Canal y Bueno de Baeza, Manuel Francisco Tomás de la. Ciudad de México (México), 1701 – San Miguel de Allende (antes San Miguel el Grande) (México), 1749. Caballero de la Orden de Calatrava, regidor perpetuo de los cabildos de la ciudad de México y la villa de San Miguel el Grande, comerciante, hacendado minero, benefactor.
Uno de los miembros más destacados de la familia De la Canal, muy vinculada a la ciudad de San Miguel el Grande (o San Miguel de Allende, como se la conoce actualmente) desde la primera mitad del siglo XVIII. Hijo mayor de Domingo Gómez de la Canal y Vélez, montañés de Lebeña (Cantabria), que arribó a la Ciudad de México a finales del siglo XVII y se convirtió en un próspero comerciante dedicado a transacciones de importación y exportación de productos agrícolas y textiles. Estos negocios le permitieron acceder a la diputación del Consulado de comerciantes de la Ciudad de México y desempeñar un papel destacado en las ferias comerciales de Jalapa.
Manuel Francisco Tomás de la Canal y Bueno de Baeza heredó la empresa comercial y el enorme caudal de su padre. En 1731 se trasladó a la villa de San Miguel el Grande, lugar desde el que mantuvo relaciones económicas con miembros de la elite de Guanajuato, lo cual le permitió contraer matrimonio con María Gabriela de Hervás y Flores, la única hija de un rico minero y comerciante del Real de Minas de Guanajuato, Juan de Hervás, propietario de varias haciendas de beneficio, espacios comerciales y casas habitación que a su muerte heredaron su hija, su yerno y sus nietos.
El vínculo familiar que tuvo con la familia Hervás y Flores le permitió involucrarse fuertemente en los negocios relacionados con la minería y el comercio de los reales de minas de Guanajuato y Zacatecas. Cabe mencionar que las haciendas ganaderas de la familia De la Canal durante el siglo XVIII tuvieron un papel muy importante en el abastecimiento de productos ganaderos, como ovejas, carne y sebo, para aquellas minas. A modo de ejemplo sirva la transacción que realizó de seis mil cabezas de carneros con el cabildo de Guanajuato para el abasto de carne de la ciudad.
Su fortuna llegó a ascender a más de medio millón de pesos, pues no en vano fue propietario de varias e importantes haciendas agropecuarias, de un obraje textil, varias haciendas de beneficio de minas, tiendas y casas. Estas propiedades se repartían no sólo en lugares pertenecientes a la jurisdicción de la alcaldía mayor de San Miguel el Grande, como San Joaquín de las Trancas y Santa Cruz de Bañón, sino también en la del Real de Minas de Guanajuato (mina María, la Compañía, las haciendas de beneficio San Francisco Javier, San Antonio, San Nicolás, San Juan Bautista, entre otras), la de la villa de León (San Francisco Cuerámaro) y en la ciudad de Querétaro. Esa gran riqueza le convirtió en uno de los hombres más poderosos de su época en el Bajío.
Por tanto, no es de extrañar que Manuel de la Canal, nombre con el que era más conocido, tuviera una vida política muy activa ya desde su residencia en la Ciudad de México, donde ocupó los cargos de regidor y alcalde ordinario. En esa capital virreinal logró también ingresar como caballero en la Orden de Calatrava.
En San Miguel el Grande destacó en el cabildo de la villa como regidor perpetuo, cargo que heredó, cuando él murió, su hijo José Mariano Loreto.
Contando con poder y fortuna tan considerables, en 1737 logró fundar un mayorazgo con un capital de 38.000 pesos. A finales del siglo XVIII, Fernando VII agració el mayorazgo, ostentado entonces por Narciso María Loreto de la Canal y de Landeta de Hervás y de Primo, con un título de nobleza, que no se hizo efectivo porque estalló el movimiento independentista antes de haberse materializado en Nueva España la autorización para que pudiera ser utilizado. No obstante, los ideales de nobleza de la familia De la Canal sí se vieron realizados por medio de los vínculos familiares que estableció a lo largo del siglo XVIII con los marqueses del Valle de la Colina, el marqués de San Cristóbal, el conde de Regla y los condes de San Mateo de Valparaíso, entre otros. Algunas de las más destacadas conexiones parentales que disfrutó De la Canal en la villa de San Miguel el Grande fueron con el primer conde de Casa de Loja, Francisco José de Landeta y Urtusáustegui, y con la familia de Baltasar de Sautto y Villachica.
Hombre muy religioso, Manuel de la Canal destacó por sus numerosas obras benéficas en favor de la Iglesia. Al mecenazgo de Manuel de la Canal se debió la construcción de la Santa Casa de Loreto en la colegiata de San Gregorio de la Compañía de Jesús de México, la capilla de igual nombre del monasterio de Tepotzotlán, un retablo de la catedral de México y algunas obras en el santuario de Guadalupe en la Ciudad de México y en la Santa Casa de Loreto en Roma. En San Miguel el Grande, Manuel de la Canal difundió entre sus amigos y la población en general la devoción a la Virgen de Loreto y financió la construcción en 1734 de una Santa Casa anexa al oratorio de San Felipe Neri, obra en la que invirtió más de 100.000 pesos de su caudal. Su hija, María Josefa Lina de la Canal, heredó esta fuerte devoción y, gracias a la herencia paterna y a la licencia obtenida de Fernando VI, pudo llevar a cabo uno de los proyectos inconclusos de su padre: la construcción del templo y real convento de la Purísima Concepción del actual San Miguel de Allende.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias, México, 1047; Archivo General de la Nación de México, Capellanías, vol. 60 bis, exp. 13; Media Anata, vols. 17 y 162; Archivo de la Parroquia de San Miguel Arcángel, Fondo Sacramental; Series Bautizos; Matrimonios y Defunciones; Fondo Disciplinar; Serie Correspondencia.
M. Malo, La familia de la Canal en la villa de San Miguel el Grande, San Miguel de Allende, 1969; R. Aguilar, Perfil de una villa criolla, San Miguel el Grande 1555-1810, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 1986; “De la colonia al siglo XIX”, en San Miguel Allende, Guía Oficial del visitante, San Miguel de Allende, Cante, 1996; G. Cruz López, Los obrajes textiles novohispanos: El caso del obraje de Baltasar de Sautto en la villa de San Miguel el Grande (1758–1771), tesis de licenciatura, San Miguel de Allende, Universidad de Guanajuato, 2000 (inéd.).
José Luis Caño Ortigosa