Ondátegui, Domingo. Elgueta (Guipúzcoa), III.1698 – La Horra (Burgos), 11.IX.1763. Maestro de obra y arquitecto.
Oriundo de un pueblo de Guipúzcoa, Domingo de Ondátegui pasó la mayor parte de su vida en tierras castellanas, donde llevó a cabo una intensa y fructífera actividad profesional. Junto a un nutrido grupo de artífices vascos desempeñó un destacado papel en el campo de la construcción, contribuyendo notablemente al desarrollo de la arquitectura barroca de Castilla en la primera mitad del siglo xviii.
Ondátegui destacó por su gran dominio del trabajo de cantería, por sus conocimientos constructivos transmitidos de generación en generación y por una sólida formación práctica adquirida en contacto directo con la actividad arquitectónica. Su buen hacer le proporcionó un gran prestigio y un merecido reconocimiento en las zonas donde trabajó, destacando la zona burgalesa donde las instituciones eclesiásticas le encomendaron relevantes proyectos. Solventó con éxito algunas intervenciones en antiguas estructuras, sin alterar sus rasgos definitorios ya existentes. Sus obras de nueva planta se caracterizan por una estructura exterior sólida y recia, de gran sobriedad y escasas concesiones a la ornamentación, mientras en el interior pilastras y línea de cornisa perimetral articulan las homogéneas superficies. Desde el año 1727, su actividad se rastrea en numerosas obras distribuidas en un amplio marco geográfico, Burgos, Soria, Palencia y Valladolid. Aunque, en ocasiones se ocupó en algunos encargos civiles, su trayectoria profesional se centró especialmente en la arquitectura eclesiástica y en la infraestructura viaria, donde desempeñó la doble tarea de constructor y tracista. Sus primeras intervenciones localizadas en la provincia de Burgos presentan escaso interés; participó en la construcción de la ermita de la Santísima Trinidad de Fuentespina y, algunos años más tarde, trabajó en obras de mantenimiento en la iglesia arandina de San Juan.
Tras ejercer su oficio durante algunos años en tierras arandinas, se trasladó a La Horra (Burgos), donde contrajo matrimonio en 1733 con Jacinta de La Horra, miembro de una acaudalada familia de Gumiel del Mercado (Burgos). Este enlace marcó un punto de inflexión en su carrera profesional. Su nueva posición social le permitió acceder a empresas de mayor envergadura. Entre esta fecha y 1739 contrató con la iglesia parroquial de Sotillo de la Ribera (Burgos) la fábrica de la sacristía, torre y coro. La sacristía presenta una estructura barroca de planta rectangular, centralizada y cubierta por una gran bóveda oval.
En el año 1739 fue llamado por el obispo del Burgo de Osma (Soria) Pedro Agustín de la Cuadra para dirigir la construcción de la torre de la Catedral según las trazas de José de la Calle y reconocer el cerramiento de las bóvedas del claustro con motivo del derrumbamiento de la torre sobre la capilla de San Roque. Al tiempo que se encargaba de dirigir la edificación de la torre, afianzado ya su prestigio tras el encargo del prelado, realizó numerosos trabajos en la diócesis de Osma, siendo especialmente intensos en la década de 1740. En 1740, reforzó, por orden del Cabildo, la presa de Alharides y redactó las condiciones a las que se ajustó su cuñado Juan de Sagarvinaga al hacerse cargo de las obras de reforma que se llevaron a cabo en las iglesias de Tajueco y Andaluz. Este mismo año realizó las reformas del corredor alto del soriano palacio de los condes de Gómara, por lo que cobró 9000 reales.
A partir de 1741 inició una nueva etapa en la Catedral de Burgos. Por encargo del arzobispo Manuel de Samaniego, intervinó, junto a otros maestros, entre ellos Alberto de Churriguera, en la edificación de la capilla de Santa Tecla, que luce una notable cúpula semiesférica y es obra singular del barroco burgalés. En 1749 el Cabildo catedralicio de Burgos volvió a confiar en su experiencia y le encargó el reconocimiento de algunas agujas que están sobre el tejado y la realización de las nuevas escaleras de la portada del Sarmental.
En 1742, volvió a trabajar en El Burgo de Osma ocupado en la demolición y construcción de una casa de capellanes junto al edificio de la Catedral, al tiempo que redactaba las condiciones para la ampliación de la ermita de la Vera Cruz. Tras ser promovido al arzobispado de Burgos (1744) su protector, el obispo de la Quadra, le encargó numerosos trabajos en la Catedral oxomense. Una de estas obras, en 1749, fue la de redactar un proyecto para evitar la ruina de las torres. En 1754, junto al soriano Oñaederra, examinó el estado de la Catedral que, según parecía, amenazaba ruina. Sus desavenencias con el arquitecto José de Hermosilla, en relación con las actuaciones en la torre de la Catedral, le llevó a caer en desgracia con el Cabildo, pues ya no se conoce ningún encargo de obras, por lo que se instaló en Soria y en 1753 realizó las trazas para la construcción del edificio del Concejo y de la Cárcel de esta ciudad.
Trabajó igualmente en Valladolid donde sus actuaciones en El Burgo de Osma le convirtieron en artífice de reconocido prestigio. En el Palacio de Santa Cruz, en el que intervino en 1744, emprendió reformas significativas que consistieron en desmontar las cubiertas del patio y el tercer piso. Años más tarde, junto a Juan de Sagarvinaga llevó a cabo varias obras en esta misma localidad.
En los últimos años de su vida continuó desplegando una actividad notable. En 1758 elaboró las condiciones para reparar el deterioro de la fachada sur de la iglesia parroquial de Fontioso. Un año más tarde realizó el reconocimiento y el proyecto de las obras de renovación del punte y calzada que unían La Aguilera y Gumiel del Mercado. Uno de sus últimos trabajos fue la portada de la iglesia parroquial de La Horra, en el que se percibe un nuevo lenguaje arquitectónico.
El conjunto es grandioso y los detalles de la labra que rodea la hornacina de la Virgen y la cruz que corona la obra avalan el buen hacer del maestro.
Falleció el 11 de septiembre de 1763, recibiendo sepultura en la capilla de San Ildefonso de la iglesia parroquial de La Horra.
Obras de ~: Participación en la construcción de la ermita de la Santísima Trinidad, Fuentespina (Burgos), 1727; Obras de mantenimiento en la iglesia parroquial de San Juan, Fuentespina, 1730; Construcción de la sacristía, torre y coro de la iglesia parroquial de Sotillo de la Ribera, Burgos, 1739; Dirección la construcción de la torre de la catedral, El Burgo de Osma (Soria), 1739; Refuerzo de la presa de Alharides, Soria, 1740; Realización de las reformas del corredor alto del palacio de los Condes de Gómara, Soria, 1740; Demolición y construcción de una casa de la Congregación de capellanes junto a la torre de la Catedral, El Burgo de Osma, 1743; Trazas para la reforma y ampliación de la ermita de la Vera Cruz, Soria, 1743; Diversas obras en la Catedral, Burgos, 1744-1750; Reformas en el palacio de Santa Cruz, Valladolid, 1744; Reconocimiento de la obra de la espadaña, conforme a su traza, en la iglesia, Mambrilla (Burgos), 1753; Trazas para la construcción del edificio del Consejo y Cárcel, Soria, 1753; Condiciones para reparar la fachada sur de la iglesia, Fontioso (Burgos), 1758; Reconocimiento y proyecto del puente y calzada que unían La Aguilera y Gumiel del Mercado (Burgos), 1759; Intervención en la realización de la portada de la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, La Horra (Burgos).
Bibl.: J. Alonso Romero, Barroco y Neoclasicismo en el Burgo de Osma, Soria, Escuela Superior de Turismo Alfonso X, 1997, págs. 92-93; M.ª J. Zaparain Y ánez, “Aportación de los maestros vascos a la arquitectura barroca castellana: Nuevos datos sobre la obra de Domingo de Ondategui”, en Ondare: Cuadernos de Artes Plásticas y Monumentales (Instituto de Estudios Vascos, Bilbao), 19 (2000), págs. 425-433.
Joaquina Gutiérrez Peña