Porlán y Merlo, Rafael. Córdoba, 9.IV.1899 – Jaén, 8.VIII.1945. Poeta y narrador.
Nació en la ciudad de Córdoba, el día 9 de abril de 1899. En su Autobiografía, el escritor transcribe todo un mundo infantil unido a la ciudad cordobesa: “Tiempo en que las elegantes cordobesas, con trajes a cuadros y rayas cruzadas, según un dibujo ‘escocés’, paseaban en velocípedos por el llano de la Victoria; los caballeros, en sesiones privadas, bajo el patrocinio de los Círculos de Recreo, contemplaban las primeras andanzas del cine, que, en pantallas de un metro cuadrado de extensión, dejaban ver llegadas de trenes, desfiles militares y panoramas de París. Asistí a la Escuela francesa, establecida en la plaza de Villalones en un abandonado palacio plateresco, donde se aparecían brujas y difuntos hasta que Mr. Louis Armand Dufour vino a perturbarlos con su École Supérieure Française. Allí, a los diez años y en aquella Córdoba, leíamos Fhedre y Athalie”.
Este cordobés sevillanizado, como ha sido llamado por la crítica, muestra su pasión por la ciudad hispalense en otros momentos de su obra. Llegó a Sevilla en 1912, con apenas trece años. En esta ciudad, Porlán ingresó como redactor-jefe en la revista Lys, contemporánea y contraria de la ultraísta Grecia. Más tarde, ejerció como secretario de una de las revistas más importantes de la generación del 27: Mediodía. Con un primer número, en junio de 1926, y a lo largo de tres etapas, entre 1926 y 1939, fue, junto con otras como Gallo, Litoral o Lola, una de las encauzadoras y difusoras de la producción de los poetas de vanguardia. Contó en su nómina de colaboradores con los mejores escritores del momento: Gerardo Diego, Pedro Salinas, García Lorca, Luis Cernuda, etc. Porlán fue el más asiduo colaborador, sobre todo con prosa ensayística sobre cine, música, literatura, etc. El mismo autor explica hasta qué punto supuso para él un fuerte impacto personal y literario su vinculación a la revista dirigida por Llosent y Marañón: “Me importa declarar que mi pertenencia al grupo Mediodía significa mi durable orientación espiritual, el encauzamiento de mi autodidáctica que caminaba a tientas por la más salvaje manigua, el aprendizaje de muchas fértiles noblezas y, sobre todo, una juvenil confianza en mí mismo que me llevó a tomar la pluma con más decisión y alegría de las que hasta entonces me animaran. Di algunas conferencias sobre temas de estética y publiqué prosas y versos en las revistas que durante el decenio 1925-1935 levantaron bandera por un resurgimiento poético español que no dejará de constar en lo futuro”.
Porlán publicó, en 1926, un libro de aforismos titulado Pirrón en Tarfía, que puede considerarse un glosario de la nueva estética, así como la expresión de la original filosofía creativa de su autor. Diez años después, en 1936, “contra viento y marea” editó su primer libro de versos, Romances y canciones, con fondo clasicista (poesía pura) y esquemas de poesía neopopular. Durante la década de 1930 publicó igualmente relatos, continuando una labor iniciada a comienzos de la anterior década, dentro de “La novela del día”.
Avatares profesionales le llevaron, como secretario del Banco de España, a Talavera de la Reina, en enero de 1933, y a Jaén, en febrero de 1934. En esta tierra permaneció hasta su muerte, acaecida el 8 de agosto de 1945. En ese tramo final de su vida, sufrió la nostalgia de la amistad del grupo de poetas sevillanos, la Guerra Civil, el ostracismo literario, y finalmente, la tuberculosis (sanatorio blanco de “El Neveral”, de Jaén).
La lectura de El alba y otras cosas (1923), de Ramón Gómez de la Serna, fue decisiva en su formación vanguardista. Dotado de fina ironía y sagaz humor, muestra, en determinados momentos, cierto distanciamiento en algunos aspectos de la vida. Porlán fue hombre de vasta cultura: dominaba varios idiomas —sus traducciones dan fe—, lo mismo escribía —con base admirable— de pintura o música que de literatura o de cine; practicó prosa (ensayo, narración), poesía y teatro. Juan Manuel Bonet ha destacado recientemente su interés incluso por el dibujo. Pintura, cine, música y poesía: una vida entregada a la creación.
Obras de ~: Bess Rivero, Sevilla, La novela de actualidad, 1923; El manto escarlata, Sevilla, La novela del día, 1923; La primera de San Julián, La novela del día, 1924; Pirrón en Tarfía, Sevilla, Mejías y Juvillo, 1926 (Colección Mediodía); Primera y segunda parte de Olive Bordem, Sevilla, 1930; Mundo en blanco y negro, Sevilla, 1930; La isla alegre, Sevilla, 1933; Romances y canciones, Sevilla, Tall. de Diego Cabo, 1936 (Colección Mediodía); Poesías, Jaén, Ediciones. Lagarto, 1948; Porlán inédito, Sevilla, Fundación Sevillana de Electricidad, 1997; Poesía completa, ed. y pról. de J. M.ª Barrera López, Málaga, Centro Cultural de la Generación del 27, 1998.
Bibl.: M. García Posada, “Porlán, Rafael”, en R. Gullón (dir.), Diccionario de literatura española e hispanoamericana, vol. II, Madrid, Alianza Editorial, 1993, pág. 1314; J. M. Bonet, Diccionario de las Vanguardias en España, 1907-1936, Madrid, Alianza Editorial, 1995, págs. 492-493; J. M.ª Barrera López, “Prólogo” a R. Porlán, Poesía completa, op. cit.; J. Cenizo (est. y selecc.), Rafael Porlán, poeta del 27, Sevilla, Fundación Aparejadores, 2002.
José María Barrera López