Botonac, Jazpert de. Gerona, p. m. xiii – Valencia, 3.IV.1288. Obispo, abad, abogado y consejero real.
De familia noble y con reputación como abogado, fue sacristán de la catedral de Gerona y abad de Sant Feliu en esta ciudad. Al morir Andreu d’Albalat fue designado por el papa Juan XXI obispo de Valencia entre 1276 y 1288. Convocó los sínodos de 1278 y 1280. En ellos siguió la línea reformadora iniciada por su predecesor, insistiendo en la obligatoriedad de la residencia personal de los beneficiados, la prohibición de vender bienes sacros de sus iglesias, la obligación de los clérigos de llevar tonsura. Siguiendo con la política del obispo Andreu, se incrementó la vigilancia sobre la moral sexual, estableciendo la denuncia pública y la excomunión de los adúlteros conocidos.
También dictó severas normas sobre la moralidad del clero, por medio de las cuales quedaba prohibido vivir bajo un mismo techo con la descendencia natural, lo que testimonia lo común de las relaciones concubinarias en aquellos tiempos. En el sínodo de 1280 se autorizaba a los clérigos a disponer libremente de sus bienes muebles propios para cancelar deudas y el dictado de testamentos.
Erigió en 1279 los arcedianatos de Alzira y Sagunto, y gracias a las abundantes rentas aumentó de quince a veinte el número de canónigos en la catedral valenciana, y redotó la dignidad de deán, instituida por su antecesor. Mantuvo y resolvió numerosos pleitos e incidentes que surgieron entre la diócesis valentina y la vecina de Segorbe-Albarracín. Zanjó las disputas que la Iglesia valentina mantenía con la nobleza y la Monarquía por la propiedad de sus diezmos y primicias.
Arnau de Vilanova le dedicó, en una carta introductoria, su De improbatione maleficiorum.
Fue destacado consejero de la Corona, especialmente durante su controversia con el Papado y durante la cruzada francesa contra Aragón. El rey Pedro III, junto al cual estuvo en su lecho de muerte, le tuvo particular aprecio. Su escudo puede verse en la jamba derecha de la Puerta de los Apóstoles en la catedral de Valencia: alcázar de oro, aclarado de sable en campo de azur, sobre ondas de plata y del campo.
Hombre culto, se le atribuyó la redacción de la Crònica de Bernat Desclot. Arnau de Vilanova le dedicó la obra. Un párrafo de su epitafio nos proporciona su retrato: “Pulcher, formosus, largus, lemus, generosus”.
Bibl.: E. Olmos Canalda, Los prelados valentinos, Valencia, Imprenta de La Semana Gráfica, 1949; R. I. Burns, El reino de Valencia en el siglo xiii (Iglesia y Sociedad), Valencia, Del Cenia al Segura, 1982; V. Cárcel Ortí, Historia de la Iglesia en Valencia, Valencia, Arzobispado de Valencia, 1986.
José Hinojosa Montalvo