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Diego Vázquez de Mercado

Biografía

Vázquez de Mercado, Diego. Alcaraz (Albacete), 1533 – Manila (Filipinas), 12.VI.1616. Obispo de Yucatán y de Manila.

Hijo del licenciado Pedro Vázquez de Molina, natural de Alcaraz, corregidor en Salamanca, Córdoba, Trujillo, Guádix y Baza, donde murió, y de Isabel de Mercado, natural de la villa de Madrigal.

Siendo canónigo de la iglesia de Guatemala, el 14 de abril de 1573 fue nombrado, por el deán y cabildo de aquella catedral, como cura y vicario del pueblo de Chiquimula de la Sierra y el 13 de julio de ese mismo año pasó a servir los mismos oficios en el pueblo de Acazabastlán. El 27 de abril de 1574 el citado cabildo en sede vacante lo nombró como visitador general del obispado de Guatemala, tras lo cual pasó a la Ciudad de México donde en 1578 se hallaba estudiando en la facultad de cánones de su Real Universidad.

Viajó a Filipinas en compañía del obispo de Manila fray Domingo de Salazar proveído como el primer deán de su iglesia catedral y allí tuvo a su cuidado la fábrica de la catedral, en cuyas obras se le quebró una pierna. El obispo Salazar lo nombró, el 20 de febrero de 1585, rector de la ermita de Nuestra Señora de Guía y cura y vicario de la villa de Arévalo en la provincia de Oton, y el 4 de mayo de 1585 lo designó provisor, visitador y vicario general del obispado.

El 18 de diciembre de 1601 fue presentado para el deanato de la iglesia de Michoacán, pero prontamente fue presentado para la silla episcopal de esa misma diócesis y el 31 de enero de 1604 se despacharon sus ejecutoriales, concediéndosele licencia para embarcar el 9 de junio de 1604.

Arribó en 1604 a su obispado en Yucatán y durante su gobierno lo visitó dos veces y se ocupó, especialmente, en combatir las idolatrías de los naturales. El 11 de marzo de 1609 recibió sus bulas de arzobispo de Manila y de inmediato se aprestó para su viaje.

Desde su llegada a Filipinas en el mes de julio de 1610 comenzó a hacer presente su mucha edad solicitando que se le exonerara del arzobispado o que se le nombrara un coadjutor, como lo hacía presente desde Manila el 20 de julio de 1610. En 1611 dio principio a la visita de su arquidiócesis y en el curso de ella tuvo diversos enfrentamientos con el gobernador Juan de Silva y con los franciscanos, sobre lo que informaba a la Corte en 1612, junto con advertir de los derechos excesivos que los agustinos llevaban a los naturales.

Por carta fechada en Manila el 4 de mayo de 1614 presentaba la renuncia a su arzobispado y advertía sobre la escasa formación de fray Pedro de Arce, obispo de Cebú, pero ella no le sería aceptada, y en ese mismo año, el 6 de diciembre, inauguró el nuevo edificio de la Catedral de Manila, precisamente aquel que le había lisiado de una pierna en su estancia anterior en Filipinas. En 1615 solicitó nuevamente que se le nombrara a un obispo coadjutor y en dicho año recibía al jesuita Pedro Morejón en compañía de los religiosos desterrados de Japón.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.281, n. 90; Contratación, 5.537, l. 3, fol. 96v; Filipinas, 20, r. 4, n. 32; Filipinas, 59, n. 26; Filipinas, 74, n. 23, 70, 77, 79, 82; Filipinas, 84, n. 58, 92; Guatemala, 111, n. 18, 2.0; Indiferente General, 2.050, n. 55; Indiferente General, 2.071, n. 21; Méjico, 214, n. 25; Patronato, 293, n. 23, r. 10; Patronato, 293, n. 26, r. 14 y 65.

G. Gónzález Dávila, Teatro eclesiástico de la primitiva iglesia de las Indias Occidentales, vidas de sus Arzobispos, Obispos, y cosas memorables de sus sedes. Al muy alto y muy católico y por esto muy poderoso señor Rey Don Filipe Quarto de las Españas y Nuevo Mundo, dedícasele su coronista Mayor de las Indias, y de los Reynos de las dos castillas, el maestro Gil González Dávila, I, Madrid, por Diego Díaz de la Carrera, 1649, fol. 215; L. Gutiérrez, Historia de la Iglesia en Filipinas, Madrid, Fundación Mapfre, 1992, págs. 201-202; V. Guitarte Izquierdo, Episcopologio Español (1500-1699). Españoles obispos en España, América, Filipinas y otros países, Roma, Instituto Español de Historia Eclesiástica, 1994, pág. 119.

 

Javier Barrientos Grandon