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Domingo Pascual

Biografía

Pascual, Domingo. ?, c. 1195 – Toledo, 2.VI.1265. Arzobispo electo de Toledo, canónigo, capiscol y deán de la Catedral.

Algunos de los datos personales de este eclesiástico de Toledo se desconocen, como su patria y su fecha de nacimiento. Ostentaba el título de maestro, lo que supone haber pasado por la Universidad de París cursando estudios de Teología en los primeros años del siglo XIII. Fue un hombre vinculado al arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, en cuya compañía tal vez llegara a Toledo. En su obra De Rebus Hispaniae lo menciona como aquél que llevó enhiesta la cruz arzobispal del prelado toledano en la Batalla de Las Navas de Tolosa (1212) entre las filas de los guerreros agarenos sin que sufriera daño alguno. Esto da a entender que en aquella fecha sería un joven clérigo y permite calcular su nacimiento, con alguna probabilidad, en torno a 1190.

Su carrera eclesiástica en la Catedral de Toledo, lenta y gradual, está bien documentada. Aparece como canónigo ya en 1217 como camarero y administrador del arzobispo Jiménez de Rada en la cancelación de una deuda. Así se mantiene hasta por lo menos 1233.

En 1238 figura como capiscol, que era una de las dignidades catedralicias más cotizadas. En 1253, muerto ya el arzobispo, firmó como deán de la Catedral. Tenía unas casas cercanas a las del arzobispo en Alcalá de Henares, otro indicio de la vinculación con Jiménez de Rada.

El joven príncipe castellano don Sancho le nombró “procurador”, es decir, administrador de la diócesis de Toledo en lo espiritual y temporal, en el año 1250, sin haber llegado a cumplir todavía el príncipe la edad canónica para ordenarse de obispo. No había recibido ninguna de las órdenes sagradas mayores. A este respecto, Juan Francisco Rivera sugiere que a Domingo Pascual, en forma vicaria le habría sido encomendada la administración efectiva de la diócesis como hombre que era de experiencia. Pero esto no puede sostenerse, al menos para los primeros años del titular, porque consta que esta previsión ya la hicieron en Roma al tiempo de su nombramiento. Y así la administración en lo espiritual se la encargaron, como si fuera un obispo auxiliar, a Lope, obispo de Marruecos, que era muy pobre, porque no tenía más que una iglesia y carecía de rentas. En cambio, la administración económica le fue encomendada a un tal Juan del que nada más se sabe fuera de su nombre. La verdad es que la etapa de procuración duró desde 1250 hasta 1259, en que el joven príncipe arzobispo cumplió los treinta años y fue ordenado. Siendo tan largo este período, pudo dar lugar a cambios en las personas, pero no hay constancia documental.

Sancho de Castilla murió el 27 de octubre de 1261 y, para sucederle, los miembros del Cabildo eligieron a fines de dicho año al maestro Domingo Pascual. Las razones por las que se fijaron en él para sustituir a un príncipe de sangre real en la sede toledana no están del todo claras, pero parece que se deben buscar en la vinculación con el arzobispo difunto y en la necesidad de hacer frente a la gran cantidad de deudas que había dejado. Sin duda, la opinión de Alfonso X, hermano del antecesor, sería determinante en este nombramiento.

Sin que se conozcan las causas, su aceptación personal del cargo se fue dilatando y no tuvo lugar hasta el 2 de marzo de 1262, a requerimiento muy apremiante del Cabildo. El electo se negó a acceder personalmente a la curia romana para recabar la confirmación que era requisito imprescindible para llegar a la dignidad arzobispal, antes bien dejó el asunto en manos de los procuradores del Rey. Esta resolución le valió la felicitación del Monarca, apoyándose en que era el tiempo más crudo del invierno, impropio para emprender un largo camino siendo, como era, anciano, pero sus colegas del Cabildo lo previnieron de las consecuencias que se podían derivar de semejante comportamiento.

La previsión del Cabildo se cumplió y, transcurrido el plazo de los seis meses previstos por el Derecho Canónico, nunca llegó a ser confirmado por la Santa Sede. Las causas de esta negativa hay que buscarlas en su tozudez de anciano en negarse a viajar a Roma a raíz de su elección y aceptación. Así que esta situación de interinidad de arzobispo electo se prolongó hasta su muerte, ocurrida en 1265.

Está enterrado en la capilla de San Andrés de la Catedral de Toledo.

 

Bibl.: J. F. Rivera, Los arzobispos de Toledo en la Baja Edad Media, Toledo, Diputación Provincial, 1969, págs. 61-62; “Pascual, Domingo”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, págs. 1884-1885; P. Linehan, La Iglesia española y el papado en el siglo XIII, Salamanca, Universidad Pontificia, 1975, pág. 127; I. Rodríguez de Lama, La documentación pontificia de Urbano IV (1261-1264), Roma, Instituto Español de Historia Eclesiástica, 1981, doc. n.o 243, págs. 344-345; R. Jiménez de Rada, Historia de la cosas de España, ed. de J. Fernández Valverde, lib. VIII, Madrid, Alianza, 1989, cap. 10, págs. 321-323; F. J. Hernández, Los Cartularios de Toledo, Madrid, Fundación Ramón Areces, 1996 (2.ª ed.), pág. 637 [índice onomástico bajo dos entradas con el título de maestro]; R. Gonzálvez Ruiz, Hombres y Libros de Toledo, Madrid, Fundación Ramón Areces, 1997, págs. 229 y 331.

 

Ramón Gonzálvez Ruiz