Gordiano II. M(arcus) Antonius Gordianus. ?, c. 192 – Cartago (proximidades), c. 20.I.238. Emperador de Roma.
Hijo de su predecesor en el trono, Gordiano I, y probablemente de Fabia Orestilla. Parece que no se casó (Cordo, autor que escribió sobre él, afirmaba que no quería esposa) ni tuvo hijos reconocidos (Dexipo, al parecer, decía que Gordiano III era hijo suyo), aunque la Historia Augusta le atribuye relaciones con varias mujeres de las que dice que habría tenido muchos hijos. Su biógrafo le describe como un hombre elegante y algo grueso, aficionado a las bebidas frías y al vino aromatizado con diferentes hierbas, sobrio en la comida (le gustaban las verduras y frutas frescas), moderado en sus costumbres aunque aficionado a las mujeres. Decía también que era un hombre dado a la inactividad, aunque valeroso y con muchas virtudes.
Alcanzó un cierto grado de erudición por su interés en los estudios, en los que se inició de la mano de su preceptor, Sereno Samónico. Éste, a su muerte, le legó la extensa biblioteca familiar, que habría alcanzado unos fondos de sesenta y dos mil ejemplares. Escribió algunas obras que su biógrafo conservó y que definió como de una calidad literaria regular (Scriptores Historiae Augustae [SHA], Vita Gordiani, 17, 1-21, 2).
De su carrera política sabemos que fue cuestor bajo el reinado de Heliogábalo, luego pretor y a continuación desempeñó el consulado en sustitución de algún otro cónsul (cónsul sufecto) bajo el reinado de Severo Alejandro (222-235). El año 237 estaba en el norte de África para servir como legado de su padre, quien por entonces era el gobernador de la provincia de África Proconsular. En enero de 238, su padre fue elegido Emperador y él mismo quedó asociado al trono también como Augusto. Ambos intentaban desde África controlar un estado que estaba dividido entre los partidarios del emperador Maximiano (235-238) y los suyos propios. Gordiano hijo se enfrentó al gobernador de la provincia de Numidia, Capellianus, y él mismo murió en la batalla cerca de Cartago ([SHA], Vita Gordiani, 15, 3-16, 1). Su padre, al enterarse de la noticia, se suicidó. Ambos sufrieron damnatio memoriae (el borrado de su nombre de las inscripciones y la destrucción de sus imágenes) por decisión de Maximino Tracio, aunque fueron divinizados tras la muerte de éste.
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María Pilar González-Conde
