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Bartolomé Amat Bonifaz

Biografía

Amat y Bonifaz, Bartolomé. Barcelona, 13.VIII.1786 – Madrid, 28.IX.1850. Militar, mariscal de campo de Ingenieros.

Entró a servir como cadete en el Regimiento Inmemorial del Rey en setiembre de 1803. Poco después, su amor al estudio le llevó a la academia militar de Matemáticas de Zamora, para prepararse para el ingreso en la de ingenieros. Examinado en 1805, entró como subteniente de ingenieros en la Academia Especial del Arma establecida en Alcalá de Henares, simultaneando el servicio correspondiente a su empleo en el Regimiento de Zapadores-Minadores, donde completaba su formación. Terminó sus estudios en 1807. Al salir de la Academia de Alcalá, fue destinado a la Plana Mayor de Ingenieros del Cuerpo de Ejército que entró en Portugal al mando del marqués del Socorro, incorporándose en Setúbal al Cuartel General. Siguió los movimientos del ejército por el Alentejo, el Algarve y Andalucía, hasta pasar en marzo de 1808 a Badajoz en comisión, plaza en la que se encontraba al inicio de la Guerra de la Independencia. En la citada campaña de Portugal, con su unidad, asistió al bloqueo de la plaza de Elvas y al sitio del fuerte destacado de Alipe, construyendo una batería de morteros y logrando, bajo fuego enemigo, cortar la conducción de agua a la plaza.

Al producirse el levantamiento de la provincia contra los franceses, la Junta constituida en la capital le concedía el ascenso a teniente, siendo destinado al Batallón de Zapadores del ejército que se estaba organizando. Posteriormente se halló en la batalla de Burgos el 10 de noviembre de 1808, en la que resultó herido y hecho prisionero, logrando fugarse dos días después desde Briviesca, dando un gran rodeo, con grave riesgo de ser reconocido y fusilado, e incorporarse de nuevo al Ejército de Extremadura en Segovia. Intervino el 25 de diciembre de 1808 en la defensa del puente de Almaraz, siendo el último, con su Sección de Zapadores, en evacuarlo cuando entraban los franceses en el mismo. En 1809 se halló en la batalla de Talavera, y en la defensa de Montizón (Jaén) en Sierra Morena, siguiendo después la retirada por Ronda y Gibraltar hasta Cádiz. Participó en la defensa de la citada plaza hasta febrero de 1811, saliendo en esa fecha con la expedición del general Peña, desembarcando en Tarifa para tomar parte, ya como Capitán de Ingenieros, en la acción de Casas Viejas el 2 de marzo, y el 5 en la batalla de Chiclana. A consecuencia de ésta se rompió el bloqueo de Cádiz y los zapadores, con dos compañías de infantería agregadas, se dedicaron a deshacer los trabajos del enemigo: en este servicio estuvo Amat a punto de perecer, pues al retirarse del trabajo la fuerza en una noche oscura, se sumergieron todos, con el puente volante en que atravesaban el caño de Santi-Petri, ahogándose algunos individuos. Con posterioridad se integraba en las unidades que realizaron nuevas expediciones.

En agosto de 1811, en unión del Sargento Mayor de Ingenieros D. Mariano Carrillo de Albornoz y Archer, se le comisionaba para la confección de tratados, compra de enseres y demás preparativos para la organización de una Academia provisional en Cádiz, ya que la de Alcalá se había cerrado en mayo de 1808. En el centro de enseñanza de Cádiz debían completar los estudios aquellos Subtenientes que procedentes del Colegio Militar de la Isla de León, deseaban ingresar en el Cuerpo de Ingenieros. A partir de septiembre del mismo año, Amat junto a sus compañeros presentaba al Jefe Superior del Cuerpo los tratados necesarios para la instrucción de los alumnos, así como un “método y orden de estudios” que podía seguirse en la Academia citada, centro en el que pasaba a ejercer el profesorado. En 1814, terminada la guerra, la Academia de Cádiz se trasladaba a su sede inicial, Alcalá de Henares, donde Amat, como profesor de fortificación introdujo el estudio de los principios de fortificación Montalembert y sus sistemas, siendo seguramente el primer ingeniero español que conoció a fondo todas las obras de Montalembert y que se adhirió a sus ideas.

En enero de 1821 dejaba la Academia (habiendo obtenido como recompensa el grado de Teniente Coronel del Ejército), al ser nombrado Jefe Político y Militar de la provincia de la Mancha y más tarde de la de Toledo, de donde pasaba a la de Játiva. En 1822 era elegido diputado por Cataluña, en enero de 1823 pasaba a estar a las inmediatas órdenes del Ministro de la Guerra y en marzo de ese mismo año era designado Segundo Ayudante General del Estado Mayor, con destino al Depósito de la Guerra. Como tal, acompañaba al Gobierno en su retirada, con motivo de la entrada en España del ejército denominado “Los Cien Mil Hijos de San Luís” (mandado por el duque de Angulema), primero a Sevilla y después a Cádiz, en cuya defensa colaboró. Vuelto al absolutismo Fernando VII, Amat era separado del servicio por sus ideas constitucionalistas, siendo “purificado” y readmitido en marzo de 1826. Pasaba destinado a la Dirección Subinspección de Ingenieros de Cataluña, en donde desempeñó el servicio ordinario del Cuerpo en diversas obras. En abril de 1833 se le nombraba miembro de la Junta Superior facultativa del Cuerpo de Ingenieros y Vocal Secretario de la Junta de Instrucción Militar, siendo ascendido en atención a los méritos contraídos en el desempeño de ambos cargos, a coronel del Ejército. En octubre de 1836 pasaba a la Secretaría personal del Ingeniero General, ejerciendo el mando, simultáneamente del Depósito General Topográfico del Cuerpo.

En diciembre de 1840 era nombrado director del Colegio General Militar de Segovia (organizado a partir de 1826), al haber fallecido el anterior director, el brigadier D. José Ramon Mackenna. En la institución, realizaba una brillante labor que fue recompensada con su promoción a Brigadier del Ejército en noviembre de 1843. Dejaba Amat la dirección del Colegio, para pasar a las inmediatas órdenes del director general de Ingenieros, el General Antonio Remón Zarco del Valle. El general Zarco le encargaba la comisión de redactar la historia del Cuerpo de Ingenieros, en función de los documentos copiados de los archivos de la Corona de Aragón y del de Indias en Sevilla, pero su destino como Director Subinspector del Distrito de Burgos, le obligó a dejar tal cometido. En marzo de 1850 era nombrado miembro de la comisión que, bajo la presidencia del teniente general conde de Mirasol, debía pasar a Cuba para informar sobre la administración y gobierno de la Isla. En abril salió para Cádiz con los demás individuos de la comisión. No pudo, sin embargo, seguirlos: un ataque de la enfermedad crónica que padecía le obligó a detenerse en La Guardia, y conducido en litera desde allí a Madrid, falleció el 28 de setiembre de 1850.

En 1885, en el Memorial de Ingenieros, se publicaba Memoria histórico-facultativa de las fortificaciones y edificios militares de Pancorbo desde 1794 hasta 1828, precedida de una introducción y noticia biográfica del autor. Esta memoria la redactó en el desempeño de la dirección de subinspección de ingenieros de Burgos, y como consecuencia de las revistas de inspección reglamentarias que realizó a la Fortaleza de Santa Engracia, en Pancorbo, en 1846 y 1847. Además, había encontrado en el Depósito General Topográfico del Cuerpo, un compendio de documentos originales que abarcaban desde el mandato de su construcción el 9 de agosto de 1794 hasta su completa destrucción a principios de 1823, llamando la atención del brigadier el mérito militar de esta construcción. La memoria consiste en comentarios a un apéndice documental, que consta al final del trabajo, formado por una selección de la correspondencia entre autoridades e ingenieros militares, que refleja la forma y uso en que se realizaban las comunicaciones y se tramitaban las órdenes militares a finales del XVIII. También son fiel reflejo de una realidad económica y estratégica muy precaria, en la que la falta de previsiones militares y la escasez de recursos convierten la construcción de la fortaleza en un devenir de circunstancias marcadas por la discrepancia existente entre las necesidades de los ingenieros y las exigencias de las autoridades, en las que tiene un gran peso directo el rey, ya que dictaminaba hasta las cuestiones más nimias de la empresa, llamando la atención del propio Amat, quien ve este tipo de actuación “poco apropiada a las funciones de su majestad”, señalando que más bien supone “un entorpecimiento en el correcto y rápido desarrollo de las obras”.

 

Obras de ~: Apuntes de un diario de los sitios de Gerona en 1808 y 1809, s.l., s.f.; Tratado de trigonometría rectilínea y geometría práctica; Dictamen abreviado sobre las producciones de fortificación del Teniente general D. Tomás Muñoz (de la Armada), Alcalá de Henares, 1821; Memoria sobre el canal de Amposta, Barcelona, 1826; Memoria sobre la catenaria aplicada a la nivelación y a la medición de distancias horizontales, Madrid, 1836; Memoria histórico-facultativa de las fortificaciones y edificios militares de Pancorbo desde 1794 hasta 1828, precedida de una introducción y noticia biográfica del autor, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1883; Discurso leído por el Director del Colegio General de todas las Armas, ante todo el personal en el acto de instalarse las enseñanzas del segundo semestre de 1843, Madrid, 1843; Discurso leído por el Director del Colegio General de todas las Armas, ante todo el personal en el acto de instalarse en 7 de enero de 1844 las enseñanzas del primer curso semestral del referido año, Madrid, 1844; Proyecto de Reglamento para un Colegio o Politécnico Militar, Madrid, 1841.

 

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Segovia, Expedientes personales.

Estado del Cuerpo de Estado Mayor, Imprenta del Boletín del Ejército, Madrid, 1843; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, Manuel Tello, 1876; VV. AA., “El Cuerpo de Ingenieros del Ejército. Resumen Histórico de su Organización y Servicios durante la Guerra de la Independencia”, en Memorial de Ingenieros, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1908; H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y ediciones de la Universidad de Barcelona, 1983; L. M. de Diego Pareja, La Academia de Ingenieros y el Regimiento de Zapadores de Alcalá de Henares (1803-1823), Alcalá de Henares, Institución de Estudios Complutenses, 1999; J. Arencibia de Torres, Diccionario Biográfico de Literatos, Científicos y Artistas Militares Españoles, Madrid, Colección Heráldica Perseverante Borgoña, 2001; A. I Simón Alegre, “Un caso concreto de análisis: Los libros de oratoria militar y su difusión en la España de finales del Siglo XIX”, en E. Aguado Cabezas y F. Carantoña Álvarez (coords.), Ideas reformistas y reformadores en la España del siglo XIX: los Sierra Pambley y su tiempo Madrid, Biblioteca Nueva, 2008; P. Ramírez Verdún, “Bartolomé Amat y Bonifaz, Coronel del Cuerpo General de Ingenieros”, en Revista Ejército, nº 880, año LXXV (2014), pág. 119; A. L. Palomino Lázaro et al., “Propuesta de recuperación social de un bien patrimonial olvidado: la fortaleza de santa Engracia en Pancorbo (Burgos)”, en Estudios del Patrimonio Cultural, nº 3 (2009), págs. 54-70.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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