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Mariano Gómez Ulla

Biografía

Gómez Ulla, Mariano. Santiago de Compostela (La Coruña), 6.XI.1877 – Madrid, 24.XI.1945. Militar perteneciente al Cuerpo de Sanidad, médico y cirujano.

Nacido en tierras gallegas, fue el cuarto de ocho hijos del matrimonio formado por Ramón Gómez Fernández, médico, y Dolores Ulla Focillos. Su bisabuela materna era hija del marqués de Santa Cruz de Rivadulla, por lo que la familia tenía en su haber el sentimiento de proceder de la nobleza.

La familia tenía, en un principio, una liquidez que le permitía un cierto acomodo, pero la prematura muerte de su padre precipitó toda la responsabilidad económica sobre la madre de familia, sin más medios de fortuna que una finca en sus tierras de Puente-Ledesma, a orillas del río Ulla y a treinta kilómetros de Santiago de Compostela. A pesar de las dificultades, pudo dar estudios universitarios a sus hijos: Ramón y Mariano cursaron Medicina, y Alejandro, Farmacia.

Mariano Gómez Ulla comenzó sus estudios de Medicina en la vieja Facultad de Fonseca, de la Universidad de Santiago, destacando siempre como estudiante. Terminó sus estudios de licenciatura de forma brillante en 1897. La medicina española de finales del siglo xix y principios del xx, especialmente en el ámbito de la cirugía, tuvo como legado la difusión del método Lister y la influencia de los libros franceses de anatomía. Joseph Lister (1827-1912) había intuido la necesidad de desinfectar el aire de las salas y quirófanos e introdujo el ácido fénico como desinfectante, iniciando la era antiséptica. Entre los defensores españoles destacaron Juan Creus y Manso (1821-1897), Federico Rubio (1852-1902) y Salvador Cardenal (1852-1927). Se puede afirmar que el siglo xx en la historia de la cirugía no es una simple sucesión cronológica del xix, sino un complemento cuyo espíritu se conservó hasta 1914 con la Gran Guerra. En este ambiente innovador donde la asepsia y la anestesia preparaban el camino a la cirugía se formó el doctor Gómez Ulla.

Avanzado el año 1899, Gómez Ulla empezó el doctorado a la vez que preparaba las oposiciones para el Cuerpo de Sanidad Militar, siendo éste uno de sus primeros éxitos, al sacar el número uno e ingresar en la Academia Médica Militar. El 30 de junio de 1900, con el empleo de médico 2.º teniente, recibió su primer destino en el hospital de Zaragoza. Su ascenso a capitán y médico 1.º llegó en 1905, a la vez que ingresaba en la Beneficencia Municipal de Madrid. En este mismo año contrajo matrimonio con Elisa Salinas y Galindo. Su doctorado lo culminó en 1909, donde defendió su tesis doctoral titulada La desinfección en el ejército, calificada con sobresaliente.

En julio de 1909 finalizó la llamada “penetración pacífica” en Marruecos y dio lugar a una serie de situaciones conflictivas de índole colonial, determinantes para el ejército español y la sanidad militar. Así, en julio de 1909, se produjeron los primeros ataques a la Compañía Española de Minas, situada a varios kilómetros de la ciudad de Melilla. El dualismo de la tragedia y la euforia, materializado en el desastre del “barranco del lobo” y la heroicidad del cabo Noval, conformaron la mentalidad popular en la guerra africana. Gómez Ulla, como capitán médico, marchó a Melilla al frente de la ambulancia montada n.º 1, 1.ª División expedicionaria mandada por el general Orozco, empezando la formación quirúrgica y tomando contacto directo en su ejercicio activo e innovador de la medicina de guerra. Asistió a la ocupación de Tahuima, Nador y Zeluán. Por los importantes cometidos desempeñados fue personalmente felicitado por el coronel Primo de Rivera Orbaneja, jefe accidental del Regimiento del Rey, además de serle concedidas tres Cruces rojas (dos pensionadas) y la Medalla de Marruecos.

A su regreso a la Península, en 1911, fue destinado al hospital de Madrid-Carabanchel, como ayudante de clínica. La situación en su nuevo destino era un tanto lamentable al encontrarse un hospital lleno de enfermos incurables y en completo abandono, junto a la penuria de medios. Hacían falta grandes dotes de organización y abastecimiento de medios modernos; también pidió a la superiora de las Hijas de la Caridad su cooperación para la sala de operaciones. Así comenzó la importante impronta desempeñada en el hospital que un día llevaría su nombre. No obstante, la inquietud de Mariano Gómez Ulla por el conocimiento médico más avanzado le llevó a la realización de una serie de estudios, a lo largo de 1912, en la vanguardia sanitaria europea: París, Berlín y Roma fueron visitadas con la intención de analizar las últimas técnicas quirúrgicas, especialmente la cirugía de guerra.

Al regresar de la comisión por Europa se reintegró al hospital de Carabanchel, pero iniciada la Primera Guerra Mundial, y a petición del Kaiser al rey de España, Alfonso XIII, fue destinado a inspeccionar los campos de oficiales alemanes prisioneros en Francia y posteriormente quedó agregado a una comisión para estudiar la guerra en los frentes de Francia y Bélgica. En 1917 ascendió a médico mayor, posteriormente denominado comandante médico, por la Ley de 29 de junio de 1918. Con la finalización de la Gran Guerra asistió a los actos festivos celebrados en Francia en 1919, concediéndole la Medalla al Reconocimiento Francés. Al poco tiempo fue nombrado profesor de Medicina de Guerra en la Academia Médica Militar.

Una nueva etapa de desgracias y quebraderos de cabeza tenía reservado el destino a la acción colonial emprendida por España en Marruecos, al comienzo de los años veinte. A lo largo del mes de julio de 1921, con el desastre de Annual, se acentuaba la pesadilla de Marruecos. En esos momentos Gómez Ulla se encontraba en Berlín y, al enterarse del revés sufrido por las tropas españolas, regresó a España y se incorporó al frente africano. Las primeras actuaciones de evacuación de heridos consistieron en habilitar barcos hospitales y pequeños grupos de asistencia en Tahuina, Xauen, Nador, Belgenseni, Gurugú, Larache, Alcázar, etc. Pero el gran éxito del doctor Gómez Ulla fue la creación de un hospital quirúrgico de montaña que pudiera instalarse en primera línea. La finalización del conflicto en Marruecos, a raíz del desembarco de Alhucemas, en 1925, aumentó sus responsabilidades y éxitos, al serle encomendado el mando de todos los servicios quirúrgicos y sanitarios. Por las acciones de guerra del norte de Marruecos se le concedieron las Cruces de María Cristina y del Mérito Militar pensionada.

En abril de 1927 ascendió a teniente coronel. La experiencia adquirida en la Primera Guerra Mundial y en las campañas de Marruecos convirtió a Gómez Ulla en una figura quirúrgica de referencia, practicando toda clase de cirugía, excepto la cardíaca. El final de la dictadura de Primo de Rivera coincidió con una estancia en Estados Unidos para conocer las técnicas médico-quirúrgicas más adelantadas de la época.

En 1931 fue nombrado vicepresidente de la Sociedad de Cirugía de Madrid, alcanzando después la presidencia de la misma. Los últimos años de la Segunda República Española le trajeron todo tipo de reconocimientos y condecoraciones; así, en octubre de 1935, el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, a propuesta del ministro de la Guerra, José María Gil Robles, concedió a Gómez Ulla la Gran Cruz de la Orden del Mérito Militar con distintivo blanco.

El inicio de la Guerra Civil sorprendió a Gómez Ulla en Madrid, donde continuó su labor profesional como cirujano en el hospital de Carabanchel, hasta que fue destinado al hotel Palace, donde fueron trasladados los enfermos por razón de seguridad. La actitud incómoda del cirujano en la zona republicana suscitó en él su fuga, pero en febrero de 1938 fue detenido, procesado y encarcelado. Condenado a muerte, no fue ejecutado al interceder la Cruz Roja Internacional. Finalmente, fue canjeado por el médico republicano doctor Bago, médico vasco condenado a muerte.

Al finalizar la guerra volvió a Madrid, siendo ascendido a general y se le nombró jefe de los Servicios de Cirugía del Ejército. En los últimos meses de 1939 se acordó por unanimidad designarle académico. En 1942, el ministro de la Gobernación le ofreció el cargo de presidente del Consejo General de los Colegios Médicos de España y en 1943 ascendió a general de división, siendo nombrado inspector general de la Sanidad Militar Española. En octubre del mismo año pidió la excedencia en la Beneficencia Municipal de Madrid. Se le abrió expediente para la concesión de la Gran Cruz de San Hermenegildo. El día 6 de noviembre le correspondió el pase a la reserva en el Ejército, falleciendo el 24 de noviembre en Madrid. El Gobierno de la nación dispuso por Decreto-Ley que el hospital de Carabanchel, junto al de Tetuán, llevaran su nombre.

 

Obras de ~: La desinfección en el ejército, Madrid, 1909; La cirugía en la guerra, discursos de D. ~ y contestación de D. Enrique Slocker, discursos leídos en la Real Academia de Medicina para la recepción pública del académico electo Excmo. Señor Doctor D. ~ el día 29 de abril de 1942, Madrid, Instituto de España, 1942; “Prólogo”, en S. Montserrat Figueras, La medicina militar a través de los siglos, Madrid, Servicio Geográfico del Ejército, 1946.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, exps. personales, leg. 2602G.

J. Álvarez-Sierra, Historia de la cirugía española, Madrid, Diana Artes Gráficas, 1961; J. M.ª Gómez-Ulla y Lea, Mariano Gómez Ulla: un hombre, un cirujano, un militar, Madrid, Editorial Madrid, 1981; A. Sánchez Andrade, “Militares Ilustres. Hechos más importantes de la vida y obra del doctor Gómez Ulla”, en Revista de Historia Militar, n.º 80 (1996), págs. 217-242; VV. AA., Gómez Ulla, Hospital Militar Central: cien años de historia, 1896-1996, Madrid, Ministerio de Defensa, 1996.

 

Javier Ramiro de la Mata