Ayuda

Gomes Suárez de Figueroa

Biografía

Suárez de Figueroa, Gomes. Señor de Feria (I). ¿Écija? (Sevilla), ¿1383? – Palazuelos (Guadalajara), IX.1429. Noble.

Hijo del maestre de Santiago, Lorenzo Suárez de Figueroa, y de Isabel Mexía, el primer titular del señorío de Feria —que con el correr de los años alcanzará el título condal y, más tarde, ducal— vivió a la sombra de su padre durante un largo período de su vida, siendo el beneficiario directo de la política desarrollada por éste de cara a crear un estado señorial que garantizara a su hijo la permanencia en el status nobiliario y le asegurara un nivel social y económico que le permitiera participar en la vida política del reino castellano. Para ello Lorenzo Suárez utilizará el ascendiente logrado en la Corte de Enrique III y las enormes sumas de dinero que proporcionaba la Mesa Maestral y, desde luego, contó con la eficaz colaboración de su hijo que siguió las directrices marcadas por su progenitor, consciente del beneficio que le reportaban.

Huérfano de madre y tras una breve estancia con su abuela paterna en Écija (ciudad a la que estará vinculado toda su vida y en la que tendrá importantes intereses patrimoniales), Gomes Suárez fue llevado por su padre a la Corte donde ostentó el título de mayordomo mayor de Catalina de Lancaster (1393), con la que estableció una afectuosa relación a la que la propia Reina alude en repetidas ocasiones. En 1394, para premiar los servicios del maestre de Santiago, Enrique III le concedió el señorío de las villas de Feria, Zafra y La Parra, en el extremo oriental del alfoz pacense y rodeadas de enclaves santiaguistas, poniendo así el punto de partida del estado de Feria que se redondeará en los años inmediatamente posteriores con otras mercedes reales y, sobre todo, con la adquisición por compra de cuatro nuevas villas —Nogales, Villalba, Oliva de la Frontera y Valencia de Mombuey— y de un sinfín de propiedades agrarias destinadas a crear una amplia base solariega que sabiamente repartida, en parte, entre los lugareños y campesinos procedentes de las zonas próximas significó una dinamización demográfica y económica que se tradujo en rentas importantes y garantía de permanencia de la población.

De esta etapa se sabe que Gomes Suárez estuvo en la Corte portuguesa como rehén por parte castellana para garantizar las treguas firmadas en 1402, que participó junto a su padre en la campaña de 1407 contra los nazaritas, conquistando dos pequeños enclaves próximos a Setenil —Priego y Cañete— y recibiendo como recompensa un juro anual de 10.000 maravedís, y que en 1408, en el marco de la política diseñada por su padre de establecer una fuerte alianza con los Mendoza, casó con Elvira Laso de Mendoza, al tiempo que su hermana Catalina se desposaba con Íñigo López de Mendoza, el futuro marqués de Santillana.

En 1409, con la muerte del maestre, se inicia un nuevo período de la vida del señor de Feria en el que, desaparecido el manto protector de su padre, se impone la realidad de su pertenencia a la pequeña nobleza, con un ámbito de actuación político y militar reducido y unas disponibilidades económicas limitadas.

Es por ello que durante los veinte años que dura esta etapa apenas hay nuevas adquisiciones para engrandecer el señorío, primando el interés por consolidar lo adquirido frente a reclamaciones formuladas por Badajoz o por particulares que aludían a irregularidades en los procesos de compraventas anteriores.

Por otra parte, la política de Gomes Suárez irá encaminada a establecer unas buenas relaciones con el concejo pacense, cambiando la inicial hostilidad producida por la pérdida de las tres villas, donadas por El Doliente, y tejer una tupida red clientelar con nobles y personajes significados de la zona mediante alianzas y matrimonios de hijos y familiares, para formar un bloque que permitiera defender sus intereses frente a otros nobles ajenos a la región y servir con eficacia a la Monarquía, ideal político éste que había sido inculcado por el maestre a su hijo.

Al servicio de este ideal Gomes Suárez militó en un primer momento en el bando del infante Enrique de Aragón (1420) e, inmediatamente después, en el de Álvaro de Luna, que lo había nombrado miembro del Consejo Real (1421) y que parecía representar mejor los intereses de la dinastía Trastámara. En esta fidelidad permaneció el resto de su vida, al margen de los vaivenes de la política castellana, y en el servicio a la misma falleció en los primeros días de septiembre de 1429 en Palazuelos, durante la campaña de Juan II y Álvaro de Luna contra los infantes de Aragón. Sus restos, trasladados a Zafra, duermen el sueño eterno en el Monasterio de Santa María del Valle que, a iniciativa suya, construirá su mujer durante la década siguiente.

 

Bibl.: L. de Salazar y Castro, Historia de la Casa de Lara, Madrid, Mateo de Llanos y Guzmán, 1694-1697; L. Suárez Fernández, Nobleza y Monarquía. Puntos de vista sobre la historia política de Castilla en el siglo xv, Valladolid, Universidad, 1959; Los Trastámaras de Castilla y Aragón en el siglo xv, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, vol. XV, Madrid, Espasa Calpe, 1964; España Cristiana. Crisis de la Reconquista. Luchas Civiles, en R. Menéndez Pidal (dir.), Historia de España, vol. XIV, Madrid, Espasa Calpe, 1966; E. Mitre Fernández, Evolución de la nobleza en Castilla bajo Enrique III. 1396-1406, Valladolid, Universidad, 1968; A. Figueroa y Melgar, “Los Suárez de Figueroa de Feria y Zafra”, en Revista de Estudios Extremeños, XLVIII (1974); F. Mazo Romero, “Los Suárez de Figueroa y el señorío de Feria”, en Historia, Instituciones y Documentos, I (1974); El condado de Feria (1394-1505), Badajoz, Institución Cultural Pedro de Valencia, 1980.

 

Fernando Mazo Romero