Pacheco y Guevara, Pedro. Marqués de Castrofuerte (I). Toledo, c. 1570 – Madrid, 1.X.1645. Militar, capitán general de Artillería, consejero del Consejo de Estado, de Guerra y del Supremo de Indias.
Pedro Pacheco y Guevara fue el cuarto hijo de Luis Carrillo de Toledo, VIII señor de Pinto, y de su esposa Leonor Chacón. Felipe III concedió a su hermano mayor, Luis Carrillo de Toledo, el marquesado de Caracena en 1606, y Felipe IV le nombró miembro del Consejo de Estado en 1624. Pacheco desarrolló su carrera profesional como soldado y administrador militar antes de ser nombrado miembro de los consejos de Guerra (1622), de Indias (1636) y de Estado (1638).
Inició su carrera militar en Navarra a mediados de la década de 1580, luchando por aquella época en Italia y en los Países Bajos, donde hacia 1590 fue ascendido a capitán de arcabuceros. Su prueba de nobleza fue aceptada el 16 de enero de 1587, ingresando como comendador de Sancti-Spiritus en la Orden de Calatrava. Hacia 1608 había adquirido la experiencia necesaria para alcanzar el rango de veedor y comisario general de las guardas de Infantería Española y también el de capitán general interino de la Artillería, en sustitución de Juan Hurtado de Mendoza, marqués de San Germán y de la Hinojosa (21 de abril de 1612). Paradójicamente, casi pierde la vida en el año 1613 al recibir una herida en el Prado de San Jerónimo de Madrid, cuando fue atacada la carroza en la que viajaba, parece ser que debido a una confusión de identidad. Se recuperó de sus heridas y cuando el marqués de San Germán y de la Hinojosa fue nombrado gobernador y capitán general de Milán en 1615, Pacheco le sustituyó de nuevo como capitán general de la Artillería, desempeñando este puesto hasta 1617.
Como muchos otros importantes soldados castellanos, Pacheco se ganó el favor real durante los primeros días del reinado de Felipe IV. En mayo de 1621 juró su cargo como gentilhombre de la boca de Su Majestad y el 19 de enero de 1622 juró como consejero de Guerra. Durante los primeros veinte meses del reinado de Felipe IV se nombró a nueve miembros del Consejo de Guerra, pero Pacheco fue el único que llegó a destacar en importancia. Asistió a 762 reuniones del Consejo desde su nombramiento hasta 1638. Realizó un servicio fundamental a la Corona en la organización de los diez mil soldados de Infantería que viajaron en 1625 hasta Brasil bajo las órdenes de Fadrique de Toledo en la llamada “Armada de Brasil”. Felipe IV decidió recompensarle con un marquesado, y él eligió el de Castrofuerte, un lugar que pertenecía al señorío de su esposa. No tuvo hijos de su primer matrimonio con María-Bernarda Niño, pero, después de enviudar, contrajo segundas nupcias con Francisca Sarmiento de Mendoza y Barba, señora de Castrofuerte y Catrofalle. A Pacheco se le concedió el título de vizconde de Castrofalle (5 de octubre de 1626) y el marquesado de Castrofuerte (14 de junio de 1627). Francisca le dio varios hijos antes de morir, pero sólo uno de ellos, Andrea Pacheco Sarmiento y Barba, sobrevivió a su padre y heredó el título tras su muerte.
En 1628, Castrofuerte sucedió a La Hinojosa como capitán general de la Artillería. Quizás debido a que se sentía completamente comprometido con sus obligaciones, rechazó en 1634 la oferta de ponerse al frente del virreinato de Navarra. A pesar de su avanzada edad, la estima que le tenían Felipe IV y el conde-duque de Olivares le permitió seguir ascendiendo en el gobierno. El 27 de febrero de 1636 juró su cargo como consejero de capa y espada del Consejo de Indias, y el 24 de diciembre de 1638 asistió por primera vez al Consejo de Estado. Los cronistas de la época no esperaban que viviese demasiados años; un oyente comentó al hacer una valoración del Consejo de Estado que “está tan viejo, que más parece este favor hacérsele para la sepultura que para que goce del en vida” (Cartas Jesuitas, XXIV: 346). Pero Pacheco no era hombre de honores sin sentido, y demostró ser un diligente consejero, que asistió a 194 reuniones antes de retirarse en agosto de 1645. En concreto, aportó a la Mesa del Consejo su amplia experiencia y su serena opinión durante los tensos debates celebrados acerca de las crisis a las que se enfrentó el gobierno entre 1639 y 1640. Además, colaboró de forma importante con las principales Juntas como fue el caso de la Junta de Armadas. Mantuvo su puesto de capitán general de la Artillería hasta 1643, cuando a su pesar tuvo que renunciar a él, y concluyó con eficacia sus deberes como consejero de Estado en ese mismo año (aunque asistió una última vez el 18 de agosto de 1645). Se le concedió un último honor al serle otorgado en 1642 un lugar en el Consejo Regente de la Reina cuando Felipe IV tuvo que partir hacia Aragón. También se le nombró mayordomo del propio Felipe IV. Murió el 1 de octubre de 1645; tenía, al menos, setenta y cinco años y había estado al servicio de la Corona durante cerca de sesenta.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Consultas del Consejo de Guerra, 12 de septiembre de 1590, 25 de mayo de 1615, 14 de junio de 1625, 5 de agosto de 1626; Guerra Antigua 301, 799, 913, 928; Escribanía General de Rentas, Quitaciones de Corte, 38; Archivo Histórico Nacional, Libros de Plaza 726; Archivo General de Indias, Consulta del Consejo de las Indias, 23 de abril de 1642, dentro de Consulta de la Cámara de las Indias, 8 de julio de 1642; Indiferente General, 762, no fol.; British Library, Egerton Manuscripts 346, fol. 397, “Descripción de la Ciudad de Málaga y su playa y lo q[ue] fortifició en ella el s[eño]r Don Pedro Pacheco del Cons[ejo] de Guerra de su Magd.”.
A. López de Haro, Nobiliario Genealógico de los Reyes y Títulos de España, Madrid, Luis Sánchez, 1622; L. de Salazar y Castro, Advertencias históricas sobre las obras de algunos doctos escritores modernos, Madrid, Mateo Llanos y Guzmán, 1688; M. de Novoa, Historia de Felipe IV, rey de España, Madrid, 1876-1886 (Colección de Documentos Inéditos para la Historia de España); F. Fernández de Béthencourt, Historia genealógica y heráldica de la Monarquía Española, Casa Real, y Grandes de España, vol. III, Madrid, Enrique Teodoro, 1897- 1920, págs. 226-227; L. de Salazar y Castro, Los Comendadores de la Orden de Santiago, Madrid, Patronato de la Biblioteca Nacional, 1942-1949; J. Alcalá-Zamora y Queipo de Llano, España, Flandes y el Mar del Norte (1618-1639), Barcelona, Planeta, 1975; I. A. A. Thompson, War and Government in Habsburg Spain 1560-1620, London, Athlone Press, 1976; F. Barrios, El Consejo de Estado de la Monarquía Española (1521-1812), Madrid, Consejo de Estado, 1986; J. H. Elliott, The Count-Duke of Olivares. The Statesman in an Age of Decline, New Haven-London, Yale University Press, 1986; G. Gascón de Torquemada, Gaçeta y Nuevas de la Corte de España desde el año 1600 en adelante, Madrid, Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, 1991; L. Cabrera de Córdoba, Relaciones de las cosas sucedidas en la corte de España desde 1599 hasta 1614, Salamanca, Consejería de Cultura y Educación, 1997; A. de Almansa y Mendoza, Obra periodística. Andrés de Almansa y Mendoza, ed. de H. Ettinghausen y M. Borrego, Madrid, Castalia, 2001; J. Pellicer de Touar, Avisos: 17 de mayo de 1639-29 de noviembre de 1641, ed. de J. C. Chevalier y L. Clara, notas de J. Moll, Paris, Éditions hispaniques, 2002-2003.
Patrick Williams