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Íñigo Ortés de Velasco Esquivel

Biografía

Ortés de Velasco Esquivel, Íñigo. Marqués consorte de la Alameda (III). Orduña (Vizcaya), 2.V.1787 – Vitoria (Álava), 17.VI.1858. Político.

Hijo de Íñigo Javier Ortés de Velasco y de María Tomasa Esquivel. Su padre era natural de Orduña, del consejo de Su Majestad y su oidor en la Real Chancillería de Granada. Su madre era natural de Vitoria hija de J. M. Esquivel, marqués de Legarda, señor de la villas de Valtierros, Mingorria y San Esteban de los Patos y de la torre fuerte de Salcedo, poseedor del palacio de Verastegui.

Pertenecía a una familia prototipo de la aristocracia vasca de la segunda mitad del siglo xviii, que disfrutaba de una saneada fortuna fundada en bienes patrimoniales.

El producto medio de sus mayorazgos, ubicados a lo largo de la geografía española, le rentaban 178.478 reales anuales. Íñigo disfrutaba en 1845 una renta de 88.000 reales, residió desde 1809 en Vitoria y contrajo matrimonio con Teotiste Urbina Gaytán de Ayala, III marquesa de la Alameda, al fallecimiento de su padre, Ramón María de Urbina y Gaytán de Ayala, en 1824, pero que apenas pudo disfrutar de esta merced, pues falleció al año siguiente, en 1825, pasando Íñigo Ortés de Velasco a ser conocido como marqués viudo de la Alameda. Tuvieron cuatro hijos: María Josefa, Francisco Javier —IV marqués de la Alameda—, Carmen y Ramón Ortés de Velasco y Urbina.

Íñigo Ortés de Velasco ingresó el 20 de octubre de 1799 en el Real Seminario Patriótico Bascongado y de Nobles de Vergara, institución académica en la que recibió una esmerada educación. Finalizó sus estudios el 29 de agosto de 1805. En 1818 impulsó con éxito la fundación de la Academia de Dibujo en Vitoria.

También procuró la revitalización de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, sin conseguirlo.

Su intervención en la gestión pública la inició muy joven, cuando las tropas napoleónicas cercaron en 1808 la ciudad de Orduña. El joven Íñigo, al frente de la corporación municipal, negoció con las tropas napoleónicas la entrega de la ciudad y su posterior salida con el fin de evitar el saqueo. Pero su actividad política la desarrolló en Vitoria en donde en 1817 fue nombrado miembro de la comisión que debía tratar el tema relacionado con el cobro de créditos tras la invasión francesa. Durante el Trienio Liberal fue regidor de Vitoria en 1823 pero tuvo que exilarse cuando entraron los ejércitos franceses que restablecieron el régimen absolutista de Fernando VII. En diciembre de 1824 retornó a Vitoria. El 8 de abril de 1826 visó su pasaporte en Francia para dirigirse desde Bayona.

En 1828 el alcalde de Vitoria era Íñigo Ortés de Velasco y organizó la bienvenida al rey Fernando VII en su periplo por el País Vasco, con fuegos artificiales, globo aerostático, toros, iluminaciones de los palacios, partido de pelota. El Rey prefirió ver a los pelotaris en lugar de asistir a la novillada.

Durante el trienio 1830-1832 ocupó el puesto de teniente de diputado siendo diputado general Diego Arriola. Asimismo fue comisionado en Cortes en 1830. Para el siguiente trienio Íñigo Ortés de Velasco fue elegido diputado general y Diego Arriola teniente.

Consciente del peligro que significaban los cuerpos armados de los naturales realistas, el 23 de noviembre de 1832 se acordó la cancelación de sus cuentas y procuró el control de la denominada “fuerza foral”.

Pero su gestión más difícil sucedió cuando el 7 de octubre, Valentín de Verastegui, al frente del cuerpo de naturales de Badayoz, Bernedo, Laguardia y Valdegovía, se trasladó de Vitoria a Gardelegi para proclamar a Carlos V de Borbón. Era el inicio de la Guerra Carlista. El diputado general, Íñigo Ortés de Velasco le contestó a V. Verastegui que “en mi poder no hay disposición, la menor, para tomar otro partido que el de procurar por el orden público, puesto que la fuerza es toda del señor don Valentin de Verastegui, [...] espero de la prudencia de V.S. evite una hostilidad que pudiera traer consecuencias espantosas, atendida la inmensa desigualdad que media”. Convocó el diputado general junta particular en la que decidieron resistir, pero salvando la tranquilidad y el orden interior de la ciudad y le manifestaron a Verastegui su actuación antiforal.

El marqués viudo de la Alameda apeló en todo momento a su condición de diputado general para mantener la ilegitimidad de tal hecho y defendió la legalidad foral. Por ello más adelante pudo declarar que “el diputado debe manifestar que la Junta general que no tuvo la menor parte en esta ocurrencia y que todo sucedió sin su conocimiento y contra sus esperanzas”.

En la Junta Ordinaria del 18 de noviembre de 1833, dispersados los naturales armados por la intervención del Ejército de Sarsfield, la Diputación General y la Junta Particular lograron la debida autorización para ejercer las más amplias facultades. El 17 de diciembre de 1833 la Junta General Extraordinaria procedió a la proclamación de la Reina. Se exilió a Bayona.

Después del Convenio de Vergara, en las Juntas Generales de diciembre de 1839, Íñigo Ortés de Velasco, senador electo a la sazón, fue elegido y nombrado diputado general por aclamación y Fausto Otazu, teniente y comisionado en Cortes para la negociación de la modificación del régimen foral, en el marco de la unidad constitucional. Defendió la conservación íntegra del Régimen Foral. Por Real Decreto, de 28 de agosto de 1839 fue nombrado senador.

Su discurso en las Juntas Generales de Álava el 4 de mayo de 1841 refleja un amargo balance porque el Gobierno central iniciaba la modificación foral de forma unilateral que provocó profundos cambios en el Régimen Foral de Álava.

En octubre de 1841 fue uno de los personajes políticos que organizó la sublevación contra Espartero.

Ante el fracaso se exilió en 1841.

Regresó en 1843 renunciando a la política activa, sin embargo, en las elecciones del 14 de septiembre de 1844, fue propuesto para senador por Álava. Al año siguiente, en 1845 fue nombrado senador vitalicio, de acuerdo con la nueva ley electoral y juró su cargo el 21 de febrero de 1846. Desde su puesto de senador y de respetado patricio de Álava siguió influyendo en la política cotidiana y junto a P. Egaña consiguieron que el trazado del tren pasara por Vitoria.

Quizás fue ésta la última contribución significativa del marqués viudo de la Alameda a los intereses generales de Álava.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Ortés de Velasco (Fundación Sancho el Sabio); Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0009-01.

Marqués de Miraflores, Biografía del Excmo. Sr. D. Iñigo Ortés de Velasco, Madrid, 1858; V. González de Echávarri, Alaveses ilustres, vols. IV y V, Vitoria, Imprenta Provincial, 1902 y 1903, respect.; J. Agirreazkuenaga, “Iñigo Ortés de Velasco”, en M. Urquijo (dir.), Diccionario biográfico de los diputados generales consulares y secretarios de Gobierno de Álava (1800-1876), Vitoria, Diputación Foral de Álava, 2004.

 

Joseba Agirreazkuenaga Zigorraga

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