretario, canciller del obispado, fiscal de lo Contencioso; en 1925 de lo Administrativo; en 1926 defensor del Vínculo; en 1935 provisor de la Curia, teniente vicario capitular. El 22 de junio de 1935 preconizado por el papa Pío XI, obispo de Ávila (1935-1968).

En 1919 las teresianas del padre Poveda abrieron una residencia para mujeres estudiantes y él fue su confesor voluntario; desde entonces nació una gran amistad con su fundador san Pedro Poveda. Cuando viajaba a Ávila se quedaba en casa de Santos. Le presentó a un joven sacerdote que pensaba crear una fundación para seglares, era José María Escribá, quien trabó también una gran amistad con él. Se escribían a menudo. Como también, con la madre Maravillas, ella le consultaba todo.

El padre Santos le había dado su permiso para fundar donde quisiese. Él acogió sus fundaciones de Mancera, Duruelo y Arenas, esta última a petición de Santos.

Le pidió a la madre la restauración del monasterio de la Encarnación, muy necesaria.

Buscó becas para sus sacerdotes en las mejores universidades, intentó que hubiese una residencia sacerdotal, fundó el colegio diocesano, la Ejam (residencia para jóvenes estudiantes femeninas), el Instituto Diocesano de Cultura Superior Religiosa, la Editorial Católica Pío XII, la Charitas Diocesana, el Centro de Promoción Social Juan XXIII, la Escuela de Hogar para Amas de Casa, el Centro de Educación Especial Santa Teresa, la Fraternidad Católica de Enfermos y el Colegio Pablo VI.

Desde 1935 se centró en Acción Católica a la que dotó de todo lo necesario. Incrementó las misiones, la catequesis y los ejercicios espirituales. En Arenas de San Pedro levantó un seminario menor y en Ávila hizo un nuevo seminario.

Su amabilidad y cortesía no impidieron que dijera lo que pensaba. Cuando llegó el nazismo, protestó enérgicamente y le advirtieron que debía medir sus palabras, pues la GESTAPO le siguió de cerca. Él respondió con más protestas. En la Guerra Civil protegió y ayudó a gente de los dos bandos, a pesar de que había perdido a dos de sus hermanos, José y Modesta, precisamente por ser religiosos.

En 1968, ya jubilado, se trasladó a Santibáñez a casa de su hermano. Allí recibía visitas y cartas que contestaba rigurosamente. En Santibáñez le erigieron un monumento muy a su pesar. En 1978 su salud se vino abajo y tuvo que trasladarse a Ávila. Murió el 24 de mayo. Su cuerpo fue trasladado a la catedral donde fue despedido por todos los abulenses. Los funerales los presidió el cardenal Tarancón, arzobispo de Madrid con unas bellas palabras: “D. Santos llamaba la atención en las reuniones de obispos por su sencillez, por su humildad, no quería ninguna distinción. Era de una bondad auténtica, esa bondad que hace que uno sea exigente consigo mismo y compresivo para los demás.

Era como el padre espiritual de los obispos. Nos confesábamos casi todos con él. Ha muerto un santo”.

Fue enterrado en la capilla del Cristo de las Murallas, en una sencilla sepultura.

A través de la figura pequeña y sencilla de Santos se traslucía la imagen de Jesucristo.

 

Obras de ~: Artículos en el Boletín Oficial de la Diócesis de Ávila (1935-1968); en VV. AA., Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Un hombre de Dios. Testimonios sobre el Fundador del Opus Dei, Madrid, Palabra, 1994, págs. 245-255.

 

Bibl.: “Obituario”, en Boletín Oficial de la Diócesis de Ávila (1980). A. García Zurdo, Historia de un pontificado. Dr. D. Santos Moro Briz, 1935-1968, Ávila, 1968; B. Jiménez Duque, Don Santos Moro Briz, Ávila, Institución Gran Duque de Alba, 1993; Sor Matilde de Inés Vicente, Amor que vence a la muerte: Sor Adoración Cortés Bueno y catorce compañeras Hijas de la Caridad testigos de la fe hoy martirizadas en Madrid (1936-1937), Santa María de Tormes (Salamanca), Ceme, 2004.

 

MARÍA INMACULADA SÁNCHEZ HERNÁNDEZ