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Francisco de la Hoz Berrío

Biografía

Hoz Berrío, Francisco de la. Bogotá (Colombia), s. m. s. xvi – mar de las Antillas, cerca de La Habana (Cuba), 1622. Militar, criollo, gobernador y capitán general de Venezuela en los años 1616 a 1621.

Era un militar español, nacido en Santafé de Bogotá (hoy, Colombia), hijo de Antonio de Berrío, que había sido gobernador de Guayana, y de María de Oruña (nieta de Isabel Rivera de Quesada, hermana del célebre conquistador y fundador de Santafé de Bogotá, Gonzalo Jiménez de Quesada). Se hallaba Francisco en funciones militares en El Tocuyo (Venezuela), cuando recibió la Real Cédula, firmada por Felipe III en El Pardo (Madrid) el 12 de diciembre de 1615, cuya parte primera, más esencial, decía así (según J. Llavador, 1969): “Don Phelipe, etc, teniendo en conçideracion a lo que vos don francisco de la hoz berrio me haveis servido y la rrelaçion que se me a hecho de las buenas partes méritos y suficiencia que en vuestra persona concurren y esperando que continuareis mi serviçio en lo que os encargare con la fidelidad que se requiere tengo por bien y es mi merced que agora y de aqui adelante por tiempo y espaçio de çinco años mas o menos el que fuere mi voluntad seais mi governador de la provincia de beneçuela en lugar de don Garçia giron mi gobernador que al presente es de ella de mas de los quales çinco años os señalo dos meses para llegar a tomar la posesion del dicho oficio [...] y que vos y no otra persona alguna vseis el dicho cargo en todas las çiudades villas y lugares que al presente estan poblados y adelante se poblaren de la dicha provincia [...]”.

En el Cabildo de Caracas del 15 de junio de 1616 fue recibido por el gobernador de la provincia (J. de Oviedo, 1967), y el gobernador saliente le entregó el mando. Empezó señalando propios a la ciudad de Caracas. Encontró una tensa situación en las relaciones con el poder eclesiástico, pues el obispo Juan de Bohorques interfería en las atribuciones civiles; Francisco de la Hoz escribió una carta al Rey (2 de junio de 1621), en la que replicaba mansamente a antiguas acusaciones de Bohorques (J. Llavador, 1969: 43- 45), pero el conflicto, reconociendo como culpable al obispo en los Anales Eclesiásticos, de N. E. Navarro (1951: 94-98, atribuye a Bohorques “exorbitancias”), se mantuvo hasta que Bohorques fue trasladado a un obispado de México. Su sucesor, fray Gonzalo de Angulo, tomó posesión el 29 de junio de 1619, y aunque no hizo mucho por mejorar la cuestión, colaboró en la fundación de ciudades.

La gobernación de Berrío fue muy fructífera. Trabajó mucho por el bien de los naturales, fundó pueblos de indios de encomienda y los organizó; dotó a los indios de muchas tierras para labranza y cría de ganados, “lo que contribuyó a un cambio de vida más humano para los naturales” (L. Vaccari, 1988). Alentó en todos sus frentes el desarrollo de la agricultura, dándose cuenta de la importancia que tenía para la economía venezolana el cacao y el tabaco; nombró personeros que se encargaban de la vigilancia de los cultivos y de los intercambios comerciales agrícolas. Visitó todas las ciudades de la provincia, dejando encargados del gobierno de Caracas a Francisco del Castillo y a Juan Martínez de Villela, sus alcaldes ordinarios (L. A. Sucre, 1928). Aunque el texto de su “visita general” está redactado por su escribano, Berrío fue el protagonista e inductor de que se escribiera el texto, y bien que lo revisaría. Su realización de fundaciones de pueblos de doctrina es estudiada y elogiada por la historiadora venezolana L. Vaccari (1992: 68-70). En unas Ordenanzas [...], de 1621, exhortaba a los naturales a que se congregasen y formaran pueblos para un mejor vivir, e hicieran su trabajo en su propio beneficio, quedando abolido el servicio personal de los indígenas. Todos los historiadores venezolanos ensalzan el gobierno de Berrío. “Es para nosotros gran satisfacción rendir de nuevo [...] el homenaje de nuestro esfuerzo y de nuestras investigaciones al hombre, nacido en Bogotá que, de ocupar por tiempo relativamente corto el alto cargo de Gobernador, realizó la obra civilizadora de mayor expresión venezolana surgida del pensamiento y de la acción de un magistrado colonial” (A. Perera, 1967: 19). Y “fue el gobernador Berrío hombre progresista en su gobierno; apenas obtiene el mando, comienza su trabajo por el bien de los naturales [...]” (L. Vaccari, 1989).

Terminada su gobernación, Berrío se trasladó a Cuba y en 1622 embarcó para España. Pocas horas, o días, después, la nave naufragó “en los caios de Matacunbe junto a La Habana” (Alcedo, 1786), pereciendo ahogado trágicamente.

 

Obras de ~: Relación de la Visita General efectuada en la Provincia de Venezuela por el Gobenador y Capitán General Don Francisco de la Hoz Berrío, escrita por el escribano de gobernación que le acompañó en la Visita, Juan Luis de Antequera, 8 de junio de 1621 [trans. en A. Perera, 1967, págs. 149-155]; Información general sobre reducciones de indios realizadas por el Gobernador y Capitán General y el Obispo Fray don Gonzalo de Angulo [trans. por A. Perera, 1967, págs. 21-30].

 

Bibl.: Auto del Obispo Fray Don Gonzalo de Angulo de 3 de Agosto de 1620 por el cual manda al P. Gabriel de Mendoza. Cura y Vicario de Caracas, Comisionado suyo para las erecciones de iglesias en los pueblos que había de fundar, por comisión del Gobernador Don Francisco de la Hoz Berrío, el Teniente General Don Pedro Gutiérrez de Lago [trans. en A. Perera, 1967, págs. 143- 145]; A. de Alcedo, Diccionario Geográfico-Histórico de las Indias Occidentales o América, vol. I, Madrid, Imprenta de Benito Cano, 1786, pág. 363; L. A. S ucre, Gobernadores y Capitanes Generales de Venezuela, Caracas, Litografía y Tipografía del Comercio, 1928, págs. 110-112; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, vol. LVII, Madrid, Espasa Calpe, 1929, págs. 1064 y 1066; N. E . Navarro, Anales Eclesiásticos Venezolanos, Caracas, Tipografía Americana, 1951 (2.ª ed.), págs. 94-98; J. de Oviedo y Baños, Tesoro de Noticias y índice general de las cosas más particulares que se contienen en los libros capitulares de esta ciudad de Caracas, desde su fundación [...] hasta el año de mil setecientos y tres [...], Caracas, Ministerio de Educación, 1967, pág. 23; A. Perera, Caracas siglo xvii. Los primeros pueblos, Madrid, Imprenta Juan Bravo, 1967, págs. 15, 17-19, 143-145 y 149-155; M. Briceño Perozo, Documentos para la historia de la Fundación de Caracas existentes en el Archivo de la Nación, Caracas, Archivo General de la Nación, 1969, págs. 286, 288, 325-327, 338-339, 345-347, 449, 473-474, 494, 501, 504-505, 508, 519-520, 523, 531, 551, 558, 561-562 y 566; J. Llavador Mira, La Gobernación de Venezuela en el siglo xvii, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1969, págs. 8, 11, 17, 26, 43-45, 58, 75, 85 y 88; G. Morón, Historia de Venezuela, Caracas, Italgráfica, Impresores, Editores, 1971, vol. II, pág. 283, vol. III, págs. 131-135, 142-143, 320-321, 326 y 378, y vol. IV, págs. 90, 159-160, 292, 294-298, 301, 341, 352 y 639; VV. AA., Diccionario de Historia de Venezuela, vol. I, Caracas, Fundación Polar, 1988, págs. 350-351; L. Vaccari San Miguel, Sobre Gobernadores y Residencias en la Provincia de Venezuela (siglos xvi, xvii, xviii), Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1992, págs. 64- 65, 68-69, 81, 107, 111, 161 y 194; VV. AA., Gran Enciclopedia de Venezuela, vol. III, Caracas, Editorial Globe, 1998, págs. 101 y 103.

 

Fernando Rodríguez de la Torre