Sánchez Salvador y Fernández de Velasco, Ramón. Lumbreras de Cameros (La Rioja), 22.IX.1770 – Madrid, 30.XI.1854. Militar y político.
Varias generaciones de este linaje, uno de los doce a los que Alfonso VIII encomendó la repoblación de Soria a principios del siglo xiii, se sucedieron en Laguna y Lumbreras de Cameros, donde eran propietarios de grandes rebaños trashumantes. Esteban, hijo de un oidor de la Chancillería de Valladolid, casó con Juana Fernández de Velasco Jaraba y Medrano, señora de vasallos nacida en Villoslada de Cameros; Ramón Salvador —como solía firmar— era el octavo de los hijos habidos por este matrimonio.
Se distinguió como teniente en la campaña del Rosellón. En noviembre de 1808 caía prisionero en Ocaña; conducido al depósito de Nantes logró fugarse y, en un rocambolesco viaje por Alemania y Prusia, atravesó el Báltico y llegó a Londres, donde fue acogido por el embajador, el duque del Infantado. En 1812 regresó a España y contrajo matrimonio con Antonia Rebelo y de la Mata. Al iniciarse el Trienio Liberal mandaba el Regimiento de España y fue elegido diputado a Cortes por su provincia, Soria. De él se dijo entonces: “No sabe que cosa es miedo, ni en campo raso para batallar ni en plenas Cortes para decir”. Moderado liberal, orador elegante y erudito, intervino activamente en aquella legislatura para intentar en vano frenar la decadencia de la Mesta. En 1823, ya de brigadier, era gobernador de Pamplona y comandante general de Navarra; soportó con dignidad el bloqueo a la capital navarra por los legitimistas franceses, lo que le valió el ascenso a mariscal de campo. Tres años necesitó para ser purificado en segunda instancia, pero no se libró de quedar apartado del servicio hasta la muerte de Fernando VII. En 1836 combatió la expedición del carlista Gómez desde su puesto de comandante general del Campo de Gibraltar. No logró ascender a teniente general, como razonadamente lo solicitó de la regente María Cristina. Espartero le nombró en 1841 ministro del Tribunal de Guerra y Marina y, en 1843 era elegido senador por Logroño, aunque no llegó a tomar posesión como tal. En su modélico testamento dos cosas son evidentes: el amor a la tierra donde nació y la modesta herencia que legó a Ramona, su única hija.
Fuentes y bibl.: Archivo del Congreso de los Diputados, Serie documentación electoral, 6 n.º 27; Archivo del Senado, Exps. personales, HIS-0000-00; Archivo Histórico de Protocolos de Madrid (testamento), Protocolo 25386, fols. 213-217v.
Condiciones y semblanzas de los diputados a Cortes para la legislatura de 1820-1821, Madrid, Imprenta Juan Ramos, 1821, pág. 87; D. A. F. G., Verdaderas y genuinas semblanzas de los Padres de la Patria para la legislatura de 1820 y 21. Por D. A. F. G., cura propio del arzobispado de Toledo, Madrid, Espinosa, 1821, pág. 39; E. Reinares Martínez, García Herreros, “El Numantino”. Emigrantes, judíos, clérigos y otras vidas riojanas insólitas en la revolución liberal, Logroño, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Rioja, 2006, págs. 199-200.
Ernesto Reinares Martínez
