García López, Antonio. Bernuy-Zapardiel (Ávila), 10.V.1746 – Padua (Italia), c. 1820. Jesuita (SI) expulso y traductor.
El inquisidor Rodríguez Laso equivocadamente dice que era “natural de Cabezas del Pozo”, pueblo que, al igual que Bernuy, pertenece al partido judicial de Arévalo (Ávila). El 10 de mayo de 1760 fue recibido entre los jesuitas de la provincia de Castilla, en el noviciado de Villagarcía de Campos, con los que estudió Retórica, Filosofía y Teología. Fue estudiante del Colegio Real de Salamanca, desde donde fue embarcado, el 25 de mayo de 1767, en Ferrol en el navío San Genaro, camino del destierro italiano.
El 10 de julio de 1773, procedente de Cento, pueblecito de la provincia de Ferrara, distante pocos kilómetros de Bolonia, donde había sido detenido, fue encarcelado en Bolonia, junto al padre José Francisco de Isla y Francisco Janausch, por “escrituras temerarias”, por “la audacia con que hablaba de los Soberanos y del Papa” y por escribir contra el proceso de beatificación del obispo Palafox, según una carta del encargado de negocios jesuíticos Juan Zambeccari al secretario de Estado Grimaldi, fechada en Bolonia, el 13 de julio de 1773 (leg. 4737). Además, García tenía el motivo de haber traducido al latín y hecho copias del panfleto titulado Vero amico del Papa, considerado “un libelo ofensivo a la autoridad suprema de Su Santidad” (Clemente XIV), que había aparecido en Roma poniendo en duda la autoridad de Clemente XIV para suprimir la Orden ignaciana, hecho que se producía pocos días después de intimada dicha supresión, el 16 de agosto de 1773.
Disuelta la Compañía, García fijó su residencia en la tolerante Venecia, donde gozó de la protección del embajador español, Simón de las Casas. El inquisidor y helenista Nicolás Rodríguez Laso lo visitó en su casa de Venecia el domingo 28 de septiembre de 1788, y García “nos enseñó la traducción [en verso italiano] que estaba haciendo del Poema de la Música de Iriarte, en cuya introducción habla con el autor y con la embajadora y embajador. Éste le facilitó las láminas que sirvieron para el original en Madrid. Los caracteres eran de Bodoni”. El padre Luengo lo conocía bastante bien y en 1790 da la noticia de la concesión de la segunda pensión al padre García (“que vive de asiento muchos años ha en la ciudad de Venecia”) por la traducción del poema “didáctico” de Tomás de Iriarte sobre la Música: “El motivo o mérito para este premio de segunda pensión ha sido el haber puesto en lengua italiana un poemita español sobre la Música”.
Como Juan Andrés había manifestado tres objeciones al poema de Iriarte (“Primera, que se usa en el poema con exceso de voces o términos facultativos de la música. Segunda, que en los preceptos sobre la música se desciende a cosas muy menudas. Tercera, que le falta estro o elevación de estilo”), Luengo aprovechó la oportunidad para tildar al alicantino de “antipatriota español” y a Iriarte de “erudito español y escritor de un gusto muy delicado y aplaudido generalmente por todos, y acaso más que por ningún otro por el famosísimo poeta italiano Metastasio”. Luengo opinaba que “la traducción italiana del padre García, si bien sea cosa muy difícil traducir en verso de una lengua a otra, y más todavía sobre un asunto tan abstruso como reglas y preceptos sobre la música, está muy bien hecha, y es generalmente alabada de todos, españoles e italianos”.
En 1814 continuaba residiendo en Venecia, pues ese año compuso un Epitalamio “como testimonio de homenaje y de reconocimiento” a las familias Sale y Mocenigo, por la unión matrimonial de sus hijos Onorio y Maria.
Actualmente se debe considerar la traducción en verso de La Música de Tomás de Iriarte, con tipos bodonianos y con los cinco grabados iguales a los de la edición madrileña, como una bella e interesante versión acompañada de numerosas notas y de un largo prólogo. Está impresa sobre excelente papel y a gran formato, dedicada a sus mecenas, el embajador Simón de Las Casas y su mujer Bárbara Senra.
Menor importancia tienen otras traducciones como la del poema Jardins (1782) del francés Jacques Delille (1738-1813) al italiano, aparecida en Venecia en 1792. García rinde homenaje a Bárbara Senra, por el nacimiento de un hijo, y también a Luis de Las Casas, gobernador de la isla de Cuba y capitán general de Luisiana, mecenas de la obra. Sin embargo, no pudo ver la luz, a pesar del constante sometimiento que García mostró a las autoridades madrileñas y su amistad con el embajador Simón de Las Casas, una traducción al castellano, en endecasílabos, del poema La coltivazione (1546) de Luigi Alamanni (1495-1556), que pensaba dedicar a Carlos IV y a la Familia Real. García pretendía dar “a su patria no sólo un poema acabado que podrá tener bastante influxo en el buen gusto poético, sino también un arte labrantín amena y gustosa, la qual sino será tan magistral, como los tratados que tratan de propósito esta materia, será leída con más gusto y excitará la curiosidad del profesor y del aficionado a buscar en sus fuentes clásicas los verdaderos principios de la primera y más noble de las artes”. García, por medio de Simón de Casas, deseaba obtener un permiso para imprimir esta traducción en Italia y más tarde introducirla en España.
Movido por su amor a España, deseó dar a conocer en Italia el teatro español tal y como había sido escrito, evitando en lo posible las adaptaciones al uso.
Con este fin tradujo al italiano el Delincuente honrado de Jovellanos, con el título de Il Reo per onore (1807). Resultó una traducción muy pensada, basada en un estudio lingüístico refinado por una persona que conocía perfectamente las dos lenguas, dirigida más a un público lector que a unos espectadores. La traducción está dedicada al zaragozano Alberto de Megino y Metauten Pérez de Aranda y del Castillo (1759-1820), conde del Casal, desde 1802 hasta 1808 cónsul de España en Venecia, en agradecimiento a haberle estimulado a traducir el drama y ayudado a publicarlo. Hay que precisar que Megino, condecorado con la Cruz de Carlos III, era un hombre influyente en Venecia, era miembro de prestigiosas academias: Zaragoza, Padua, Verona, Venecia, Berlín, Livorno, Florencia y hasta de la Academia de la Arcadia de Roma con el nombre árcade de “Adeneto Eloneo”. A diferencia de otros textos dramáticos de la época en esta traducción no hay ningún cambio en la estructura. El jesuita conserva los cinco actos de la comedia española a pesar de que Jovellanos no haya aplicado las reglas neoclásicas y los actos terminen siempre con el mismo personaje con el que empieza el siguiente, y por tanto los actos funcionan en este drama como si fueran escenas. Los escasos cambios realizados en esta traducción de El delincuente son de naturaleza lingüística, debidos, muchos de ellos, a un deseo de modernización y de actualización de la comedia para adaptarla al gusto del espectador/lector veneciano; recordemos que el que guste el texto, en la época, es la regla de todas las reglas. García conoce bien las dos lenguas y es consciente de los problemas que puede plantear una traducción hecha por alguien que no es de lengua madre, pero le impulsa a hacerla el amor a la patria.
En resumen, García fue un buen traductor que conocía bien el francés, el italiano y el español, que por amor a su patria deseó traducir fielmente obras españolas al italiano, huyendo de las amplificaciones, con la preocupación de que el texto gustara en la Italia para la que tradujo.
Obras de ~: Per la ricuperata salute del signor Lunardetto Pesaro, patrizio veneto [...] Poemetto storico, Venezia, 1786; La Musica. Poema di Don Tomaso Yriarte, tradotto dal castigliano dall’ Abate ~, Venezia, 1789; Il Giardini, Poema del Signor Abate De Lille. Tradotto dal francese dal Sig. Ab ~, Venezia, 1792; Il Reo per onore ossia Il delinquente onorato, commedia urbana in cinque atti tradotta dal castigliano dal Signor abbate D. ~, Venezia, Presso Andrea Santini, 1807; Epitalamio di Claudiano nelle nozze di Onorio e Maria, recato in italiano per le nozze Sale Mocenigo dall’ abate ~, Padova, 1814.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Estado, leg. 4737.
C. Sommervogel, Bibliothèque de la Compagnie de Jesus, vol. III, Bruxelles-Paris, O. Schepens-A. Picard, 1890, col. 1201; M. Cascón, Los jesuitas en Menéndez y Pelayo, Santander, Santarén, 1940, pág. 551, n.º 427; B. Tejerina, “El delincuente honrado de Jovellanos traducido al italiano por el jesuita Antonio García (1807)”, en Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante, 16 (1997), págs. 51-68; L. Hervás y Panduro, Biblioteca jesuítico-española, ed. de A. Astorgano, Madrid, Libris Asociación de Libreros de Viejo, 2007, págs. 239-241.
Antonio Astorgano Abajo